Capítulo 48

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- Bueno, supongo que no puedo sentirme enojada después de un regalo como ese, ¿no? – Elise dijo con buen humor y su padre se rió.
- No lo creo... - se fueron al balcón y se sentaron.
- Confieso que yo me sentí muy enojada por haberme engañado de esta manera.
- Fue por una buena razón.
- Papá, sé que quieres que vuelva con Gian... – él negó con la cabeza y ella dejó de hablar.
- Creo que sería egoísta por mi parte pensar que eso me haría feliz, pero no a ti. Sin embargo, sería una gran alegría si tan sólo le disculparas, podrían vivir en paz y le digiera que va a ser padre.
- No sé si puedo hacer esto.
- Melanie, querida... Este bebé es tan tuyo cuanto de él. Tú misma viste lo que pasó con él por no tenerme alrededor.
- ¡Pero yo no soy como su madre! – ella respondió alzando la voz.
- Gracias al buen Señor... Pero aun así, debes considerar al menos decirle acerca de su embarazo y... Puedes seguir con Zachary si es lo que quieres. – ella se dio cuenta de que no sonó fácilmente la última frase, pero en el fondo ella entendía. – Pero perdones a Gianluca, no lo alejes aún más. Y sé lo difícil que es para creer que ha cambiado tanto, pero yo le creo.
- ¿De verdad lo crees? – Preguntó con tono de duda.
- Sí. Se disculpó con James y con su madre, no con las mismas palabras. Pero lo más importante, reconoció que cometió un error y quiere arreglar las cosas, peor sería si no fuera así. – Elise asintió. – Sólo te pido que pienses en ello con cariño. – Harrison se levantó – Voy a ir al hotel. Hasta luego...

Melanie se quedó sentada por un rato, se sintió confundida, pero entendía bien lo que quería decir su padre. Intentaría de veras pensar con toda la calma del mundo, a pesar de que podría no cambiar de opinión, al menos podría decir que había intentado cambiar sus pensamientos.

*****

Era de noche y Elise estaba lista. Llevaba un vestido negro y zapatos del mismo color, estaba esperando a Zachary que iba a buscarla para la cena. Pronto sonó el timbre y ella abrió la puerta.

No tuvo tiempo de abrir la boca y Zachary ya la agarró del brazo, dio un portazo y se la llevó a la sala de estar. Por supuesto iba a aprovechase ya que sabía que nadie estaría en casa.

- ¿No me había dejado claro que no quería verte con ese bastardo de nuevo? – habló en voz alta y con su rostro cerca al de ella. – Y, ¿qué haces? ¡Sales con él!
- Mi padre fue quien...
- ¡No interesa! – gritó. – ¡Eres estúpida Melanie! ¿Cuántas veces he dicho que él no se cansa de jugar contigo? ¡Y tú me respetarás porque serás mi esposa! – Zachary gritó, la sacudió por los brazos y luego la empujó con fuerza y ​​Elise, por suerte, se cayó sentada en el sofá y su respiración se aceleró.

Al instante, Zach iba a avanzar hacia ella, pero la puerta se abrió y James entró. Se quedó en la puerta y no dijo nada, se limitó a mirar fijamente al novio de su hermana... Todavía no había decidido cuál de los dos era menos idiota, pero había algo en ese Zachary que le molestaba incluso más que a Gianluca.

James simplemente los ignoró y se fue arriba sin decir una palabra. Entonces Melanie se levantó.

- ¡Espero que entiendas! – él dijo casi gruñendo. – Vamos a los tribunales si es necesario, pero vamos a anular su matrimonio.
- Hablé con un abogado y sé que lo has hecho también – le espetó – Por lo que sabes muy bien que tengo que esperar al menos un año.
- Vamos a encontrar una manera de anularlo.
- ¡No hay ninguna manera de hacerlo! – Ella gritó – ¡Todo fue legítimo! ¡Estoy casada y ahora quien tiene que aceptar eres tú! – Zach abrió los ojos con ira.
- ¡Piense en sus palabras Melanie! ¡Porque necesitas un padre para este bebé!
- Necesito... ¡Pero si tú no empezar a cambiar de actitud conmigo puedo decidir crear este niño sola! – Él la miró sorprendido – ¡Él no es tu hijo, es mío! – gritó. – ¡Él se necesita a mí y nadie más! Así que si realmente quieres que crea que me amas como dices, ¡entonces demuéstralo!... ¡Si quieres casarte, demuestre que se merece esa oportunidad!

Elise caminó decidida hasta la puerta y la abrió, y luego hizo un gesto con la mano, claramente diciendo a Zachary para irse. Se quedó allí con esa pose autoritaria y él se acercó.

- Lo siento... – él dijo con calma y se acercó a ella. – Tienes razón, no me necesitas, pero yo te necesito. Sabes que todo lo que siento es verdad.
- Es hora de mostrarme si es verdad, porque si empiezo a dudar de ti también...
- ¡No! – Dijo interrumpiéndola – No me gustaría que fuera de esa manera... Y asegúrate de pensar que siempre quiero su bien. – ella asintió.
- Puede irte ahora.
- ¿Cómo? ¿No vienes? Pensé que íbamos a cenar y celebrar su cumpleaños.
- No estoy de humor para ello. – Zach asintió y estaba a punto de besarla, pero ella se apartó la cara. Él apretó la mandíbula y se exhaló por la nariz.
- Nos vemos cuando esté más tranquila. – ella levantó una ceja. ¿Ella tenía que calmarse? ¿En serio? Luego él se bajó los pocos escalones y se volvió para mirarla, tal vez podría hacerla cambiar de opinión.
- Y una cosa más, Zachary... Si pones la mano encima de mí otra vez para hacerme daño, voy a los tribunales, pero no va a ser por el divorcio.

Entonces Elise dio un portazo en su cara. Zachary apretó la mandíbula con fuerza. Mierda... Tenía que empezar a calmarse, o se quedaría sin Melanie para hacer la vida de su primo convertirse en un infierno.    

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