A la mañana siguiente Gianluca se levantó temprano. Después de cambiarse de ropa, caminó tranquilamente por el pasillo y abrió la puerta de la habitación de Melanie en silencio, tal vez ella seguía durmiendo ya que el viaje el día anterior había sido agotador, pero para su sorpresa, ella no estaba allí y la cama era ya estaba ordenada. Él se bajó rápidamente por las escaleras y atravesó el comedor, pero cuando se acercó a la cocina, oyó el ruido de voces, sin duda Dorothy y Elise hablaban mientras desayudaban. No que fuera curioso, pero tratándose de su esposa, toda la información era bienvenida, necesitaba saber cualquier cosa, ni que implicara en tener que escuchar las conversaciones de otras personas detrás de las puertas.
- Su actitud me pareció admirable – dijo Dorothy – Él me lo dijo todo lo que hizo y, francamente, si fuera yo, no habría tenido el mismo valor que tú. – Melanie sonrió.
- Estoy haciendo todo por nuestro hijo.
- Aun así. Me sorprendí bastante, aunque conocí a Irene, la mujer era realmente desagradable... Y, de hecho casi quise matar a ese chico cuando me dijo las cosas horribles que se prestó a hacer – Elise dejó escapar una risa nerviosa – Por eso me sorprendí cuando la vi anoche... Debes saber bien qué estás haciendo ¿no es así?
- En realidad, no... – Murmuró Melanie - pero todavía tengo que aclarar algunas cosas con Gianluca. Yo no quiero que piense que porque estoy aquí me decidí a volver a él.
- Creo que es muy consciente de ello, querida. Si se tratara de cualquier otro hombre, apuesto a que te hubiera obligado a compartir la cama de la habitación principal en lugar de dejarte sola y tranquila en una habitación.
- Tal vez... – murmuró.
- Pero dime una cosa: ¿todavía piensas en volver para Zachary?
- Sinceramente, no... – Dorothy suspiró.
- ¿Todavía amas a Gianluca?
- Hmm... – murmuró ella sin confirmar o negar Dory y sonrió.
- Yo sé que estos asuntos ustedes dos tienen que resolver, pero yo sugiero que pienses muy bien en qué quieres hacer... Gianluca me ha hablado mucho de ti desde que te conociste, sin duda se encantó contigo desde siempre – Melanie sonrió tímida y desvió la mirada durante unos segundos – Sé que a pesar de todo ese chico te ama, y tú no estarías aquí si no lo amaras... Yo sé lo que una madre puede hacer por un hijo, pero creo que tenemos que estar de acuerdo que este niño no fue la única razón para que hayas venido aquí en vez de haber confirmado su compromiso con Zachary.
- Pero él me gusta, es un buen hombre y quiere ayudarme.
- No te engañes, querida. Él puede decir que quiere ayudar, pero recuerde que no todos los hombres son como el señor Harrison, especialmente Zachary... – Elise miró con curiosidad – No creo que tú debas estar pensando que Gianluca es el hombre perfecto para ti, pero te aseguro que su primo tampoco es. Nunca confié en este muchacho y tampoco el señor Alfred.
- ¿Quién es Alfred?
- El abuelo de los dos... El viejo siempre ha mostrado preferencia por Gianluca y casi no le gustaba los otros nietos, pero Zachary, ese sí, tenía un verdadero desprecio.
- ¿Por qué?
- No sé exactamente qué sucedió. Cuando su abuela se enfermó Gianluca ayudó a cuidar de ella desde el primer hasta el último día y parece que Zachary dijo que lo mejor sería que ella muriera a la vez en lugar de molestar a toda la familia.
- ¿Qué? – preguntó susurrando. ¡Era horrible! ¿Sería realmente cierto que él habría dicho algo tan bárbaro así?
- Si hubiera dicho esto sólo una vez... – Gianluca llegó en la cocina entrando en la conversación – Y si hubiera dicho, al menos, lejos de mi abuela, pero no, la pobre en su lecho de muerte y él hablando de ese tipo de cosas delante de ella. – Dorothy sacudió la cabeza y se levantó de la silla.
- Tengo que trabajar y ustedes tenéis cosas para hablar, con permiso. – se levantó y se fue.
Melanie miraba sorprendida a Gianluca como si no pudiera creer.
- Ahora entiendes por qué te quería lejos de él, ¿no? – preguntó Gian. – Además de todas las otras razones...
- Entonces, ¿por qué aceptaste ayudarlo cuando te buscó en Londres?
- Porqué iba a ayudar y fin. Debido a que mi abuela me pidió que hiciera esto y yo le había prometido. No tenía intención de ser más íntimo de él... Se quedaría unos días en mi apartamento y luego desaparecía, pero dificultaste las cosas, Elise. – Ella quería abrir la boca para protestar, pero él fue más rápido y continuó – No sabes el miedo que sentía por ti. ¿Cómo crees que me sentía cuando lo vía cerca de ti?
- No mi culpe por tus errores. Si no hubieras hecho estupideces nada de esto habría pasado.
- No estoy diciendo que es tu culpa, pero deberías haberme escuchado.
- ¿Y piensas que me lo hubiera creído?
- Estás creyendo ahora... – él tomó una manzana y mordió, mientras masticaba, su mujer lo miraba con cara de aversión.
- Pero él me trataba bien – No era del todo cierto, pero prefirió ignorar esa parte.
- Sí, por lo que tenías hematomas en los brazos. Eran marcas de puro amor, ¿verdad? – dijo que irónico y apretó la mandíbula.
- Y si Dorothy no me hubiera dicho también, por supuesto, yo no aceptaría tan fácil... – ella concluyó.
- Por cierto, ella te hizo una pregunta que no contestaste. – dijo con calma.
- ¿Qué? – murmuró sin recordar que pregunta se refería.
- ¿Todavía me amas? – ella suspiró y se levantó, no quería responder, quería huir. Él lazó la manzana en el mostrador y se acercó a ella rápidamente, la sostuvo, acercó la cara a la suya, le puso una mano en su cintura atrayéndola para cerca mientras miraba a su boca – ¿Me amas? – susurró con la boca cerquita a la de ella, insistiendo, pero su tono era sereno, casi como si supiera la respuesta.
- ¿Qué te parece? – preguntó con ironía.
- ¿Honestamente? – Preguntó mientras ponía entre sus dedos un mechón de lo oscuro pelo de Elise, y con calma lo dejó detrás de la oreja – Creo que si estás aquí es porque sí, todavía me amas. – Ella rodó los ojos negando con la cabeza – Creo que estás aquí porque sabes que siento lo mismo por ti. – ella lo miró seriamente. ¿Sabía cómo estas palabras tenían efecto cada vez que las pronunciaba? Debería saber, de lo contrario, no diría.Elise solo exhaló pesadamente y se dirigió hacia la puerta principal de la casa. El jardín debería ser hermoso, entonces sería para ahí que escaparía de Gianluca y de esas palabras que hicieron su corazón acelerarse como un loco.

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Venganza
RomanceGianluca es un hombre que lleva en el pecho un gran resentimiento: abandonado por su padre a una edad temprana, creció junto a su madre (Irene), una mujer llena de disgusto de la vida que juró algún día vengarse de su ex marido. Los años pasan e Ire...