Capítulo 20

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Aquí, a partir de ahora el tiempo se lo llevaría el viento como a las hojas en ese último otoño que comenzó tan cálido y después se volvió tan frío, como es propio de los otoños y en las primeras páginas de la historia de ellas se escribió con tinta de colores, parecía un cuento de fantasía, pero se tornó tan cruel y ahora lucía más a una historia de terror. Puedes tachar los errores en una historia, pero eso no los borra, las heridas siguen ahí. Lejos la una de la otra, jamás volvieron a saber de su amor, los recuerdos seguían tan flameantes en sus memorias, pero hacía distintos fervores, pues Camila recordaba a Lauren con nostalgia, con ternura y su mente se llenaba de inquisiciones, ¿qué fue de su vida? ¿Habrá amado a alguien más como la amo a ella? ¿Dónde está? ¿Siquiera la recuerda...? Incluso, a veces, reaparecía en sus sueños y allí se veía tan nítida que refrescaba la imagen de ella en su memoria; pero en cambio el fervor de Lauren flameaba por una razón disímil a la de Camila, el fervor de Lauren flameaba por su deseo de venganza.

Pero los azares del Destino son indóciles, así que como un ser omnipotente observo como se vuelven a surcar sus caminos.

Cinco otoños después...

Camila's POV.

El color sobre el blanco siempre me resultó la cosa más fascinante, como tomar el vacío y plasmar sobre él un mundo lleno de tonos. El aroma de las pinturas, la textura fría y cremosa, era todo y cada cosa lo que me cautivaba del arte y cuando estaba sumergida en mi imaginación mientras la musa guiaba mis pinceladas, de pronto ya no existía nada más, mi mundo se nublaba y solo podía concentrarme en el color embargado el blanco. Así huía de mi realidad y por algunas horas podía ser feliz.

Me separé de la pared para apreciar la conclusión de mi nueva obra y la esquina de mi labio se curvó.

— Increíble... — aduló la voz de mi amiga viajando desde mi espalda provocándome un leve sobresalto por la repentina voz, pero es que estaba tan ida en mi creatividad que olvidé que ella estaba ahí presente —. La inauguración cada vez está más cerca, ¡Dios! Mila, estoy tan emocionada.

Reí por lo bajo y busqué sus ojos cafés. Se colocó a mi lado con sus ojos detallando el muro del interior que me había servido de lienzo; sus manos llenas de pintura y una que otras machas repartidas por sus ropas blancas.

— Ya solo quedan tres días — como si me costará creer mis propias palabras.

Mi amiga y yo habíamos trabajado tan duro por fundar nuestra propia galería de arte y ahora estábamos a tres días de la gran inauguración. Habíamos comprado la inmensa propiedad gracias a nuestras obras, a nuestro propio trabajo, sí, yo me convertí en la artista que siempre soñé ser, yo, sin ayuda de nadie más. Greg siempre insistió en costear todos los gastos para crear la galería, con artistas de renombre pintando bajo nuestra firma. Pero yo se lo impendí, no sé cuántas veces peleamos entorno al mismo asunto y creo que le hice la vida lo suficientemente difícil para querer verme ocupada en algo. De modo que accedió a dejarme ser libre con mis pinturas, claro, solo en esto, porque en todo lo demás sigo siendo su prisionera.

Así que allí estábamos, ultimando los detalles para la inauguración, el último muro siendo colmado de color, las habitaciones exponiendo nuestras pinturas, esculturas, fotografías, todo lo que alguna vez Shawn y yo soñamos. "Oh... Shawn...", cuanto lo extraño, cuanto me gustaría que estuviese aquí el día de la inauguración, pero él y yo no nos vemos hace cinco años, Greg lo apartó de mí, Greg apartó a todos de mí... En fin, no vale la pena afligirme por cosas que quedaron atrás, yo estaba alimentando un pequeño fuego en mi interior, un pequeño fuego que alumbraba en mi oscuridad y lo protegería contra los vendavales. Apenas teníamos unos pocos artistas, jóvenes soñadores como nosotras, no tenían mucho recorrido, pero eso no importaba. Era nuestro sueño haciéndose realidad.

DEL AMOR AL ODIO (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora