Una semana después
- Y esta es la llave de la caja registradora.
- Bien, bien.
- Si ves un comportamiento sospechoso en algún cliente, la alarma está debajo del mostrador. Pero no la actives si no es una emergencia.- ¿De acuerdo?
Mi nuevo jefe, un hombre bajito y delgaducho que no ha superado la crisis de los cuarenta, me mira con expresión interrogante. No parece fiarse mucho de mi capacidad para llevar la tienda, pero por algún curioso motivo ha decidido contratarme. Con un poco de suerte, algún día se marchará y me dejará trabajar tranquila. Pero por ahora...toca sonreír y asentir.
- Sí, sí, todo bien.
- Eso espero. Igualmente no dudes en llamarme si necesitas algo, estaré en la trastienda.
Justo en ese momento suena la campanilla de la puerta y los dos volvemos la cabeza.
- Todavía no hemos abierto...- empieza a decir mi jefe, pero en cuanto ve quién ha entrado cambia de opinión.- Rob, llegas tarde. Casi tengo que dejarle la tienda a ella sola.
- Perdona, tío. Papá me ha pedido que le baje unas cosas al sótano.- Rob se gira hacia mí y me guiña un ojo.- ¡Hey, Mel! ¿Cómo va?
¿Qué? ¿Rob? ¿Qué hace aquí?
- Bi...bien.- consigo mascullar.- ¿Tra-trabajas aquí?
Rob asiente y señala a mi...a nuestro jefe.
- David es mi tío.
- Oh...entiendo.
¿Quéeee?
Debo parecer estúpida, o al menos así es como me siento. David dice algo de que tiene mucho trabajo, me desea suerte de mala gana y se marcha sin añadir nada más. Rob se ríe por lo bajo y me pregunta algo, pero yo soy incapaz de responder. En serio, ¿qué?
- ¿Soy una enchufada?- digo de pronto, entendiéndolo todo.
- ¿Qué?- me pregunta Rob sin entender.
- Me parecía raro que quisieran contratarme en una tienda como esta sin tener ninguna experiencia.
- No seas idiota.- añade él.- David pensó en ti desde el principio. Yo solo acabé de convencerle.
- Pues muchas gracias.- respondo seca. Lo último que me faltaba era deberle algo al estúpido de mi ex.
- Venga, Mel, no seas así.- Rob me ofrece su mano en un gesto de paz.- Sé que fui una mierda de novio, y me arrepiento de verdad de haber hecho las cosas mal. Pero antes de ser un novio terrible fuimos grandes amigos. ¿Podríamos volver a serlo?
Miro la mano que me ofrece, dubitativa. Es cierto que lo pasé terriblemente mal cuando me dejó por otra, pero todo eso fue antes de Sam. De hecho, la última vez que hablamos sentí que dejaba atrás todo aquello, que podría mirar atrás sin remordimientos. Esto parece una especie de prueba, un modo de comprobar si realmente lo he superado o no.
Alzo la mano, dispuesta a estrechar la de Rob y así firmar la tregua, pero entonces él sonríe con picardía y me interrumpe.
- O bueno, al menos podríamos ser buenos compañeros de trabajo. Yo soy el sobrino del jefe, pero tú tienes que ganarte el pan.
- ¡Rob!- le grito, al mismo tiempo que le golpeo en el hombro. Él se encoge sobre sí mismo (¡cómo si no fuera casi medio metro más alto que yo...!) y los dos empezamos a reír. Tal vez sí que podamos volver a lo de antes...solo tengo que dejarme de complejos y seguir adelante.
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Cómo enamorar a un idiota [Saga Idiota #2]
Novela JuvenilAl fin ha terminado el curso, y Melanie ya no tiene que mantener su relación en secreto. Ben ha prometido quedarse al margen, pero le está costando más de lo esperado hacerse a la idea de que su hermana está saliendo con alguien. *** Mientras Melan...