DEL AMOR AL ODIO (CAMREN)

Capítulo 27

Camila's POV.

"¿Por qué...?"

¿Por qué tenía que asistir? ¿Por qué no me quedé en mi oficina... Lejos de ella? Tenía que aprender a aceptar que la Lauren que una vez conocí, la benévola y compasiva Lauren de la me enamoré... Murió. Que esta mujer es cruel... Rencorosa y letal, como un camión sin frenos. Quiero odiarla, ¡Dios! Cuanto deseo odiarla, arrancar sus raíces alimentándose de mi corazón, borrar sus huellas tatuadas en mi alma. Dejarla atrás, así como ella lo hizo conmigo, cuanto desearía que aunque estemos en una misma habitación mis ojos no la busquen, que mi corazón no la llame, que mi tacto no la necesite. Deseo tantas cosas y sin embargo, no obtengo nada. ¿Cómo la olvido? Por favor...

Su sonrisa, su estúpida y perfecta sonrisa dibujada en sus labios rojos después de dispararme con aquellas palabras. Ella sólo me había llevado hasta allí para burlarse de mí, para exhibir mis sentimientos y escupirles. ¿Cómo era posible que mi corazón aún latiese desenfrenado por ella? Yo no tenía las riendas sobre él, no las tenía y es tan frustrante.

— Púdrete, Lauren... Púdrete mil veces... — conseguí soltar antes de que mi voz se rompiera.

No podía seguir mirándola, me dañaba, me hería violento y brutal a mi corazón, las suturas se rompieron y el sangrado regresó, más descomunal que nunca.

Reuní las últimas fuerzas que me quedaban y escapé de allí, de su sonrisa, de su mirada...

La puerta estaba tan cerca y a la vez tan distante. No podía distinguir nada de mi entorno, los demás se nubló y de pronto solo existía aquella puerta, aquella vía de escape, un escape abstracto, fantasioso, y yo solo podía mirar con anhelo la puerta que me arrancaría de esa sádica escena, la veía borrosa por las lágrimas inundando mis ojos. Yo de verdad empeñaba mis escasas fuerzas, mis débiles fuerzas para no llorar, deseaba que al menos en una sola cosa saliera invicta, pero también estaba fallando y por mis mejillas se dibujaban ríos de lágrimas.

Sentí mis pasos fallar... "No... Por favor, no me fallen... Por favor, sáquenme de allí..."

De pronto, estando tan próxima del sesgo de huida algo atajó mi marcha y me devolvió súbitamente a la realidad, una realidad en donde ella estaba ligada.

¿Qué no me había herido lo suficientemente? ¿Qué le faltaba por decir? ¿Aún le quedaban balas en su lengua para herirme?

Aparté la mirada, no podía continuar viéndola.

— ¡Suéltame! — conseguí soltar en medio del llanto, halando mi brazo para liberarme.

— ¡Cállate! — ordenó con poderío halándome contra ella.

"No..."

Ya se había burlado azas de mí. Yo quería huir lejos, de todo y de todos, especialmente de ella... Su cercanía era como combustible al fuego desde mi fuero interno que me consumía, que me reduciría a polvo en sus manos que me privaban de huir. Su maldito tacto...

— ¡NO ME TOQUES, NO QUIERO QUE ME TOQUES! — Grité guiada por las fuerzas de mi agobio.

Coloqué mi mano en su pecho y la empujé, mis ímpetus parecían ausentes, apagados, porque no conseguí apartarla realmente. No... No podía, ella subyugaba mi brío.

Me atreví a ver sus ojos, no supe leer lo que dictaban, pero fue un error verlos, porque su iris verde me arrebató las últimas fuerzas.

Entonces, atrapó mis mejillas entre sus manos y me atrajo contra ella, nuestros cuerpos chocaron como una colisión de estrellas de neutrones y sin darme tiempo a reaccionar, o siquiera pensar, unió sus labios con los míos...