Wʜᴇʀᴇ Wᴇ Aʀᴇ Tᴏᴜʀ || Z.M

Capítulo 30.

{CAROLINA’S POV}

Como le dije a Zayn anteriormente, llamaría a mamá.

Realmente los chicos estaban en lo cierto cuando decían que Él tenía esa tendencia a ser paternal casi tanto como yo, porque estuvo un buen rato diciéndome que debería llamar a mi progenitora, decirle dónde ando metida y todo lo que había pasado… Claro, excepto la parte en que estaba casi desesperada por hacer que Zayn me quitara la «inocencia».

Marqué su número con algo de temor, ya que era un poco tarde y se podía molestar.

—¿Diga? —Respondió con voz adormilada.

—Mamá… —Me interrumpió.

—¿Carolina? ¿Dónde estás? —Preguntó de pronto y sentí que se sentó en la cama—. ¿Por qué no estás durmiendo en tu habitación?

—Mamá… recuerda que salí al cumpleaños de Andrea —Dije lo más calmada que pude y rodé los ojos—. Escucha… la cosa es que la fiesta se ha alargado un poco y… necesito que me des permiso para quedarme a dormir en casa de An —Dije algo rápido, y cerré los ojos para que no sospechara nada.

—Bien… —Dijo como si nada, ¿Qué? Había sido muy sencillo—. ¿Estás segura que en casa de Andrea?

—Claro… —Dije yo y ella iba a hablar de nuevo, pero me decidí a decir la verdad—. Bueno, es mentira… Zayn alquiló un cuarto de un hotel y nos quedaremos aquí… ¡Pero no vayas a pensar nada malo Má! Puedes confiar en que no haré nada —Supliqué.

—¿Tienes idea de qué hora es, Carolina? —Dijo de manera fuerte, casi gritando. Yo no dije nada, porque realmente no tenía idea de la hora. Mamá se quedó un rato en silencio, y luego retomó el discurso—. Te lo digo desde ahora, señorita —Sentenció—. No quiero ser abuela todavía, ¿Me has oído?

—Mamá…

—Te lo estoy advirtiendo, y ni siquiera debería dejarte quedarte con Él, pero ya es tarde y no quiero que te vengas sola —Sentí que se recostó de nuevo en la cama—. Pasa una buena noche, durmiendo, ¿Eh?

—Sí mamá… —Dije apretando los dientes—. Cuídate mucho, te quiero.

—Yo también hija.

Corté la llamada, solté un gran suspiro y decidí salir y devolverle el celular a Zayn. Él estaba sentado en el mismo sofá que hace un rato.

Le toqué suavemente el hombro y Él me miró hacia atrás, esbozando una perfecta sonrisa. Yo le sonreí devuelta y le entregué el aparato.

—Bueno, volveré a la habitación —Dije yo, Él iba a hablar, pero no dijo nada—. Buenas noches.

—Espera… —Dijo justo cuando iba a tomar la perilla de la puerta—. ¿Qué caso tiene que vayas a dormir ahora? Son casi las seis de la mañana.

—¿Son las seis? —Pregunté atónita, Él asintió y apretó los labios—. Igualmente, iré para la habitación.

—No te pongas así, el malentendido pasó hace más de una hora —Dijo Él, encogiéndose de hombros. Yo asentí y me fui a sentar en uno de los sillones pequeños que estaban al lado del sofá.