Shu Sakamaki

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Las lectoras tomarán el nombre de ___





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Estabas en la mansión Sakamaki, tranquila leyendo un libro en la sala, cuando sientes que alguien se encuentra detrás tuyo.

-Ahre, bitch-chan ¿Qué estás haciendo aquí?

-Estoy leyendo ¿No es obvio?

-Nfu, lamento interrumpirte- Laito desapareció y volviste a quedarte sola, pero no por mucho, pues sobre tus piernas descansaba la cabeza de un chico.

-Shu...-susurraste cerrando el libro y viendo a un hermoso chico con los ojos cerrados- ¿En qué momento llegaste?- le preguntaste acariciando su cabello

-Solo quería sentir un poco de calor, afuera hace frío- dijo él sin abrir sus ojos, seguiste acariciando su cabello mientras el descansaba plácidamente sobre tu regazo.

Sin querer te habías quedado dormida, Shu aún seguía en tus piernas, estiraste los brazos y viste el reloj.

-¡Son las nueve!- gritaste, lo que hizo que Shu frunciera el ceño

-¿Qué pasa? ¿Por qué haces tanta bulla?- dijo sentándose en el sofá

-¡Nos quedamos dormidos!- te levantaste- ¡El Instituto, debemos alcanzar a los...- empezaste a caminar pero una mano se aferró a tu brazo impidiendo que te marcharás

-Por una vez no pasará nada

-¡Lo dice el chico que nunca va a clases!- dijiste sin voltear, en un descuido él tiró de tu brazo haciendo que cayeras al sofá y él se colocará encima tuyo.

-¿Qué...?

-Shh...haz silencio- se acercó a tu cuello el cual olfateó, sentiste cosquillas a lo que sonreíste- Así que te gustan estas cosas

-¿De qué hablas Shu?- decías riendo, él se alejó de ti y comenzó a irse- Shu...¿A dónde vas?- lo seguiste a un pasillo oscuro, al no ver nada comenzaste a chocar con un par de cosas que estaban en tu camino- Shu...¡Shu!- lo llamabas, sin embargo él no respondía, hasta que viste una luz en una habitación, entraste y la puerta atrás tuyo se cerró.

-Shu...-lo llamaste temerosa, todo estaba oscuro, en eso sentiste que una mano tocaba tu cintura y otra te cubrió los ojos- Shu- dijiste con la esperanza de que fuera él.

-Hmph...así que este tipo de cosas no te gustan- sin duda era su voz, cuando quito su mano de tus ojos viste que ya no estabas en esa habitación oscura sino estabas en la habitación de él, volteaste a verlo, él te miraba fijamente con esos ojos azules brillantes que tenía.

-¿Por qué hiciste eso?- preguntaste aún con la voz temblorosa, él se acercaba a ti en lo que tu retrocedías hasta chocar con la pared, él colocó su brazo al costado de tu cabeza.

-Porque quiero conocerte más, tus miedos, tus gustos, tus preferencias...tus sentimientos- dijo él acercándose a tu rostro, lo que había dicho él tuvo un gran impacto en ti, Shu Sakamaki estaba interesado en ti y lo comprobaste en el momento en que pegó sus labios a los tuyos, al separarse lo miraste algo confundida

-¿Por qué...por qué yo?- preguntaste aún con duda

-Porque solo puedes ser tú- susurro él, ya había pasado un tiempo desde que llegaste a la mansión Sakamaki, desde que te encontraste con aquel chico que solo dormía en cualquier parte de esa gran mansión, con el chico del que te enamoraste a primera vista, te gustaba todo él, su actitud fría, su manera de ser; pero él nunca te tomó interés, solo te veía como una presa insignificante de la cual alimentarse. Ahora él te veía con aquellos ojos de chico enamorado.

-Pero...tú...tú no me querías- dijiste a lo que él respondió con un beso

-¿En serio pensaste que no me fijaba en ti solo porque no te veía de la misma manera que tú a mí a penas me conociste?- preguntó él- Yo...yo no demuestro mis sentimientos, pero cada vez que te preocupabas por mí, cada vez que me acobijabas cuando me veías descansando en el sofá, las incontables veces que me dabas tu sangre solo por capricho mío yo...yo comencé a sentir algo hacia ti- él estaba sonrojado al confesarte todo, le dedicaste una mirada tierna y besaste su mejilla

-Te amo Shu- dijiste cogiendo su rostro con tus manos, esas palabras que querían salir desde hace mucho por fin fueron oídas; él no las ignoró y te besó, esa era su forma de demostrarte que también sentía lo mismo.

Un par de besos, acaricias no eran suficientes, ambos se necesitaban, querías más, él te levantó y te recostó encima de la cama, dejó marcas de besos en tu cuello a lo que tú gemías de placer, luego comenzó a desabotonar tu blusa y a bajar tu falda, te dejó en ropa interior, no esperaste más y también le quitaste la ropa, sin dejar de besarse ambos se desvestían hasta quedar desnudos bajo las sábanas. Él tomo tus pechos y los masajeaba, sentías una electricidad al sentir sus manos frías tocándote.

-Ah...Shu...

-No eres tan plana como Yui, siéntete orgullosa- dijo él, reíste ante su comentario obsceno, él seguía jugando con tus pezones y besando tu cuello.

-Hueles delicioso, el aroma que emana tu cuerpo me hacer perder la razón- susurraba él, no podías dejar de soltar pequeños gemidos, tratabas de retenerlos pero él te dijo- Quiero escucharte, quiero escucharte ___- de repente metió un dedo en tu cavidad, no pudiste aguantarte y gemiste.

-Shu...ugh- él te penetraba con su dedo sin dejar de tocar tus senos.

-Tch, no aguanto más- dijo él, se posicionó entre tus piernas y entró en ti, te mordiste el labio inferior para evitar gritar 

-Duele Shu...- confesaste

-Solo al principio, relájate- dijo moviéndose un poco, el dolor era insoportable, él se dio cuenta- ___- sus miradas se encontraron- Te amo...- susurró y depositó un beso en tu frente, con esas simples pero muy significativas palabras hicieron que te calmaras, el dolor que sentías se estaba convirtiendo en placer.

-Ah Shu...

-Tsk...___- ambos gemían sus nombres conforme Shu aumentaba sus movimientos hasta que...- No...aguantaré mucho...-dijo él, ambos llegaron al orgasmo juntos. Cayeron rendidos en la cama, él encima tuyo, mirabas el techo de la habitación, algo agitada pero muy feliz acariciando el cabello de tu chico.

-Gracias Shu...-pudiste ver que él estaba un poco sonrojado, así que te cubrió los ojos y se acercó a tus labios para besarlos.

-Gracias a ti ___ - dijo quitando su mano de tus ojos, él sonrío y se dieron un abrazo cálido, de tus ojos cayó una lágrima de felicidad, la cual Shu la retiró con su pulgar.

-¿Qué hechizo me haz lanzado frágil humana?- preguntó colocandote contra su pecho, reíste por lo bajo, entendías claramente lo que quería decir- Te amo- volvió a susurrar, dibujaste una sonrisa en tu rostro antes de caer dormida junto a él.

Al día siguiente, en la habitual comida familiar en el comedor, Shu se sentó a tu costado, entrelazaron sus manos debajo de la mesa, sin que nadie los viera, pero alguien se dio cuenta.

-Uhm...¿Ustedes dos?- Shu miró a su hermano, Reiji, quien lo miraba con recelo

-___ ahora es mía, ella es mi novia así que no quiero que nadie la toqué- dijo de pronto, no te esperabas eso por su parte, los demás se quedaron impresionados con la noticia y no tadaron en felicitarlos.

Ya en el jardín, estaban tú y él sobre el césped.

-¿Por qué dijiste eso de repente?- preguntaste

-Porque ellos deben saber que tú eres mía, solo mía- se acercó a ti y te mordió el cuello succionando tu sangre.

-Shu...- te quejaste por el dolor.

-Tu sangre, tu cuerpo me pertenece, ___- dijo él besando tus labios, ese vampiro te tenía bajo su encanto pero lo que tú no sabías es que era al revés.








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