Capítulo 24 - Sam

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Hoy se acaba todo. No sé qué vendrá después...tal vez un nuevo comienzo, una segunda parte, o tal vez un rotundo final. No puedo saber qué me deparará el mañana, pero sí tengo claro que hoy acaba una de las etapas más importantes de mi vida.

Recorro los pasillos del instituto por última vez, rozando las taquillas con la yema de los dedos. Miles de recuerdos se amontonan en mi memoria: encuentros, risas y momentos alegres, pero también conflictos y recuerdos desagradables. Sin embargo, no cambiaría nada: gracias a todo lo que he vivido estos años soy la persona que soy ahora.

Gracias a todos esos momentos la conocí.

Cuando llego a su taquilla sostengo el candado en mis manos, ensimismado en los recuerdos de los últimos meses. Melanie siempre estuvo ahí, pero yo no tenía derecho a mirarla. Hasta ahora, y por poco la pierdo. Trago saliva, recordando el momento de nuestra pelea. No estamos bien, y los dos lo sabemos. En parte es normal: a ninguno de los dos nos gusta el rumbo que van a tomar nuestras vidas. Pero no podemos elegir, o al menos no todavía.

Lo entiendo.- me dijo ella, con la cabeza hundida en mi pecho.- Es solo que duele. Lo sé, pequeña, lo sé.

- Estás muy guapo.- dice un voz a mi espalda.- Aunque también un poco acosador.

Suelto el candado de golpe, a lo que Ben suelta una corta carcajada.

- Perdona estaba...- no se me ocurre ninguna excusa por la que podía estar en la taquilla de Mel.- Estaba empanado.

- Ya veo.- Ben me sonríe, y por un segundo me olvido de toda la tensión acumulada.- ¿Cómo te sientes?

- Muy raro.- le contesto.- ¿Y tú?

Ben agarra el candado de una taquilla y lo mira distraído.

- Muy raro también. Siento que este instituto ya forma parte de mi propio cuerpo.- De repente, levanta la mirada y me sonríe con tristeza.- Al menos podré llevarme a mis dos mejores amigos conmigo.

Ben vuelve a mirarme a los ojos, y una profunda emoción me atraviesa todo el cuerpo. Sin decir nada nos fundimos en un abrazo, y de algún modo sé que pase lo que pase siempre nos tendremos el uno al otro.

- Ve a por ella.- me dice él al oído.- De algún modo, este también es su último día.

Me separo de Ben, y a pocos metros está ella. Está preciosa, como siempre, pero nada de eso importa. Solo necesito que se quede conmigo.

Cuando me ve, una sonrisa aparece en su rostro. Yo me dirijo hacia ella, olvidando a todos los demás, y nos fundimos en un profundo abrazo. Solo puedo pensar en ella, en todo lo que podríamos haber sido y lo que he estado a punto de perder. La estrecho entre mis brazos, apretándola contra mí, y luego la beso como si fuera la última vez. Al principio ella reacciona con sorpresa.- normalmente no soy tan efusivo con ella cuando estamos en público, y menos en mitad de los pasillos del instituto- pero poco a poco va cediendo a mi beso y me hunde las manos en el cabello. Cuando nos separamos, siento tentanciones de levantarla en volandas y simplemente llevármela. Y a la mierda la universidad y el condenado campamento de verano.

- Te quiero.- le susurro en su oído.- Te quiero, te quiero, te quiero.- repito.- No lo olvides, por favor.

- No lo haré.- responde ella.- Pero creo que deberías saludar a mis padres.

Abro los ojos, consciente por primera vez de que Thomas y Sofía, los padres de Mel, me observan a pocos metros con una expresión entre divertida y desconcertada.

- Vaya.- trago saliva, consciente del numerito que acabo de montar.- Me he venido un poco arriba, ¿Verdad?

Melanie no dice nada, pero suelta una pequeña risita y se pone de puntillas para darme un beso en la mejilla. Después me da la mano y espera a que sus padres se acerquen a nosotros.

Cómo enamorar a un idiota [Saga Idiota #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora