Peter: ¿Lista para una escapada nocturna?
Melanie: Lo siento, pero esta noche no puedo.
Melanie: A Ben se le ha ido la cabeza y ha cortado la rama del árbol que daba a mi dormitorio.
Peter: ¡¡¡No me lo creo!!!
Melanie: Yo tampoco...pero será mejor que no salga esta noche.
Melanie: ¿Habías salido ya de casa?
Algo así. Pienso mientras observo la ventana cerrada de su dormitorio. Me gustaría decirle lo que pienso realmente: No necesitas escapar por la ventana. Simplemente baja. Hazlo por mí...
Peter: No, tranquila.
Peter: Nos vemos en clase.
Melanie: ¡Claro...! Buenas noches :D.
Melanie: Y lo siento...
Me despido de Melanie y guardo el teléfono, maldiciendo mi mala suerte. Desde que somos unos críos, este tipo de escapadas nocturnas son una tradición, nuestra manera de escapar de todo. Y hoy lo necesitaba.
Suelto un suspiro de resignación y doy media vuelta. No tiene sentido que me quede aquí por más tiempo, así que me meto la manos en los bolsillos de la chaqueta y emprendo el camino de regreso a casa. Hace unos días estalló la bomba y Melanie y Sam contaron a todo el grupo que llevan unas semanas saliendo juntos. Hubo reacciones de todo tipo: algunos lo sospechaban y soltaron gritos de alegría y suspiros de alivio a partes iguales. Harry lanzó lo que tenía en la mano contra el suelo y se marchó de allí, mientras que Ben brillaba por su ausencia. Y yo...yo tardé un poco en reaccionar.
Sabía que estaban juntos. Me lo confesó en nuestra última escapada, hace unas semanas. Y, aunque decidiera contármelo mucho más tarde de lo que a mí me hubiera gustado, hacía tiempo que lo sospechaba. Sin embargo, no me di cuenta de lo que realmente significaba hasta ese preciso instante, cuando Sam tomó a Mel de la mano y le sonrió con cara de tonto que se le queda a uno cuando está enamorado. Sentí como si el tiempo se ralentizara: el gritito entusiasmado de Lisa, la risa de Sebastian, las bromas de Sally. El batido que Harry había arrojado al suelo se había derramado por el suelo, y Alice intentaba limpiarlo con una servilleta. Todo era como siempre, todos actuaban como se esperaba de ellos. Pero a la vez sentí que algo había cambiado.
No es que no me guste Sam. Al contrario, es con diferencia el mejor pretendiente que ha tenido Melanie en el último año. Y, viendo lo sobreprotector que es Ben, puedo llegar a entender el numerito del idiota. Pero su llegada lo va a cambiar todo. De hecho, ya lo está haciendo.
- Evan, ¿estás bien?- le pregunté a mi compañero, al ver que daba una palmadita en el hombro a Sam y se apartaba del grupo.- Supongo que para ti no es nueva la noticia.
- No.- me respondió con una sonrisa triste.- Estoy feliz por ellos, pero en momentos como estos me pregunto si el precio que hemos tenido que pagar no ha sido demasiado alto.
No supe qué responder. Bueno, en realidad sí lo sabía. Entendía -o al menos podía imaginarlo muy bien.- qué se sentía al ver cómo una amistad de años se quebraba ante mis ojos. Nunca había sido muy amigo de Ben, pero yo también había crecido en esa casa y sabía que esos tres eran uña y carne. Pero ahora en el mejor de los casos son solo dos...
Sacudo la cabeza, molesto conmigo mismo por seguir dándole vueltas. En unos días se acaba el curso, así que intentaré no comerme mucho la cabeza. Al llegar a un semáforo en rojo me paro en seco, y por un segundo dudo si desviar mi camino para dirigirme a casa de Lisa. Al menos ella puede salir por la puerta sin que ningún hermano loco la persiga con una sierra mecánica...Pero es demasiado tarde, seguro que estará durmiendo. Sacudo la cabeza de nuevo y cojo el camino que va directo hacia mi casa. Observo mi alrededor, distraído: empieza a notarse el calor del verano, aunque por las noches todavía refresca. La luna está casi llena, y la calle está desierta. No pasan coches, y el único sonido que se escucha es el parpadeo de una de las farolas de la calle.
Bueno, casi. Si prestas atención, también se oye una voz de mujer unos metros más allá. Intrigado, sigo el sonido de la voz hasta encontrarme una chica sentada en un banco que canturrea una canción mientras escribe algo en un ordenador portátil. Me quedo mirándola embobado, sin saber muy bien qué hacer. Desde luego, no pasa desapercibida: su tez blanca contrasta con su cabello y sus labios, ambos pintados de color azul oscuro. Parece tranquila, despreocupada, más concentrada en la pantalla del ordenador que atenta a la aparición de algún peligro nocturno. Por un momento pienso en dar media vuelta, o en pasar a toda prisa y olvidarme del asunto, pero me llama tanto la atención que simplemente me quedo ahí plantado, mirándola. Hasta que levanta la vista de la pantalla de su ordenador y me ve.
- Hola.- me saluda, sorprendida y divertida a partes iguales.
- Hola.- le respondo yo, solamente sorprendido.
- No te quedes ahí plantado, hombre.- la chica señala el banco con la cabeza, y yo me siento a su lado sin mediar palabra.- ¿Tú tampoco puedes dormir?
- No exactamente.- le contesto, aún desconcertado.- Iba a ver a alguien, pero no estaba en casa.
- Qué ambiguo.- ríe ella.- Haces bien, no es buena idea hablar con desconocidos.
Me quedo en silencio, evaluándola. Al principio me sostiene la mirada, pero no tarda ni cinco segundos en volver a tomar la palabra.
- ¿Cómo te llamas, chico ambiguo?
- Peter.- contesto, a la par que ella estrecha mi mano de forma teatral.- ¿Y tú?
- Me llamo Blue.
- ¿En serio?
- No.- contesta ella riendo.- Pero puedes llamarme así, al menos por ahora.
Los dos nos reímos, desconcertados por esta situación tan singular.
- No te había visto nunca antes.- le digo de pronto, distrído por sus ojos, de un azul verdoso que me recuerda al de las piedras esmeralda.- Quiero decir...aquí solo hay un instituto y parece que tú vas al instituto. O sea, no quiero decir...
- Me acabo de mudar.- me interrumpe, riendo.- Ya hice los exámenes finales, así que desde esta misma tarde estoy oficialmente de vacaciones.
- Bienvenida al pueblo pues.- le contesto, torpe. Me levanto del banco y me dispongo a marcharme- Vivo por aquí cerca, así que supongo que tarde o temprano volveremos a encontrarnos.
- Supongo que sí.- responde ella, manteniendo esa sonrisa azul.- Nos vemos por ahí.
Nos deseamos las buenas noches y me dirijo a mi casa, que cómo le he dicho a Blue está a pocos minutos de la suya. Conforme meto la llave en la cerradura y entro en mi casa a hurtadillas, me doy cuenta de que algo ha cambiado de nuevo. Al igual que el otro día sentí como si todo lo que había conocido hasta el momento había cambiado, ahora siento que todo ha empezado de nuevo.
Y, sinceramente, no sé cómo sentirme al respecto.
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Hello! Sorry por el retraso. Sigo con el internet mal :(. Prometo que más adelante escribiré con más frecuencia.
¿Qué tal todo? Melanie acaba el curso, pero aquí en España acaba de empezar...horror.
¡Buenas noches!
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Cómo enamorar a un idiota [Saga Idiota #2]
Novela JuvenilAl fin ha terminado el curso, y Melanie ya no tiene que mantener su relación en secreto. Ben ha prometido quedarse al margen, pero le está costando más de lo esperado hacerse a la idea de que su hermana está saliendo con alguien. *** Mientras Melan...