Capítulo 60

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Habían pasado unos minutos desde que Gianluca y Melanie habían salido de la casa de campo. Ellos caminaban uno al lado del otro lentamente para disfrutar del ambiente y no cansarse. Él ya había caminado por ese lugar innumerables veces, ahora quería que ella también disfrutara el lugar.

Sólo poco antes Melanie había conseguido dejar de mirar a su marido. Debido a la profesión, a menudo lo vía con ropa más social, chaleco o chaqueta y corbata, e incluso cuando estaban juntos, él no cambiaba su estilo y en casa la mayor parte del tiempo lo había visto en pijama o ropa interior... Y hoy, por la primera vez que podía recordar, no estaba vestido así. Llevaba una camisa blanca con un diseño en el centro, pantalones y chaqueta de jeans y tenis en lugar de sus zapatos. Y caminaba con las manos en la espalda en lugar de metidas en sus bolsillos como era su habitual. Ella incluso se había divertido verlo un poco diferente de lo normal, pero era cierto que era atractivo usando cualquier cosa.

Gianluca se aclaró la garganta y Melanie lo miró. Ella sospechaba que su garganta no estaba rascando, y sí que él estaba discretamente tratando de conseguir su atención porque al mirar en su dirección él ya la observaba.

- Supongo que nunca pregunté muchas cosas sobre su familia – ella lo miró con desconfianza – ¿Por qué no me cuentas de tu padre?
- Murió hace mucho tiempo... – él la miró con humor y sonrió. Eso sí sabía... Ella sonrió y dio unos pasos más antes que decidiera continuar – No sé mucho sobre él.
- ¿Cómo sucedió?
- Fue un accidente... Mi padre estaba cazando con algunos amigos. Comenzaron a correr persiguiendo a un animal, él era más rápido y corría un poco por delante de los demás, entonces uno de los hombres detrás de él tropezó, cayó al suelo y el arma se disparó. La bala lo golpeó en la nuca y lo mató en el mismo momento.
- Eso es horrible. – murmuró y ella dijo nada. – ¿Lo echas de menos?
- Para ser honesta, no. Es difícil extrañar a alguien que nunca conociste.
- Tal vez... - dijo rascándose la cabeza.
- Sé lo que quieres decir, pero la situación es diferente. – él asintió. Melanie no esperaba por el padre porque sabía que estaba muerto, y cuando esto había sucedido Agatha aún estaba embarazada. Pero Gianluca, sabía que su padre estaba en algún lugar por ahí, eso lo dejaba con la esperanza de que algún día llegaría a verlo, lo que nunca ocurrió. Melanie estaba cierta, eran diferentes circunstancias... – A pesar de que no extrañe a mi verdadero padre, a veces me pregunto cómo habría sido si él me hubiera creado... De todos modos, Harrison ha sido increíble. A veces hasta me olvido de que no es mi padre biológico. – Gian se limitó a sonreír mientras la miraba – Creo que habría sido un buen padre para ti también.
- Creo que sí... Hablamos pocas veces, pero nos llevamos bien.
- Me alegro de que se estáis recuperando gradualmente el tiempo perdido. Podéis llegar a ser buenos amigos pronto.
- También estoy feliz por ello... Es bueno saber que queda alguien en el mundo para que llame de familia.

Melanie sintió una punzada en el corazón. A excepción de su acercamiento a Harrison, Gianluca tenía a nadie más. Theo era casi como un hermano, pero no reemplazaría a los lazos de sangre. Si hubieran empezado su historia de manera diferente, incluso podría haber visto a James como un verdadero hermano y Agatha como su segunda madre... Y a pocos días casi había elegido a Zachary para asumir la paternidad del hijo que era de él. Era absurdo, pero al ver de este punto de vista era como si realmente hubiera llevado todo de él.

- Tal vez por eso he estado tan emocionado cuando supe de su embarazo. Sentí que podía empezar de nuevo, tener mi propia familia, a pesar de que me va a costar un poco de trabajo para lograr. – habló con humor. No estaba siendo sarcástico o tratando de obligarla a hablar de ello, él sólo dijo con calma un pensamiento y ella lo sintió en su tono de voz.
- Siempre tendrás a tu hijo a tu lado... - le respondió con buen humor y con el canto del ojo vio cuando él se rió y negó con la cabeza. – Por supuesto que si es tu voluntad podrás tener más hijos. – él se volvió rápidamente la cabeza hacia ella, mirándola serio. – Nada impide que te cases de nuevo. – él entrecerró los ojos.
- ¿Por qué querría una segunda esposa cuando acerté en la primera opción? – Ella lo miró levantando una ceja y dejó de caminar, él hizo lo mismo, acercándose a ella – Por otra parte, no veo ninguna razón para casarme con otra mujer si amo sólo a ti, Elise.

Ella suspiró lentamente, su corazón se aceleró y las manos se han ganado un leve temblor. Ella llevó su mano izquierda hasta el cuello, donde comenzó a apretar el collar de topacio azul con la esperanza de traer calma. Había esperado tanto tiempo para oírle decir que la amaba. Era tan emocionante que no se sentía ser capaz de razonar bien. Gianluca tenía una leve sonrisa en su rostro, no era una sonrisa de malicia o de libertinaje, era sólo una agradable sonrisa, y la miraba con ternura casi como si pudiera leer su mente, por lo que se acercó. Mientras que su mano derecha se detuvo en el codo, para subir lentamente acariciando su brazo, la otra fue hacia la mano de Melanie todavía en el cuello. Sus dedos empezaron a jugar y los entrelazó mientras ella solamente observaba ese toque tan suave y delicado. Gianluca se acercó aún más, ella levantó la cara para mirarlo y en ese momento supo que estaba arruinada... Sus ojos se encontraron y el tiempo parecía ir más despacio. Podía sentir su aliento mezclándose con el suyo, sintió que su mano que antes estaba en su brazo, se había deslizado alrededor de su cintura y ella se estremeció.

Melanie casi odiaba a sí misma en ese momento. ¿Nunca sería capaz de dominar sus propias emociones cuando él estaba cerca? En un momento de poca lucidez llegó a pensar que tal vez él hubiera hecho algún tipo de hechizo para tenerla porque era absurdamente imposible (después de dos años y una decepción profunda) todavía reaccionar a él de la misma manera de cuando se besaron por primera vez... Porque estaba segura de que él iba a hacerlo, ya que sus ojos estaban fijos en su boca y ella estaba totalmente indispuesta a empujarlo y correr, en realidad quería quedarse... Por lo que simplemente cerró los ojos y se rindió. Que Gianluca la besara si quisiera, que abrazara y apretase, no protestaría.

Unos segundos más tarde – ella nunca sabría decir cuánto – finalmente sintió que Gianluca la acercaba más, con la mano tocó su cuello y el pulgar acarició su boca y su barbilla. Melanie incluso con los ojos cerrados podría haber jurado que sintió su mirada pasar en cada centímetro de su cara, lo que le causó la mayor expectativa. Ella se rió por dentro cuando se acordó de las palabras de su marido en el día en que él había se enfrentado con la furia de Zachary, diciendo que ella nunca sentiría nada al lado de él... Estaba en lo cierto, tenía razón cuando pronunció cada una de esas palabras.

Entonces finalmente, después de ese el dulce tormento de tener que esperar Gianluca, al final se unió sus labios a los de ella. Y fue lento, cálido y mágico. Aunque después Elise fuera probablemente tratar de negar todo lo que estaba sintiendo, sabía que en ese momento más que su boca era de Gianluca... Ella lo pertenecía por completo, cuerpo, mente, alma y corazón. Y ese fue el beso más apasionado que habían compartido nunca, estaba lleno de deseo, pero había una cierta desesperación e intensidad mientras sus bocas estaban jugando entre sí y se abrazaron como si nunca fueron a soltarse.

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