Capítulo 26

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La tensión en el ambiente casi podía palparse con la manos, incluso se sentía el peso sobre los hombros de los presente y lo que restó del recorrido Greg pudo notar las miradas de furia que se dedicaban su esposa y Michelle, comenzó a suponer que había tenido un roce de disputa y que probablemente él era la razón, que Camila otra vez se mostraba territorial con él delante de aquella mujer y eso lo embargaba de satisfacción. Luego preguntaría, no en ese momento donde había otros presentes, sino cuando estuviese a solas con su mujer.

Camila tenía un talento para hacerle la vida imposible a las personas, algo que había aprendido con Greg y si tenía que aplicarlo con Lauren, lo haría, pero no agacharía la cabeza. Mientras en la cabeza de Michelle ya había matado a la latina de tantas formas.

Cuando Greg y su esposa se preparaban para abandonar las instalaciones, solo aguardaban por Ethan que se había ausentado unos minutos a atender una llamada, mientras Michelle se mantenía a unos metros dando instrucciones a uno de sus empleados. Fue en ese instante que una idea conquistó la cúspide del pensamiento de Camila, Lauren la quería lejos de su camino, pero no le daría ese gusto, no, todo lo contrario.

— Greg — le llamó de pronto para atraer su atención.

Él se despegó de la concentración sobre su teléfono para mirarla.

— Dime.

Se aseguró que Lauren estuviese mirando, lo hacía, le miraba de reojo de vez en cuando.

Comenzó a romper el espacio que separaba su cuerpo del de Greg, colocándose tan cerquita suyo que al hombre le provocó una sacudida interna. Comenzó a jugar con el bordadillo del abrigo de él mientras este la observa expectante, curioso.

— ¿Qué estarías dispuesto a permitirme a cambio de un beso?

Greg no pudo abrir más los ojos, ¿estaba despierto? La miró, levantó la ceja, incrédulo, mientras sus labios se adelantaban a dibujar una sonrisa.

— ¿Qué dices?

— Lo que escuchaste — ahora envolviendo sus manos en el cuello de él y sus cuerpos uniéndose.

Greg no cabía en su propia felicidad.

— Bueno, podrías empezar diciéndome qué es lo que quieres — le jugó, con tono tentador mientras la Latina desviaba rápidamente la mirada y allí seguía Lauren.

Ella enredó sus dedos en los cabellos de él, sonriendo juguetona. Greg aprovechó para envolverla por la cintura y mantenerla así, tan cerca suyo.

— Quisiera que me dejaras trabajar en la empresa.

No pudo evitar reír, mientras negaba con la cabeza. Pero tras comprobar que su esposa no estaba bromeando, que se lo decía en serio, apagó su risa.

— ¿Es en serio?

— Te lo digo totalmente en serio, Greg.

— ¿Por qué querrías trabajar en la empresa? — receloso.

— Estaremos aquí una temporada, ¿no? tengo que entretenerme con algo.

Volvió a sonreír, esta vez exponiendo todo el blanco de sus dientes y Camila rio divertida ante el gesto de él.

— ¿Qué dices? — lo tentó rozando la punta de su nariz con la de él, sintiendo su respiración chocar contra sus labios, volviéndolo loco.

— Ahora que lo pienso mejor, te tendré cerca de mí todo el día.

— ¿Eso es un sí?

Asintió y con su respuesta sonrieron mutuamente.

Entonces se puso de puntitas para alcanzar sus labios y los unió con los de él que los capturó con amenidad. Por primera en todo lo que llevaban de matrimonio ella le dio beso real, no uno que tuviera que robarle, no uno que tuvieran que usar para fingir delante de sus padres, no, incluso hasta le permitió colar su lengua en la boca de ella, la sensación de sus lengua acariciándose lo dejaba sin aire. Se sintió derretirse ante el tacto de ella, sus suaves y húmedos labios sabían a su labial de frutas, su aliento fresco chocando con el suyo. Mientras sus manos ajustadas en la cintura de ella la apretaban todavía más contra sí.

DEL AMOR AL ODIO (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora