Capítulo 23

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Melanie se fue a la casa de sus padres y directamente a su habitación. No quería estar con nadie en este momento, sólo quería acostarse y llorar hasta que tuviera voluntad. De hecho, no sabía muy bien de donde había tomado la fuerza para hacer frente a Gianluca de esa manera y se preguntó si alguna vez sería capaz de superar todo ese dolor.

Ella se quitó la ropa lentamente mientras se llenaba la bañera con agua tibia y luego entró. Después de apoyar la cabeza en el borde de la bañera, se sumergió por los segundos fue capaz de aguantar sin respirar, simplemente no se mantuvo bajo el agua y se ahogó porque no quería que Gianluca lograra su objetivo, y por peor que fuera su situación, todavía tenía una razón para creer que la vida todavía valía la pena, luego sacó la cabeza fuera del agua y respiró profundamente.

Mel había estado en el baño hasta arrugar la piel de los dedos, el agua estaba casi frío cuando se fue. Había estado allí durante varios minutos y su intención era volver a la habitación y no salir de allí pronto. Acababa de tumbarse casi en posición fetal cuando un suave golpe en la puerta le llamó la atención, pero ella no se movió, entonces pronto vio a su padre, que se sentó en el borde de la cama, la miró con tristeza y le acarició el cabello.

- No sabes cómo lo lamento al verte pasar por eso – su voz era pesada, tenía un enorme nudo en la garganta y apenas se controlaba para no llorar con su hija - Lo siento, querida... Es mi culpa – ella lo miró.
- No... – murmuró.
- Claro que sí. Debería haber ido tras él cuando Irene se fue, no debería haber dejado pasar los años sin hacer nada. – Elise se sentó en la cama y abrazó a su padre. – Perdóname. - Se separaron y se miraron.
- No quiero oírte decir eso nunca más. No es tu culpa.
- Yo sabía que esta mujer era capaz de hacer y la dejé llevar a mi hijo... Ella siempre fue terrible, chantajista manipuladora. – Se detuvo por unos segundos – Una vez amenacé marcharme de casa, estábamos en la habitación de Gianluca, él estaba cerca de ocho meses, ella lo tomó de la cuna y lo irguió, dijo que si la dejara lo derribaría al suelo.
- Eso es horrible, papá. - Ella dijo, sorprendida. No era de extrañar que ahora, ya adulto, era perturbado de esa manera.
- Todo podría haber sido tan diferente – Melanie se limitó a asentir. Él la miró, acarició su cara y se levantó rápidamente y salió de la habitación sin decir nada más. Ella sintió que su corazón aún más pesado, su padre era un buen hombre y no era capaz de inventar algo tan terrible acerca de su ex mujer. Sin embargo, involuntariamente, Harrison hizo Elise darse cuenta de que Gianluca tampoco tenía la culpa de toda la situación, pero sí, que se había tomado las decisiones equivocadas, si Irene era tan cruel así, era más que obvio que ella había preferido utilizar al hijo en su venganza en lugar de ahorrarlo de cualquier dolor como cualquier madre del mundo lo habría hecho... Tal vez él fuera tan víctima como todos ellos.

Luego suspiró mientras deslizaba su mano en el cuello, el nudo en su garganta parecía aún más grande ahora...

*****

- ¿Segura que quieres trabajar? - Jade preguntó acercándose a su amiga que le puso la mano en el hombro. – Sabes que puedes quedarse en casa el tiempo que necesites. – Elise asintió. Sabía que iba a ser ahora más fácil, ya que una joven había comenzado a trabajar. Natalie Erin era quien les ayudaría a no volverse locas.
- Lo sé, pero yo prefiero así... - los ojos de Melanie se quedaron cristalinos – No quiero permanecer un día más en casa. No me puedo quedar en mi apartamento, no me puedo quedar en el hotel... ¿Crees que ni dormir bien soy capaz? No me siento segura sola.
- Oh, Melanie. Lo siento mucho. – Se miraron con sonrisas tristes.
- Es por eso que quiero trabajar – añadió, limpiándose la cara con las manos, tratando de parecer contenta – Por lo que puedo mantener la cabeza ocupada con algo.
- Como quieras – Jade sonrió. De todos modos, Natalie ya estaba al tanto de toda la situación, y podría ayudar a Jade perfectamente caso Elise decidiera que no era capaz de volver tan rápido – Debes ser la mujer más fuerte que conozco... Si yo estuviera en su situación creo que no levantaría de la cama.
- Créeme, he perdido la voluntad de todo Jade. Creo que incluso de vivir.
- ¡No digas eso!
- Estoy de pie porque no quiero que él piense que me destruyó, a pesar de haber logrado.
- No creo que él lo ha logrado. – Melanie la miró – Tú estás tratando de seguir adelante y es lo mejor que podías hacer. – Su amiga suspiró – ¿Por qué no desahogas?
- Mejor no... – murmuró.
- Tal vez sea mejor abrirse y hablar. Mel, te conozco... Tienes que sacar ese peso del corazón. Es normal que te sientas mal con todo esto y de verdad creo que debes decir todo que sientes.
- ¿Sabes cuál es mi mayor problema? – Empezó a hablar y las lágrimas se deslizaron por su rostro – Después de toda la decepción ¡ni siquiera puedo odiarlo! ¡Me odio por ello!
- Habéis pasado mucho tiempo juntos, sus sentimientos no van a acabar de la noche al día.
- ¿Después de todo? Debería... Piénsalo: si todavía lo amo, ¿Qué él tendría que hacer para mí para ser capaz arrancarlo de mi corazón?
- Melanie, el amor siempre es mayor que todo, así que no te culpes si todavía lo quieres. Si no sientes rabia hacia él, eso sólo demuestra cómo eres una buena persona... Fuiste capaz de tolerar sus acciones, y sabemos que él no fue capaz de hacer lo mismo con su padre.
- Lo peor de todo es que lo entiendo... Mi padre me habló, tenías que escuchar las cosas que me dijo acerca de la madre de Gianluca, no me puedo imaginar una mujer tan mala como ella.
- Me imagino después de lo que he visto... Y es tan difícil de imaginar una madre envenenando a su hijo de esa manera – dijo Jade.
- Dímelo a mí – dijo Mel.
- ¡Su suegra fue capaz de arruinar su relación y la desgraciada ni está viva!

Elise dejó escapar una risita. Sintió ganas de reír, pero se veía mal a pesar de que su amiga había dicho una gran verdad. Si Irene logró coaccionarlo desde una edad temprana hasta el punto de su influencia seguir sobre él incluso después de su muerte, era inquietante intentar imaginar qué otra cosa podría haber sucedido si estuviera viva. De hecho, era perturbador.

- Bueno, a pesar de toda esta situación ser muy mala, podría ser peor. – Dijo Jade.
- ¿Podría?
- Claro que sí. Gianluca dejó claro que quería hacerte pasar exactamente lo que su madre pasó, al menos no te abandonó con un bebé.

Elise al instante miró preocupada a Jade y puso la mano izquierda en la boca. Dios, ¿cómo iba a decir eso? Ella tragó saliva y sus ojos estaban cristalinos de nuevo.

- Por favor, Melanie. - Jade empezó a hablar en vozbaja, respirando profundamente - Por favor, dime que este tipejo no hizo lo queestoy pensando.
- Oh, Jade...

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