Capítulo 53

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Una aprensión abismal asaltó a su cuerpo en ese instante, un espanto abrumador apuntado hacia el auge de la muerte, una muerte que en días pasados la había tentado como un dulce a un niño, pero que ya no, hoy no, algo había cambiado, porque ahora la amedrentaba, repudiada la idea de perecer y no volver a contemplar el brillo de una nueva mañana, y quería vivir porque muy en el fondo, contenido en su ser, aun prevalecía una llama encendida, una flama que era nutrida por su esperanza de que un día Lauren saliera invicta y viniera por ella, para llevársela, para salvarla de la garras de Greg y esta vez para siempre, pero entendía tarde que los "para siempre" no existen, que son una invención para justificar aquello de lo que no queremos desprendernos nunca, pero la realidad es "mientras dure", porque la única excepción a la regla es la muerte; y así como todo tiene un principio, también un final. Ahora toda esa ilusión se desvanecía como polvo barrido por el viento.

Luchó, no sé dejaría vencer tan fácil aun cuando sus bríos estaban decayendo con un ave a la que le rompieron sus alas durante el vuelo, su alma aun le proveía energía, su deseo de ver una vez más a Lauren alimentaba su ambición de vivir y se aferró con convicción y suplicio a ello.

Se valió de todas su fuerzas para resistirse, se sacudió en el sillón tratando de levantarse, pero la fuerza que la estrangulaba desde atrás resultó ser mayor a la suya, más brutal, más salvaje, suprimiéndola. Ella enterró sus uñas en los brazos que apretaban la soga que envolvía su cuello y escuchó un gruñido de queja por el dolor, así que continuó rasguñando la piel de esos brazos con más barbarie y trató de impulsarse con los pies para levantarse del sillón, pero el sujeto no se lo permitió, la comprimió con fuerza y sólo apretó con más salvajismo la soga entorno al cuello de ella y entonces las fuerzas de Camila la fueron abandonando, poco a poco, y su conciencia empezaba a irse junto con su fuerzas mientras su entorno comenzaba a pintarse de un tono rojo, pues los vasitos de sus ojos se reventaban por la estrangulación y la esclerótica de sus ojos se tornaba roja por la sangre.

No, no podía rendirse, no quería morir, ya no, deseaba febrilmente vivir y esperar por Lauren, por la vida a su lado que el destino le había prometido, pero esa ilusión se desvanecía. En ese instante en que su mente se tambaleaba entre la conciencia y la inconsciencia, cerca de cruzar la línea que le privaría de cualquier esperanza de vida si la atravesaba, fue en ese instante que su mente perfiló la figura de la Ojiverde, dibujando sus facciones, las sonrisas que le dedicaba, la traía a su mente como si su corazón hubiera empujado la imagen a su cabeza para despedirse...

***

Lauren sintió en ese instante que su corazón roto en cientos de fragmentos se enloquecía, su corazón le gritaba, pero no le entendía, no lo comprendía y hasta la brisa le susurraba en los oídos lo que los espectros de la muerte le hacían a Camila, le murmuraba que la arrastraban a cruzar la línea que separa la vida... De la muerte. Tuvo el arrebato instantáneo y frenético de correr a buscarla, de acallar su corazón comprobando la imagen de la latina y aplacar el presentimiento que la inquietaba, que le ponía los bellos de punta.

"¡Corre!", le gritaba el Destino, pero la realidad era que de nada serviría, pues estaba muy lejos... Y aunque los vientos escalofriantes la empujaron hasta la salida de su casa, se detuvo sosteniendo el picaporte en su mano.

"Ella se fue...", pensó, pensó que era su necio corazón negándose a renunciar a ella y de cierta forma era así, pero esta vez su corazón se estaba negando a renunciar a ella para siempre.

***

Camila quería poder gritar, un grito, solo uno necesitaba, ella sabía que si conseguía liberar un solo grito Niall la escucharía y la ayudaría como lo prometió, pero no podía, la asfixiada con barbarie cortando el flujo de palabras.

DEL AMOR AL ODIO (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora