Capítulo 41

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Theo entró en la oficina y vio a Gian de pie mirando por la ventana y parecía bastante distraído. Cuando se dio cuenta de la presencia de su amigo, se aclaró la garganta y se limpió la cara con rapidez, entonces, Theo levantó una ceja, ¿Estaba llorando? ¿Le habían puesto un clon más sensible de su amigo en su oficina y no había notado el cambio? Porque Gianluca no lloraba...

- Vine a preguntar qué pasó, pero creo que no está bien, ¿no?
- No... - sacudió la cabeza. – Peor que nunca, en realidad. – se sentó en su silla y Theo hizo lo mismo mientras miraba a su amigo frotándose la frente con calma. – ¿Crees que él lastimó a Elise?
- ¿Qué? – Preguntó indignado.
- Tenía hematomas en ambos brazos, él debe de haberla apretado con fuerza. Elise tiene la piel sensible, las marcas eran visibles.
- No puedo creerlo.
- Y ella trató de negar – dijo inconformista mirando hacia Theo. – ¡Me dijo que se lesionó en la tienda! ¿Puedes creer? No puedo entender, Theo. No puedo, de verdad. Ella no lo ama, sé que no quiere vengarse de mí, así que no puedo entender por qué ella está con él... – dijo con tristeza. Theo sintió picazón en la lengua de tanto deseo de decir la verdad y terminar con todo ese sufrimiento, pero se contuvo, había jurado guardar el secreto. – Y yo ni siquiera sabría decir si me mata saber que le hizo daño o pensar que, por otra parte, la besa, toca, duerme a su lado... – Gianluca suspiró y se cubrió la cara con las manos.
- Jajajaja – Theo soltó una carcajada y Gian lo miró fijamente. ¿Su mejor amigo se reía? Porque lo conocía bastante bien como para saber qué se trataba de una risa muy sincera.
- ¿Qué pasó? – preguntó casi gruñendo.
- Bueno, si estas son sus preocupaciones, así que puedo anticipar que acerca de él herirla lo siento y me gustaría ayudar a pegarle... PERO acerca de besar, tocar y dormir, querido amigo, celebres, porque nada de esto sucede.
- ¿Cómo es? - Gian pidió con extrañeza.
- Jade y yo fuimos cenar de ayer. Para resumir, ella bebió un poco más y terminó diciéndome todo.
- ¿Todo? – Theo asintió – Todo ¿Qué? – preguntó interesado incorporándose en el sillón.
- El máximo que Zachary obtiene de Melanie son besos y con sacrificio. Por supuesto que él está tratando de tomar ventaja de toda la confusión entre ustedes dos, pero, básicamente, por lo que entendí, no está logrando hacerlo. Aparentemente no besa como tú y no es tan interesante como tú, campeón. – Una sonrisa se esbozó en la cara de Gian. – De hecho, incluso sin conocer a Melanie muy bien me imaginaba algo así.
- Sí, yo también... - dije más animado – Para ser honesto, era lo que quería creer, pero confirmar esto me hace seguro de que ella todavía me ama. – hizo una pausa y miró al suelo como si procesara todo que había oído.
- Cuando la llevé a casa le pregunté esto. – Gian lo miró rápidamente – Ella no me respondió, pero sus ojos ciertamente decían todo. – Theo se levantó y se acercó a Gian rápidamente, lo agarró por la cintura para abrazarlo y lo levantó unos centímetros del suelo, y Theo se rió negando con la cabeza.

*****

Mel se sentía la peor persona del mundo... Y lo peor de todo, Gianluca estaba en lo cierto. Al final, elegir a la persona que más odiaba en el mundo sólo hacía empeorar la situación, pero Natie estaba cierta, incluso si no quería quedarse con Zach, él no se rendiría, y lo necesitaba debido al bebé... Tal vez si se casaban pronto él cambiaba de actitud, se sentiría más seguro y las peleas iban a desaparecer.

Ella llegó a la tienda y empezó a llorar... Tenía que hacerlo para sentirse mejor...

Y después de pocos minutos de Jade y Natalie aparecieron para ayudarla, y consolarla. Por desgracia – o no – las dos amigas también se dieron cuenta de las marcas de la pequeña agresión y Elise se vio obligada a decir a todo. Sólo esperaba que su familia no se enterara. Si James viera, mataría a Zachary, porque quería hacerlo con Gian que había herido sólo su corazón, entonces sería capaz de hacer Zach en pedazos por haberla agredido físicamente.

- ¡Tienes que dejarlo, Melanie! – dijo Natie. – Busque a Gianluca, dile la verdad y deshazte de este monstruo.
- ¡No! – Elise dijo ya cansada. – No hizo a propósito, ¡Sólo se siente inseguro! Sé que cuando me divorcie las cosas van a mejorar. – Natie resopló con incredulidad.
- Sinceramente espero que tengas razón. – completó su amiga.
- Y no te atrevas a regresar a su apartamento – Jade habló en voz alta y con autoridad a Melanie. - ¡Volverás cada noche a la casa de sus padres y se quedará allí! ¡Con ellos! Ni que yo misma tenga que llevarte allí.
- Jade...
- ¡No! ¡No quiero excusas! – Gritó – Si piensas que él va a cambiar, ¡Póngalo a prueba cómo él hace contigo! Hazlo mostrar que te tratará bien y que realmente te quiere, que no sólo siente atracción.

Melanie derramó otra lágrima y la limpió. Tenían razón. Si Zachary se mostraba violento, aunque fuera poco, era mejor hacerlo demostrar que podría ser diferente antes de que fuera demasiado tarde.

- Tienes que ir a casa. – Jade dijo con calma y la amiga la miró. – Tómate unos días de descanso.
- Pero yo quiero trabajar. ¡Yo necesito! – Elise dijo casi con desesperación. Sin el trabajo no podía distraerse para olvidar todo lo que la hacía llorar.
- Entonces lleves algún trabajo a casa, sabes que no hay problema. Salgas a dar un paseo, vayas a comprar cosas para el bebé... Piense en su hijo y por él, haga lo mejor que puedes en ese momento, que es descansar su cuerpo y su mente, Melanie.

Ella asintió con la cabeza todavía emocionada y abrazó a sus dos amigas.

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