DEL AMOR AL ODIO (CAMREN)

Capítulo 42

La nueva bodega cohabitaba con el silencio despótico, los silencios tan propios después de una funesta tormenta. Ahora debería presentarse la calma, o eso es lo que dicen, pero la realidad era que después de la tormenta venía el huracán.

Solo se percibía el sonido armonioso de las olas del mar acometiendo contra el malecón a las espaldas del almacén estratégicamente ubicado a las afueras de Miami. Así que estaban todos allí mancomunados después del mortal final de quien fuese para ellos una líder, pero más allá del título era una amiga, un ser al que habían dedicado sentimientos de lealtad, de apego. Yacían en quietud después de que hubiesen desempacado todo y acomodado en su respectivo lugar.

— Yo no le daré la noticia — comentó Brad de repente facturando el silencio a la mitad.

Los presentes lo miraron, todos incapaces de atribuirse la tarea al igual que el chico.

— Se la daré yo — respondió Doc no habiendo nadie más ofreciéndose.

— ¿Y quién le dirá a su familia? — inquirió ahora Tristan.

— Supongo... Que la jefa — traslució Doc levantándose de encima de una de las cajas de maderas que guardaban armas y comenzando a pasearse por el lugar siendo presa hacedera de la impaciencia.

— Encontré algo extraño — comentó Liam de repente desviándose el tema instaurado mientras permanecía ubicado en una mesa, con su atención canalizada en su laptop, llamando la atención de todos los presentes que arrimaron a su lugar. Excepto Dinah que se mantenía ajena de todo, sentada cerca de una de las ventanas cubiertas por tablas, pero en la que había un pequeño espacio entre el tableado que le permitía observar al exterior, al océano —. El micrófono de la oficina de Greg captó algo extraño.

— ¿Qué cosa? — preguntó Brad sintiéndose rematadamente interesado.

— Alguien se coló en su oficina y se robó unos documentos de la laptop, además de que le infectaron con un malware para robarse información.

— ¿Sabes quién pudo ser? — ahora fue Tristan quien preguntó observando la pantalla que reproducía códigos binarios. Cabe mencionar que no entendía nada, que su aporte era nulo.

— No lo sé, pero pienso que debe ser alguien de su planta con acceso a su oficina. Cuando escuché lo que captó el micrófono me colé a través de la red al sistema de cámaras de Salim y revisé las cámaras de esa planta. Noté que durante unos minutos las cámaras de seguridad de la última planta se congelaron, parecía que todo estaba en calma, pero realmente se habían colado previamente en los canales y las congelaron. Nuevamente quien lo hizo tuvo acceso a las consolas de seguridad para implantar un software y congelarlas. Los de seguridad no se dieron cuenta porque la planta estaba vacía, siempre es la primera planta en desocuparse. Así que ocurrió durante el mismo tiempo en el que se colaron a su oficina. Tengo la voz del sujeto y habla por teléfono con alguien que parece ser quien le indica qué hacer. Observando las cámaras de los otros niveles que sí tenían un escaso número de personal, pude captar al intruso en el ascensor, pero sabía que hay una cámara ahí y estaba protegido con la capota de su chaqueta y la mirada tirada al suelo. Aquí está el sujeto — enseñando en pantalla la apariencia informal del sujeto que vestía con una chaqueta olivo y un pantalón caqui —. Quien sea que haya perpetrado esa invasión no son ningunos novatos. Tenían todo meticulosamente planeado.

— ¿Puedes saber qué robaron exactamente? — retomó Brad.

— Sí, estoy colado en el sistema de Greg gracias a mi dispositivo escondido en el cableado encima de los baños de esa planta, ¿lo olvidas? Puedo ver las cámaras y puedo entrar en su ordenador. He pasado días husmeando en su ordenador y no encontraba nada relevante. Hasta que este sujeto entró y fue directamente por lo que buscaba. Lo que me hace pensar que está muy relacionado con Greg. Lo que me resulta extraño, son los documentos que robaron. A simple vista no parecen imperativos, simplemente son unos inventarios, pero algo todavía más extraño, es que Greg tenía esos archivos encriptados.