Capítulo 19 - Melanie

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Melanie: Sam...estoy abajo...

Idiota: Voy. ¿Estás preparada?

Melanie: No, no lo estoy.

Idiota: Todo irá bien, confía en mí :D.

Me muerdo el labio inferior, inquieta, todavía con la mirada fija en la pantalla del móvil. Me gustaría poder confiar en sus palabras, pero ahora mismo solo puedo centrarme en no salir corriendo de aquí. Por un momento me parece una idea estupenda: dicen que se me da bien.

Unos pasos al otro lado de la puerta me indican que el momento está cerca: Sam va a presentarme a sus padres. Me aliso los pliegues de la falda y me coloco la blusa en un último e inútil esfuerzo de tranquilizarme.

Cuando la puerta se abre, no obstante, me siento menos preparada que nunca.

- Hola, cielo.- me saluda Susan con una sonrisa.- Estás encantadora.

Le agradezco el cumplido y entro en la casa con un extraño sentimiento de pánico. Dentro me espera Sam, articulando con los labios una disculpa apurada por no haber llegado a tiempo a la puerta.

- Hola, Sam.- le saludo entre dientes. Este se inclina para darme un beso, pero yo me escapo con la excusa de saludar a su padre. Lo último que me apetece es que su madre saque el tema de nuestro primer beso.- Hola, señor...

- James.- responde él, con voz grave.- Llámame James.

Asiento en silencio, cada vez más nerviosa. Conocía a Susan de las veces que había ido a buscar a Sam a casa, pero jamás había tenido noticias de su padre. Parece serio, demasiado para ser padre de mi idiota. O tal vez solo esté de mal humor, pero eso no me tranquiliza en absoluto.

- ¿Qué tal te han ido las pruebas?- pregunta Susan de pronto, invitándome a sentarme en el sofá con un ademán.

- Han ido bien, gracias.- me limito a responder, temerosa de quedarme trabada.

- Es la mejor corredora del equipo.- dice Sam, sentándose a mi lado y rodeándome con un brazo.

- ¿Estás en el equipo?- el padre, que no había vuelto a dirigirme una sola mirada desde que me había pedido que lo llamara James, levanta los ojos en mi dirección y me observa con repentino interés.- Sam no nos lo había dicho.

- Estaba.- respondo, sonriendo con torpeza.- Pero me estoy planteando pedir una plaza para el año que viene.

- Ah.- la sequedad de James me hace tragar saliva. Incluso Sam lo ha notado: intenta transmitirme confianza y seguridad, pero no logra evitar un estremecimiento.

Después de unos segundos de una tremenda incomodidad, Susan da una palmada y se levanta de golpe.

- ¡A la mesa! En un minuto estará lista la cena.

Sam se levanta para ayudar a su madre, pero yo me adelanto y le pido que nos espere en la mesa. No quiero quedarme a solas con su madre, pero lo prefiero mil veces a quedarme a solas con su padre. Le doy un apretón de manos y sigo a Susan hasta la cocina. A pesar de los nervios, observo todo lo que hay a mi alrededor con gran interés. Aunque es cierto que Sam y yo empezamos nuestra relación en el porche de esta casa, esta es la primera vez que puedo verla por dentro. Conociendo los gustos de Sam, y a juzgar por lo poco que he podido averiguar de James, la decoración de la casa solo puede ser cosa de Susan. Se nota que tiene buen gusto, sobre todo en la zona del salón-comedor, pero hay algo en ella que no encaja. Es algo juvenil, ese tono de rebeldía que caracteriza a la gente joven. En cierto modo, eso me intimida: no sé si admirarla por su jovialidad, o temerla por lo que pueda hacer o decir.

Cómo enamorar a un idiota [Saga Idiota #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora