Capítulo 37

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- Me alegro de que ya te sientes mejor – dijo Harrison sentando en la silla junto a la cama de su hijo. – Fuiste muy afortunado.
- Hubiera sido afortunado si el golpe en la cabeza me hubiera matado... – murmuró con mal humor cruzando los brazos.
- ¡Oh, Gianluca! Por el amor de Dios, no digas eso.
- Pero es la verdad. – hizo una pausa y Harry notó cómo su expresión facial mostraba un completo disgusto con la vida. – Prefiero morir que ver Elise con otro... Peor aún en el caso de aquel... - apretó la boca, tenía más de un par de adjetivos para clasificarlo, pero pensó que era mejor guardarlos para sí mismo.
- Sé que no debe ser fácil, me sentí muy incómodo cuando nos dijo.
- Su hija tiene buen gusto para elegir hombres, ¿verdad? – preguntó irónico, por supuesto, se estaba incluido.
- Y sin embargo, todavía te prefiero. – miró a su padre con extrañeza.
- Tu gusto es tan horrible como el de ella. – Harrison se rió logrando que Gian abriera al menos una leve sonrisa.
- Bueno, todavía tengo la esperanza que ella cambiará de opinión – Gian frunció el ceño, no creía que iba a suceder – Pero cambiando el tema, la médico dijo que pronto puedes irte. Creo que deberías ir a mi casa.
- Ah, no. – Sacudió la cabeza – Yo no le gusto a su familia y voy a estar bien solo.
- Eso está fuera de la cuestión, no te estoy dando opciones.
- No soy un niño pequeño.
- Pero eres mi hijo y yo estoy diciendo que te irás conmigo. – Gianluca lo miró con cierta desconfianza, de hecho, en el fondo, estaba contento que su padre realmente demostró que se preocupaba por él.
- Mala idea. – concluyó.
- Escúchame con atención: Mi esposa está en pleno acuerdo de recibirte en nuestra casa.
- James tratará de estrangularme nuevo.
- No, no lo hará – el hijo le miró cómo quien no creía – Me prometió que sólo haría esto si estuvieras buscando a Melanie, pero que si fueras a visitarme, no haría nada. – Harry se levantó y se puso al lado de la cama. – Vivo allí desde que me casé con Agatha. No creo que supieras esto, pero en esa casa, tenemos una habitación para ti – Gian tragó saliva – La hicimos para ti ya hace muchos años, así que espero que vayas conmigo.
- Pero ¿qué pasa con Elise? – Preguntó con un nudo en la garganta – No quiero molestarla.
- Se quedará en su apartamento. – Gian asintió. Esperaba que su padre dejara de hablar porque tenía ganas de llorar y no quería hacer eso. Sí, estaba molesto a causa de su esposa, pero Harrison logró dejarlo aún más emocionado. ¿Tenía su propia habitación? ¿Y hacía años? Estaba perdiendo la oportunidad de tener una verdadera familia por culpa de la víbora que su madre era.

*****

El lunes por la mañana, Gianluca estaba sentado en silencio junto a Harrison y Agatha, tomando el desayuno. Casi se sentía como un niño perdido, sin saber qué hacer ni qué decir. Sobre todo porque la mujer de su padre supo que le gustaba el café estilo italiano y había preparado lo que le gustaba... Era casi como darle un golpe en la cara, él arruinó su familia y ahora ella hizo su desayuno favorito. Su cara simplemente no cayó de vergüenza por un milagro.

Tomó un bocado de pan con mantequilla y Agatha sonrió y él la miró.

- ¿Es como te gusta? – ella preguntó y él miró, sorprendido... Por Dios, ¿Él le importaba también?
- Sí señora.
- Oh, por favor. Yo ya había dicho que no tienes que llamarme de señora. Sólo Agatha. – él asintió.
- ¿Has dormido bien hijo? - preguntó Harry y él asintió mientras estaba con la boca llena. De hecho, si no estuviera dolorido por todas partes, probable que habría sido las mejores noches de su vida. Si Elise estuviera alrededor entonces todo sería perfecto.
- Buenos días... - James dijo entrando a la cocina sin mirar a nadie, agarró un poco de café y se quedó mirando Gianluca mientras bebía, no parecía contento. Pronto terminó e salió. Gian saltó y fue tras él... Él tenía algunas cosas que decir.

- ¿James? – llamó cuando él llegaba cerca de la puerta principal y se volvió sin emoción.
- ¿Qué quieres?
- ¿Tienes un minuto? Yo quiero hablar contigo.
- Si quieres hablar, hazlo ahora, estoy ocupado. – Gian asintió.
- Quiero disculparme...

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