Wʜᴇʀᴇ Wᴇ Aʀᴇ Tᴏᴜʀ || Z.M

Capítulo 32.

{CAROLINA’S POV}

Luego de bajarnos del avión, fuimos rápidamente hacia fuera del aeropuerto y esperamos en la acera a que pasara algún taxi… o eso creía yo, hasta que un auto negro se paró frente a nosotros y Zayn me obligó a subir.

Realmente estoy llegando a pensar que este hombre tiene contacto con el FBI o alguna institución de carácter privilegiado.

Arriba del vehículo de vidrios polarizados, Zayn comenzó a hablar en francés con quien conducía, dejándome en claro que no sólo era una cara bonita, sino también un chico con un gran corazón, además de su intelecto.

Como Él tomó asiento en el puesto de copiloto, miraba cada dos minutos hacia atrás, donde estaba yo.

Yo simplemente me dedicaba a sonreírle y a asentir cuando preguntaba si estaba bien.

No podía creer que estaba en un auto paseando por las calles de Berna con mi ídolo, quien se encargaba de dar instrucciones en francés a su chofer personal.

Este lugar era como las típicas ciudades de cuento, y en lo personal, me recordó a «Hansel y Gretel»; había árboles por doquier, animales sueltos sin que nadie se molestara por estos, niños jugando en grandes campos de pasto y… bueno, todo era muy utópico.

—Carolina, ahora debes ponerte el cinturón, subiremos una gran cuesta y… sólo póntelo —Pronunció Zayn, dándose por vencido al no encontrar las palabras exactas para explicarme.

—Entendido, Malik —Dije yo, colocándomelo—. ¿Falta mucho?

—No, sólo un par de horas —Respondió Zayn, como si nada.

—¿Un par de horas? —Pregunté fuertemente, y Zayn rio—. Ah entiendo, te estás burlando de mí.

—Sólo faltan diez minutos, latina.

No sé, me pasa que cuando Zayn me dice «latina», toda la sangre de mi cuerpo comienza a concentrarse en mis mejillas y la respiración se me entrecorta.

Supe que Zayn me vio de esta manera, porque soltó una corta carcajada.

El señor que conducía lo miró y le preguntó algo que no logré entender —porque hablaba en francés— y noté que Zayn se sonrojó más de lo que alguna vez pude notar.

¿Qué le había dicho? ¿Le había hablado de su prometida? ¿Que su bragueta estaba abierta? ¿O qué?

Dejé mis preguntas para otro minuto, ya que justo cuando me iba a comenzar a cuestionar otra cosa, el auto paró en seco, el chofer le dijo algo a Zayn y Él asintió muy animado.

Bajó del vehículo, sacó nuestras maletas con gran maestría y luego abrió mi puerta, tendiéndome la mano para ayudarme a bajar.

—¿Esto es Los Alpes? —Pregunté, mirando a mí alrededor. Yo esperaba encontrarme con una gran montaña cubierta de nieve, pero sólo vi una hilera de cabañas en medio de un bosque.

—Pues no, esto es sólo nuestro hogar por estos días —Dijo Él.

De la nada, se acercó a mi cara y depositó un suave y corto beso en mi frente, luego, sentí que miró sobre mí y se sonrojó de nuevo, no sabía por qué.