Capítulo 7

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Camila caminaba a su lado, hablaba de algo a lo que Lauren no podía prestar atención, pues estaba concentrada en los labios y en el movimiento de estos mientras articulaba las palabras, solo sonreía para parecer que prestaba atención a la anécdota de ella y cuando sus ojos giraban para verla, Lauren rápidamente dirigía sus ojos hasta los de Camila. Los labios de Camila estaban siendo como un dulce que ponen delante de un niño, pero que únicamente puede ver sin poder probar.

El taxi las había dejado unas calles antes de llegar a la zona de mansiones donde prexistía la residencia de los Cabello, Camila lo decidió así con la intención de alargar los minutos cerca de Lauren, excusándose en que se hacían presentes las secuelas de la noche anterior y le revotaba el estómago estar en el interior de un auto, así que bajaron para que ella pudiera tomar aire y el resto del camino lo anduvieron a pie, pero el camino tenía un final y cuando se hizo presente a la distancia le encogió el corazón a ambas.

— Es aquí — deteniéndose frente a la reja.

La mansión estaba resguardada por altos muros a los que algunos árboles superaban el tamaño y se asomaban por la barda, y un colosal portón de rejas de hierro oscuro que permitía vislumbrar a la gigantesca casa blanca que reposa en el fondo, el camino hasta esta está trazado por arbustos y arboles demarcando el camino y una enorme fuente justo frente a la lujosa mansión. Lauren no pudo evitar maravillarse con el lugar, aunque había imaginado algo impetuoso, ahora que sus ojos lo comprobaban entendía que se había quedado corta en su imaginación.

— ¿Te gustaría pasar? — la invitó.

Lauren lo meditó unos instantes, quería acceder, no porque quisiera conocer el lugar, sino porque quería extender su tiempo con Camila, pero su trabajo se lo impedía.

— No puedo. Tengo que trabajar — le recordó con gesto dolido mientras metía sus manos a los bolsillos de su chaqueta y exhalaba el aire contenido.

— Quizá en otra oportunidad — reiteró Camila.

— Sí, me encantaría.

Se creó un silencio entre ambas que les provocó espasmos en las espaldas de ambas.

— Entonces... — rompió el silencio Lauren mientras inhalaba hondo, intentaría dar el primer paso con Camila, sí, lo haría, apoyada en la esperanza que le había ofrecido su madre — eh... me preguntaba si... podríamos salir esta noche después de que termine mi turno en el club — Camila abrió los ojos, sorprendida por la propuesta de Lauren, pero Lauren la interpretó como que Camila había asumido aquello como un acto de atrevimiento o quizá que le había molestado la invitación considerando todo lo que le había ocurrido ayer —. Nada de bares, por supuesto — corrigió rápidamente —, tal vez solo... algo de comer, no sé... algo más tranquilo — Camila se le quedó viendo, atónica porque su interior no quería asumir que Lauren la estaba invitando a una cita —. Aunque si tienes algo qué hacer lo comprendo y no hay problema — se apresuró a decir pensando que el silencio de Camila se debía a que la había puesto en una incómoda situación, retractándose y maldiciéndose en el fiero por haberse atrevido.

— No, no tengo otros planes — soltó al fin Camila, despertando de su estado —, me encantaría, Lauren.

Las palabras de Camila le resultaron música y pudo exhalar aliviada, entonces ¿Camila no la había rechazado?

— Excelente — le sonrió —, entonces ¿pasó por ti a las siete?

— Sí, te veo aquí entonces — le devolvió la sonrisa.

— Ya... tengo que irme — los nervios estaban haciendo estragos en su interior.

— Adiós, Lauren.

DEL AMOR AL ODIO (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora