Capítulo 53 - Melanie

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Si hace unos meses me hubieran dicho que acabaría trabajando con Rob en una tienda de comestibles, me hubiera querido morir. Ahora, sin embargo, me resulta reconfortante. Me recuerda a una parte de mi vida en que todo era mucho más sencillo. Aunque aquella historia no terminara bien, hubo un tiempo en que todo parecía ir sobre ruedas. Sin complicaciones ni dolores de cabeza.

-Melanie, tienes que cambiar los precios de todos los artículos de esta sección. -Como si me hubiera leído la mente, Rob asoma la cabeza por el fondo del pasillo. Yo asiento con una sonrisa cansada y él frunce el ceño-. ¿Estás bien?

-Sí. -Le contesto, aunque adivino por la expresión de su rostro que no he sonado muy convincente-. Solo estaba, ya sabes...

-¿Relativizando? -Rob levanta una ceja y yo no puedo evitar sonreír-. Veo que hay cosas que nunca cambian.

En lugar de contestar me acerco a él y acepto la pistola de precios que me tiende. Durante el siguiente cuarto de hora me limito a cumplir con mis tareas y Rob pasa a atender la caja. No ha olvidado que hay momentos en que es mejor dejarme sola.

-Precios cambiados.- Rob asiente y recupera su pistola.- Ya casi he terminado mi turno, pero Sam vendrá a buscarme más tarde. ¿Quieres que traiga algo para comer?

Rob acepta mi oferta y yo salgo a comprar mientras él lo deja todo listo para cerrar la tienda. Regreso al cabo de un rato con dos bolsas repletas de comida china. Rob ha puesto dos taburetes detrás del mostrador a modo de mesa improvisada. No puedo evitar relativizar de nuevo. ¿Quién me iba a decir que lograría estar así con él otra vez?

La comida transcurre animadamente. Ninguno de los dos se atreve a recordar momentos del pasado, pero nos conocemos lo suficiente como para hablar sobre prácticamente cualquier cosa. Incluso para hablar de Sam.

-Así que Idiota busca a idiota, ¿eh? No sé qué me sorprende más, que Sam montara todo esto para acercarse a ti o que no lo mataras al descubrirlo.

-Lo sé, contado así parece una locura.- Desvío la mirada, repentinamente avergonzada. No obstante, no puedo evitar sonreír.- Pero bendita locura.

Rob se inclina sobre mí y me sonríe con ternura.

-Me encanta verte así -dice de pronto-. Hace que me sienta un poco menos culpable.

Me vuelvo hacia él, sorprendida. Ya no sonríe. Ni yo tampoco.

-Sé que debería quitarle hierro al asunto, pero no voy a hacerlo. -Hago una pausa, intentando medir mis palabras-. Fue muy duro.

-Lo sé. -Rob niega con la cabeza-. Nada podrá justificar lo que hice. Y no te pediré que me perdones, porque no creo que me lo merezca. Solo quiero que sepas que lo siento...y que me alegro de que hayas encontrado a alguien mejor que yo.

-Yo... -empiezo a hablar, pero Rob hace un gesto y se inclina un poco más hacia mí.

-Sé que no debería sacar el tema. Nos estábamos llevando muy bien y vamos a pasar mucho tiempo juntos entre estas cuatro paredes. Pero necesitaba que supieras que soy consciente de que lo que hice estuvo mal.

Abro la boca para contestar, pero la cierro por temor a no saber encontrar las palabras. Rob lo toma como una invitación a continuar hablando.

-No sé si lo mejor para los dos hubiera sido no decir nada y limitarme a ser un buen compañero de trabajo. Pero no sé, hace días que pienso en hablar contigo. Cuanto más tiempo pasamos juntos más recuerdo por qué empezamos a salir.

Espero a que añada algo más, pero no lo hace. No sé cómo interpretar esto último, si lo ha dicho como un mero halago o algo más, pero decido no pensar en ellos. No tengo ninguna duda de lo que siento por él, y quiero pensar que es recíproco.

Cómo enamorar a un idiota [Saga Idiota #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora