Le dolió, le dolió aquel rechazo, le dolió su mirada furiosa y obscura, le laceraban sus palabras, fueron una punzada a su corazón que lo dejó sangrando. La había dejado allí, a las puertas de un beso que tanto anhelaba, que no sabía cuánto lo deseaba hasta que el roce le despertó las memorias y la decepción la derrumbó cuando la dejó allí plantada. Descubrió cuanto resentimiento yacía ahora dentro del corazón de la Ojiverde y como se lo temía, Lauren la detestaba por abandonarla y era ese pensamiento el que la apuñalaba, y aunque lo suponía era más doloroso comprobarlo con sus propios ojos. Fue por ello que tuvo aquella fuga de palabras, Camila no hablaba de sentirse confundida por la razón que Lauren supuso, no, ella se sentía confundida, acorralada, el día que aceptó ser la esposa de Greg para salvar a su padre, hasta el día hoy ella todavía no sabía si había elegido lo correcto.
Su mente estaba revuelta en cientos de pensamientos que mariposeaban sin cesar. Acarició sus labios sintiendo aún vivo el hormigueo que le provocó el simple roce de la piel fría de sus labios. Tuvo que subsistir allí, por minutos que se extendían, necesitaba ese tiempo para instaurar la inercia contra los desórdenes revoltosos de su interior, estaba paralizada, abrumada, la acribillaban tantas preguntas y las respuestas no llegarían solas, tendría que buscarlas. Entonces sus deseos de verla vencieron su quietud y fue por ello que regresó al interior.
Cuando se integró de retorno al salón se encontró con una imagen vil que le revolvió el estómago e hizo un nudo de este, le apretó el corazón con sadismo, pues la vio junto a Greg, sonriéndole, pero no eran simples sonrisas, no. La vio acariciando con su dedo índice la tela del abrigo de él, dedicándole miradas traviesas que alguna vez le dedicó a ella. Y por primera vez sintió unos celos tormentosos revolcar su interior, no sintió alivio de ver a Greg con otra mujer como en oportunidades pasadas, esta ocasión era disímil. Estaban coqueteando, no había duda y eso le estaba retorciendo desde su fuero interno.
— ¿Vas a permitir que esa mujer coquetee con tu marido delante tuyo? ¿Delante de otras personas? ¿Qué van a decir de ti? — murmuró su madre cerca de su oído con enojo, observando la escena y Camila no fue consciente de su presencia hasta que habló cerca de oído.
A ella nunca le importó que su marido buscase a otras mujeres, incluso hasta le gustaba que pusiera los ojos en alguien más y aunque no era muy creyente, rezaba, rezaba con fervor por que un día él fijara su atención en otra mujer y la dejara libre, pero este no era el caso, pues él estaba cortejando con su antiguo amor, no, antiguo no, porque su amor aún prevalece vivo y floreciente aunque sea otoño.
El interior de Camila se encendió, el combustible que suscitaba ese incendio era la ira, no lo permitiría. Si Lauren quería jugar ella se uniría al juego.
No contestó a su madre, sólo camino con pasos decididos hacia uno de los catering que repartía las bebidas y sujetó dos copas en cada mano, necesitaba un poco de irracionalidad si quería atreverse. Bebió las copas de vino y Michelle, desde la distancia, se percató. Ofuscó el ceño mientras la veía beber una, dos, tres, más copas. Dejó de prestarle atención a Greg, porque ahora tenía la atención puesta en la latina. "¿Pero qué estaba haciendo?" se preguntaba.
Cuando se iba a llevar a los labios otra copa más la mano de su madre le rapó la bebida, provocando que se derramarse un poco en el suelo. La latina la miró con desdén mientras su madre la fulminaba con la mirada.
— ¡¿Qué estás haciendo?! — con tono irascible en contraste con su expresión.
— ¿No es obvio? Estoy refrescando mi garganta — contestó con ironía.
— Compórtate, ¿qué van a pensar los invitados?
— Siempre es: qué van a pensar de mí, pero nunca de Greg. Él puede coquetear con otras mujeres delante de mí y de otras personas, pero es sobre mí que van a pensar mal porque no lo detengo, y tampoco puedo beber, porque es sobre mí que van a pensar mal mientras el corteja a otras mujeres. ¿No te parece que es un poco machista?
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DEL AMOR AL ODIO (CAMREN)
Fanfiction¿Es posible odiar a una persona con la misma fuerza con que la amó? Creado por una masoquista para masoquistas.