Capítulo 39

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Los corazones de Shawn y Dinah palpitaban frenéticos encerrados dentro de la prisión de su tórax, queriendo escapar, temiéndose lo peor ante la escena que los ceñía. Mientras aguardaban pávidos por el dictamen de los secuestradores allí conglomerados, un veredicto que se prolongaba para inflar su inquietud. No sabían qué esperaban sucintamente, pero la dilación los estaba perturbando en densidades cuantiosas, llenando sus cavilaciones de suposiciones que solo desataban más tétricos temores.

Yacían arrodillados sobre la tierra negra de un boscoso entorno que les era enteramente desconocido, ni una migaja de familiaridad para acallar sus turbaciones. Un bosque que prexistía a las afueras de Miami. Los sonidos silvestres vadeaban la atmosfera de mudez y el sonido de las olas que viajaba en el aire hasta ellos desde una playa desértica a varios metros de donde estaban acentuados. Un indicio claro de que estaban apartados de todo y les resultaba una aterradora conjetura. ¿Querían matarlos y abandonar sus cuerpos en ese bosque? Aunque la interrogante más pertinaz era ¿por qué los hombres que habían raptado a Camila los querían a ellos también?

Shawn no resistió la incertidumbre que mariposeaba en su cabeza y se dispuso a hablar mientras dirigía su mirada a la mujer enmascarada que, a su parecer, le resultaba ser quien estaba a cargo.

— ¿Qué quieres de nosotros...? — preguntó con su tono vibrante que se esmeró por liberar firme, pero falló de pleno.

La mujer lo miró mientras permanecía de forma campante recostada contra el tronco de uno de los abetos. Rompió su postura para encaminarse hacia el chico sometido.

— Queremos hacer un sacrificio satánico con uno de ustedes y estamos esperando a que Satán elija al que quiere — le explicó la mujer con tono lúgubre.

Sus ojos casi se salen de sus orbitas ante las nebulosas palabras y un escalofrió azotó sus cuerpos de principio a fin.

— Oh, ¿lo escuchan? — continuó la morena colocando su mano tras su ojera para hacer el ademán de que sus oídos captaban algo ininteligible —. Creo que ya está escogiendo — dando pasos hacia ellos dos mientras sus cuerpos temblaban con la presencia de la mujer aproximándose.

— Ay... Dios mío — masculló Dinah dándose la bendición.

La mujer alcanzó su destino y abordó tierras cercanas a la rubia, mientras era arremetida por temblores que sacudían hasta sus huesos. Estaba cabizbaja, pero vio como los pies de esa mujer se detuvieron a su lado y sentía que su corazón se le escaparía del pecho. Se contrajo cuando la mujer la tomó de su mentón y la guio a levantar la mirada para encararla.

— Tranquila, preciosa, que no te escogió a ti — le aplacó con un susurró y un tono sutil para culminar guiñándole un ojo —. Lo escogió a él — señalando al chico a su lado y Shawn tembló ante la señalización apuntada a él.

Entonces Tristan no pudo contener más la risa y su carcajada inundó el hábitat cortando la tensión a la mitad, ganándose un fusilazo con la mirada de Normani y un codazo propinado por Liam a su lateral.

— Lo siento, lo siento. Continua — se disculpó Tristan tratando de guardar su risa.

Entonces escucharon el motor de un auto filtrarse entre los sonidos silvestres, atrayendo las miradas de los presentes hacia la dirección de dónde derivaba. Fue así que divisaron una Hammer oscura de vidrios polarizados que no encajaba con el contraste natural. Se detuvo y vieron una figura femenina bajar de la cabina trasera del auto.

Shawn y Dinah se quedaron perplejos cuando reconocieron la figura de Lauren desmontando del auto.

— ¿Pero qué mierdas....? —exclamó con pasmo Shawn ante la figura que atrapaban sus ojos a unos metros entre la alineación de árboles que bordeaban un camino rural por donde había transitado el vehículo hasta estacionar.

DEL AMOR AL ODIO (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora