- Confieso que su invitación me sorprendió – Gian dijo empezando a caminar lentamente acompañado por Harrison. Prefirió incluso ponerse las manos temblorosas en los bolsillos para ver si podía ocultar su nerviosismo.
- Más sorprendido me sentí yo ya que realmente no creí que aceptarías.
- ¿Por qué? - Su expresión facial mostró cierto estado de ánimo.
- Bueno, yo creo que debes tener una impresión horrible sobre mí – Gian simplemente inclinó la cabeza, estaba en duda, por lo que no confirmó ni negó. – Creo que Irene debe haber dicho cosas muy malas sobre mí.
- No tiene idea.
- Me podía imaginar, después de todo lo que dijiste después de su boda.
- Ah, sí – suspiró – Usted tampoco debe tener las mejores opiniones sobre mí ahora.
- No importa que lo que has hecho ha sido muy cruel, en el fondo yo puedo entender – Gian pareció sorprendido y Harrison sonrió – Debes estar sintiéndote mal por todo, ¿verdad?
- Usted no imagina cuánto.
- No tienes que llamarme por usted. Yo sé que no debes querer llamarme padre, pero entonces puedes llamarme Harry o Harrison. No es necesario tanta formalidad – Él asintió con la cabeza.
- Para ser honesto, Harrison – destacó el nombre – Todavía estoy confundido acerca de su invitación. ¿Acerca de qué exactamente te gustaría hablar conmigo?
- Te gusta ir directo al grano, ¿verdad?
- Sólo quiero acabar con mis dudas, porque me imagino que como todo el mundo me quieres decir que lo que hice fue una gran estupidez y me condenarás por todo esto.
- Estaba casado con su madre, Gianluca. Sé muy bien lo que era capaz de hacer y sé que también fuiste una víctima de todo esto... - Apretó la mandíbula – Sé que su madre era la única persona que tenías y que no te gustaría saber nada desagradable a su respecto, pero creo que eres muy inteligente y ya debes haberte dado cuenta de lo que ella hizo.
- Tienes razón... – asintió de acuerdo bajando la cabeza al cabo de unos segundos – Ella quería vengarse de ti, y prometí ayudar, realmente pensé que podría hacer frente a todo esto, pero yo estaba equivocado... Ella arruinó contigo y conmigo también...
- Siento que todo sucedió de esa manera.
- Yo también – concluyó. Harrison miró y realmente sentía sinceridad en las palabras de su hijo. Ese dolor en sus ojos ciertamente no era fingimiento, estaba seguro de ello. – ¿Podrías decirme? – Preguntó después de una breve pausa – Quiero saber qué pasó realmente, comprender por qué se divorciaron.
- Su madre, además de celosa y obsesiva era controladora. De hecho, hasta hoy no sé por qué le pedí en matrimonio. – Gian se le quedó observando con una mirada estricta – Y no me malinterprete, yo no hablo por ti. Para ser honesto después de que naciste, incluso pensé que las cosas mejorarían entre nosotros, pero ella prefería perseguirme y execrarme en lugar de cuidar de ti. En ese tiempo lo único que hacía era trabajar para que vosotros dos tuviesen todo, pero ella siempre me acusó de engañarla con otras mujeres, algo que nunca había sucedido.
- ¿Y Agatha no era su amante?
- Oh, no... Sólo nos conocíamos. Yo había pedido el divorcio a su madre, Agatha estaba sola con James pequeño, y embarazada de Melanie cuando murió su marido, nuestro dolor nos unió y nos dimos cuenta de que era más que una bonita amistad... Resulta que sólo decidimos quedarnos juntos muchos meses después de que yo me había divorciado, pero Irene no lo aceptó. Ella me amenazó y dijo que nunca volvería a verte, pero nunca creí que podría ser serio.
- Dijo que nos fuimos a Manchester porque tú querías llevarme de ella y tenía miedo de que su esposa no me tratara bien; Por eso se escapó a la casa de mis abuelos.
- Te sacó de aquí sin mi conocimiento, pero por razones muy diferentes de lo que ha dicho... Ella siempre fue una mujer inestable, varias veces te usó como excusa para amenazarme, en ese momento yo pensé que te haría ningún daño, pero tuve miedo cuando se fueron.
- ¿Por qué no me has buscado entonces?
- No sabía dónde estabas, ella no se llevaba bien con sus padres, pero pensé que pediría ayuda a su abuelo y ya que él me odiaba, pensé que lo mejor era pasar algún tiempo. Pensé que era mejor no involucrar a la justicia en todo esto y lo lamento... Envié cartas en vez de ir allí, y esperaba que cuando fueras mayor podrías hacer su propia decisión de querer verme o no, pero es evidente que estas cartas nunca llegaron a sus manos. – Gian seguía mirando a su padre con seriedad y tristeza al mismo tiempo. Él sabía que la falta que su padre había hecho en su vida, pero ahora se daba cuenta de que Harrison también sentía lo mismo. – Después de algún tiempo incluso creí que no te importaba.
- Creo que me importaba tanto hasta el punto de convertirse en una obsesión. Estaba ciego con toda la rabia que tenía... Crecer escuchando que mi padre me odiaba, que me había abandonado y que mi nacimiento significaba nada me hizo esta persona detestable que soy. – Gianluca dio una sonrisa triste, Harrison puso su mano en el hombro y le dio dos golpecitos.
- No creo que seas detestable...
- Repulsivo y repugnante tal vez.
- Por supuesto que no, Gianluca. No creo que seas una mala persona cómo dices ser.
- ¿Cómo no? Esta es la conclusión más obvia del mundo. Una buena persona nunca haría lo que hice.
- Tomaste las decisiones equivocadas, no significa que seas malo.
- Lo que me molesta es saber que he tenido la oportunidad de hacerlo bien. He perdido la cuenta de cuántas veces en los últimos meses Theo me dijo que lo lamentaría y yo acabé cubriendo mis oídos – bajó la cabeza, respiró pesadamente y miró hacia el padre – Me he arruinado todo con la persona que más me quería en este mundo.Gianluca sentía el corazón pesado, dolorido, parecía que en vez de bombear la sangre, el corazón le enviaba descargas de dolor... Ese sentimiento angustiante fluía por sus venas, estaba en cada célula de su cuerpo. Estaba en el más fondo de su alma, pero en medio de toda esta agonía una chispa de alegría comenzó a surgir: Era la primera vez que hablaba con su padre, pero por alguna razón desconocida, que él consideraba casi un milagro, estaba exponiendo sus sentimientos para él... Estaban hablando abiertamente, de manera espontánea cómo nunca pensó que iba a suceder, como si se tratara de rutina, y era tan natural que le gustaba, sentía que podía confiar en él. Pero en esta inquietante mezcla de sensaciones también tuvo que resaltar sus sentimientos por Melanie, ya que desde semanas antes de casarse podría morirse jurando que la odiaba, pero ahora se daba cuenta de que eso que llevaba en su pecho era todo lo contrario, era un gran amor y estaba admitiendo sin ningún tipo de dificultad para el hombre era prácticamente el padre de ellos dos.
¿Cuándo él había cambiado tanto sin siquiera darse cuenta?
Tal vez esa fue la parte más notable y hermosa que Melanie había dejado en su vida, se había convertido en alguien mejor sin ella nunca pedirle que hiciera eso. Había cambiado porque sentía todo ese amor profundo y sincero que ella le dio. Cambió porque había aprendido a amarla de la misma manera, aunque no admitía. Y fue la ausencia de este amor tan grande que le destrozaba el alma, porque aunque tratara de tener esperanza sabía que ella nunca volvería a estar a su lado, que no amaría a otra mujer incluso si viviera cien años y que nunca nadie lo amaría como Melanie lo amaba...

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Venganza
RomanceGianluca es un hombre que lleva en el pecho un gran resentimiento: abandonado por su padre a una edad temprana, creció junto a su madre (Irene), una mujer llena de disgusto de la vida que juró algún día vengarse de su ex marido. Los años pasan e Ire...