Capítulo 62

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Era tarde, Melanie estaba sentada en un sofá con las piernas estiradas. Estaba dolorida por el largo paseo, estaba leyendo tranquila en la pequeña biblioteca de la casa de campo y Gian estaba en la mesa revisando unos papeles que Theo había enviado por e-mail. De vez en cuando sonreía al ver Elise reaccionar con la lectura. Él no sabía qué historia que ella estaba leyendo, pero parecía ser divertida, ya que sonreía muy a menudo y no apartaba los ojos de las páginas ni durante unos segundos.

Gianluca puso un pedazo de madera en el fuego, esa noche era más fría que la anterior y luego miró a su esposa. Llevaba una camisa de manga larga, pantalones y calcetines, pero se frotaba los pies. Él salió y volvió unos segundos después con una manta y sin decir nada, la puso en sus piernas. Elise levantó la vista, sonrió y él se inclinó dándole un beso en la frente, ella sonrió un poco tímida y su corazón se aceleró. Él tenía actitudes amables le prestaba atención, en los pequeños detalles... Siempre había hecho. Él deslizó rápidamente la mano por su pelo hasta la barbilla y sonrió con afecto, entonces se alejó en silencio se sentó para seguir trabajando. Pero Melanie no podía apartar la mirada. Por más que tratara de no apreciar, ella sabía que no era así, y después de ese beso por la tarde sabía que ya no sería capaz de ser indiferente, pero aún sentía un poco de orgullo y no quería confesar a Gianluca que él estaba, de hecho, revertiendo su situación. Ella sólo tragó saliva y siguió leyendo durante unos minutos más.

- ¿Quieres un café? - él preguntó poniéndose de pie y ella lo miró.
- No... - sacó la manta de las piernas, lanzándola a un lado y se levantó también. - Seguiré leyendo mañana, estoy cansada.
- ¿Quieres alguna cosa? - preguntó andando hacia ella.
- Creo que no...

Gian se acercó y suavemente la agarró de la cintura y la miró a los ojos. Durante varios segundos la miró con cariño, sin decir nada, sólo quería mirarla, esos bellos ojos, la barbilla fina y la boca bien diseñada.

- ¿Qué pasa? - Ella preguntó con cierto estado de ánimo - ¿Qué quieres?
- Nada... - dijo, abriendo una sonrisa disimulada y ella sonrió - Sólo quería verte de cerca. - le acariciaba la nuca sin apartar la mirada. - Me gusta mirarte.
- Me di cuenta.
- Me gusta tenerte cerca.
- Ya me había dado de eso también. - dijo sonriendo. - Pero yo quiero ir a mi habitación, hay que dejar que me vaya ahora...
- Nooooo... - dijo juguetón haciendo cara de dolor, la atrajo hacia sí y la abrazó con cariño y ella aceptó, rodeando sus brazos alrededor de su cintura y apoyando la cabeza en su pecho. - No te vayas, no... - murmuró y ella se rió.
- Voy a estar en la habitación de al lado.
- Demasiado lejos... - murmuró dándole un beso en la parte superior de su cabeza. - No me gusta estar tan lejos de la persona que más amo en el mundo. - dijo sonriendo y ella se mordió el labio mientras sonreía ampliamente. Era tan bueno escuchar y sentir que era verdad. De repente se oyó un ruido, ella levantó la cabeza y Gian puso serio.
- ¿Qué fue eso? - preguntó ella. Otro ruido... Y parecía un golpe fuerte.

Elise todavía estaba abrazando a su marido y cómo él estaba con el cuerpo presionado contra el de ella, sintió cuando ella se tensó. Después de todo ¿Qué ruido era ese?

- ¿Melanie? - Escucharon en la distancia, sin ser capaz de identificar la voz - ¿Melanie?
- ¿James? - ella murmuró.
- ¿Melanie? - la llamó ya cerca de la biblioteca, vio la puerta abierta, entró y miró a los dos.
- James, ¿qué haces aquí? - preguntó confundida y se soltó de Gian.
- ¡Melanie! - dijo Zachary entrando...

Ella lo miró asustada cuando él pasó por James. ¿Cómo diablos se había encontrado este lugar? Gian apretó la mandíbula y Zach dio otro paso hacia adelante, pero antes de pensar en acercarse a Melanie, Gianluca se paró frente a ella, y con su brazo la tocó ligeramente para que se fuera aún más atrás de él... Zachary no llegaría a ella... Sólo lo haría se lo matase.

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