Capítulo 6

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Lauren supo que había muchas características que le gustaba ver y escuchar de Camila, le gustaba verla sonreír, le gustaba verla sujetar su mano, escucharla reír, le gustaba sus gestos tiernos, le gustaba su voz, sus ojos, cada facción, le gustaba cada cosa de ella, pero había una, algo que en definitiva no le gustaba de Camila, supongo que hasta lo odiaba, y era escuchar a Camila llorar.

- Escucha, por favor tranquilízate, ya voy para allá - le tranquilizaba con tono dulce -. Trata de contarme que pasó y quién es ese sujeto que grita.

- ¡No lo sé, no sé quién es, no sé su nombre! - rota en llanto -. Intentó abusar de mí, creo que aún lo quiere hacer y por eso no se va.

Lo que acababa de escuchar Lauren la hacía encender un fuego de furia en su interior, no conocía al chico pero ya quería ahorcarlo. Empuñó sus manos en un intento de mitigar su furia.

- Llamaré a la policía.

- No - le pidió Camila.

- ¿Qué? ¿Por qué no?

- No quiero que mi padre se entere, no quiero decepcionarlo.

- ¡Abre la jodida puerta de una puta vez! - gritó el ojiazul propinando una patada en la puerta que retumbó en el oído de Lauren y provocó un grito de sobresalto en Camila.

- Bien, bien - con nerviosismo en su tono y esforzándose por mantener la compostura, por Camila, porque necesitaba su razón enfocada para ayudarla -, dime, ¿está solo? ¿Cuántos son?

- Solo es él... - en un hilo de voz.

- ¿Quién, de los que conozcas que puedan asistirte, está en ese bar?

- Hay varios amigos, intenté marcarles, pero no contestan, supongo que están tan ebrios que ni siquiera comprenderían una sola palabra de las que les dijera.

- ¡Maldita perra!

- Vale, escucha, Camila. Dile que ya llamaste a alguien y que ahora mismo va para allá con la policía. Díselo.

- ¡Abre!

- ¡Déjame en paz! ¡Ya llamé a alguien y ahora viene para acá con la policía! - le amenazó con el tono tembloroso.

Los golpes cesaron y hubo un silencio casi espectral.

- ¿Camila? - abrumada por el silencio.

- Creo que se fue...

- Aun así no abras la puerta hasta que yo llegue - le advirtió -. Por favor, más rápido - le pidió al conductor.

- Lo siento, señorita. Voy lo más rápido que puedo.

Era cierto, el taxista se había percatado de la situación y había cooperado incluso excediendo los límites de velocidad, pero aún así para Lauren no era suficiente, ella añoraba poder llegar ya mismo hasta Camila y protegerla, impedir que cualquier desgraciado se aprovechara de ella.

- Este rojo será mi color favorito en adelante - murmuró Camila con las palabras enredandose un poco en su boca.

Lauren ofuscó el gesto, no entendía a que venía ese comentario.

- ¿Qué? ¿De qué hablas, Camila?

- El de la puerta, Lauren. En adelante será mi color favorito.

- ¿Camila, te dio alguna droga?

- No, no le recibí nada.

- Entonces estás ebria - afirmó.

- Supongo.

- Ay, Camila...

- Llegamos - le informó el conductor mientras aparcaba en frente del lugar.

DEL AMOR AL ODIO (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora