Capítulo 21 - Ben

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- ¿Sam? ¿Estás ahí?
Un movimiento entre las sombras me indican que estoy en lo cierto. Suelto un largo suspiro, preparándome para lo que está por venir. Dejo el teléfono en el suelo y de un impulso entro en la pequeña cabaña de madera. Hacía años que la cabaña no era más que un conglomerado de tablas y polvo, pero desde que Sam empezó a salir con mi hermana, se ha convertido en un extensión de la casa. Melanie subió una mañana y extendió en el suelo una gruesa alfombra de moqueta, e incluso colocó un pequeño baúl para guardar velas, mantas y cosas así. He odiado este sitio desde el día en que se convirtió en su sitio, pero ahora que tengo que arrastrarme por el suelo lo agradezco. Atravieso la estancia a tientas y me siento al lado de mi amigo.
- ¿Cómo has sabido que estoy aquí?
- Mel ha llegado hace rato, pero tu coche seguía abajo. No hay que ser muy listo.- intento bromear, pero no lo consigo. En cuanto he visto la cara de Mel, he comprendido que algo iba mal.

Sam asiente en silencio, y luego se tumba y cierra los ojos con fuerza. Seguramente lo último que quiere ahora es hablar conmigo.
- ¿Has hablado con ella?- me pregunta de pronto. Yo niego con la cabeza, aunque sé que no puede verme.
- En cuanto ha pasado el marco de la puerta ha entrado corriendo a su cuarto y se ha encerrado dentro.
- Se ha enterado de lo del campamento.- dice él, cubriéndose el rostro con las manos. Abro los ojos, entendiéndolo todo de repente. Con todo lo que ha pasado últimamente, casi se me había olvidado.
- Mierda.- respondo.- Ahora todo tiene sentido.
- Joder, Ben. Sé que esto es incómodo para ti.- Sam se incorpora de golpe, quedando a mi altura. Yo sacudo la cabeza, intentando quitarle importancia.
- Ahora no te preocupes por eso. Melanie no conoce a tu padre tanto como yo.- Sam me mira con sorpresa, y yo le doy un suave golpe en el hombro.- ¿Quieres que hable con ella?
- Ahora no. Está muy afectada.- Asiento en silencio, y Sam vuelve a tumbarse en el suelo. Últimamente no somos los mejores amigos, eso no es nada nuevo, pero no puedo evitar sentirme mal por él. Melanie es mi hermana, y está por delante de todo. Pero luego están Sam y Evan, siempre. Y sé que, por mucho que me haya tomado el pelo Sam estos meses, no se merece lo que le está pasando.

Pero no sirve de nada lo que pueda decirle. Así que me limito a tumbarme a su lado y a guardar silencio junto a él. Pasamos varios minutos así, atendiendo a los sonidos de la calle: los coches que pasan de tanto en tanto, el cantar estridente de un grillo a lo lejos. Y ese zumbido sordo que pasa por la cabeza de Sam, torturándose una y otra vez porque después de luchar tanto por Melanie su padre le ha hecho perderla de nuevo.
- Debería llamar a Evan.- digo de pronto.- A él lo escuchará.
- ¿Y luego qué? Me voy a ir igualmente.
- No seas tan duro contigo mismo.- me quejo.- No va a ser fácil, pero tienes que explicarle como están las cosas con tu padre. ¡Demonios! Deberías haberlo hecho hace siglos.
- Tienes razón.- me concede Sam, preparándose para marcharse.- Pero no será esta noche. Mañana vendré a recogerla y hablaré con ella. ¿Me ayudarás? Necesito que me escuche.

Me quedo mirando el techo, indeciso. Quiero que estén bien, después de todo. Pero hay algo dentro de mí que me recuerda lo descontento que estoy con esta relación. Sacudo la cabeza, maldiciéndome por ser tan imbécil.
- Claro.- respondo finalmente.- Te veo mañana.
- Gracias, Ben.
Sam me pone una mano sobre el hombro, y yo fuerzo una sonrisa incómoda. Cuando se marcha recojo un poco las cosas y me tumbo donde antes estaba él, fijando la vista en el techo. Cuando he mirado a Melanie a los ojos, ese ínfimo instante antes de que saliera corriendo, he entendido que lo que siente por Sam es de verdad. Jamás la había visto así, ni siquiera cuando ocurrió lo de Rob. De algún modo la vi rota, sufriendo como nunca...y también vi que era invencible. No importa la guerra que yo monte, ellos seguirán unidos con ese maldito vínculo irrompible. Y si estar separados va a hacer que ella esté tan mal...tendré que aprender a vivir con ello, pero no dejaré que esté mal ni un segundo más.

Más de una vez estoy a punto de pasar de los consejos de Sam e ir a hablar con ella, pero en parte sé que tiene razón. No necesita que la salven, necesita tiempo para procesar lo que acaba de descubrir. Y, cuando haya asumido lo inevitable, Sam tendrá su oportunidad de hablar con ella.
Salgo a dar una vuelta, con la esperanza de que el frío pueda despejar mis ideas. Hasta ahora, para mí el tiempo era algo que transcurría a paso de tortuga. No podía creer que realmente fuera a acabar el instituto, ni mucho menos que un día me largaría de aquí. Pero todo ha terminado. En cuestión de días me graduaré, y en apenas unos meses todo lo que he conocido hasta ahora cambiará de manera radical. Se me hace raro pensar que todo va a cambiar, y hasta lo más insignificante se vuelve vital para mí: la vieja campana del instituto, mi taquilla oxidada, las caras gruñonas de mi hermana cuando nos cruzábamos por los pasillos. La sonrisa burlona de una chica pelirroja…

Me paro en seco, abrumado por mis propios pensamientos. ¿Qué me está pasando? Hace meses que conozco a Sally, y nunca había sentido...
Levanto los ojos y se me hiela la sangre. Sin darme cuenta, he aparecido en la zona residencial donde vive Lisa. Al final de la calle está su casa, irguiéndose sobre mí con gesto burlón. Doy media vuelta y acelero el paso, pero es tarde. Ya estoy dándole vueltas otra vez a lo que llevo días intentando evitar. Hay muchas cosas que no me gustan de Lisa, entre ellas su mal gusto para enamorarse. Y cuando la vi con Harry...sabía que estaba haciendo mal al intentar utilizar su aprecio por mí para que se alejara de él...pero de algún modo sentí que lo hacía por ella. Luego vi su rostro, y me di cuenta de que lo hacía por mí. No sé qué significa eso exactamente, pero sí que estoy jodido. Entre esto, lo de mi hermana y todo lo demás...cuando Melanie empezó a tener problemas pensé que sería buena idea acercarme a ella, conocer un poco mejor a sus amigos. Luego me encontré cómodo, y me acerqué demasiado. Y ahora se acaba el tiempo, y todo está patas arriba. Sam y Melanie, Harry y Sally...Lisa, siempre Lisa, con su hermano dando por hecho sentimientos que nunca he estado seguro de tener. Y ahora que Lisa ha decidido alejarse de mí no puedo evitar preguntarme…¿Y si me estoy equivocando? Mi tiempo aquí se está acabando...y cuando me dé cuenta de lo que siento a lo mejor ya es demasiado tarde.

De nuevo, doy media vuelta. Tal vez sea una señal: tengo que tomar una decisión y no puedo esperar más. Ni un minuto más.

Cómo enamorar a un idiota [Saga Idiota #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora