Capítulo 45 - Ben

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Después de asegurarle una y otra vez que voy a hacer lo correcto, Sam me deja delante de casa de Sally y se marcha bajo amenaza de aparecer debajo de una piedra si no le tengo informado en todo momento de cómo se desarrollan los acontecimientos. No sé cómo ha sucedido, pero en algún momento de los últimos meses parece que Sam se ha convertido en una versión masculina de mi hermana.

Cuando pierdo de vista su coche doy media vuelta y contemplo la casa de Sally como si fuera una fortaleza infranqueable. Trago saliva, repentinamente angustiado. De repente, ya no tengo tantas ganas de mostrarme irónico.

Por un segundo me planteo echarme atrás, pero la mirada amenazante de Sam aparece en mi mente como si no se hubiera marchado. No, no puedo permitirme elegir. Tengo que corregir todo lo que estoy haciendo mal. Suelto un suspiro de resignación y asiento para mí mismo. Acto seguido, subo a su porche y toco la puerta sin permitirme pensar.

En cuanto oigo unos pasos acercándose a la puerta, sin embargo, no puedo evitar sentir un pequeño ataque de pánico. ¿Y si no es Sally la que abre la puerta? ¿Qué le diría a sus tíos si me abriera alguno de ellos? O peor...Después de cómo le he tratado en el pasado...¿cómo reaccionará Harry si es él el que abre la puerta? Estoy a punto de echarme atrás de nuevo cuando se abre la puerta y Sally aparece ante mí.

- Ben.- dice Sally, tensando la mandíbula.- ¿Qué quieres? No deberías estar aquí.

- Vaya.- respondo, dolido.- Veo que no soy bien recibido.

Sally desvía la mirada, incómoda. Sabía que no iba a recibirme con los brazos abiertos, pero no puedo evitar sentirme dolido ante tal recibimiento. Cada vez me siento más pequeño, más inseguro respecto a lo que tengo que decirle. No creo que valga la pena tan siquiera intentarlo.

- No es eso.- dice ella, aliviando tensiones.- Es solo que ha sido un día muy intenso y estoy algo cansada.

- Sí, la noticia ha sido un golpe para todos.

Sally vuelve a apartar la mirada. No sabe qué decir, y no puedo juzgarla. He escogido el peor día para ser sincero.

- No te quedes ahí parado.- dice de pronto con una media sonrisa.- Entra.

Sally se aparta a un lado y yo entro en la casa, nervioso como nunca. De nuevo, el riesgo a que aparezcan los padres de Harry o el mismo Harry se me aparece como una posibilidad inminente. ¡Por si no tuviera encima suficiente presión!

- Vamos a mi cuarto.- dice Sally, repentinamente incómoda. Es probable que haya pensado lo mismo que yo: es mejor que nadie me vea aquí, o empezarán a hacer preguntas. Sigo a Sally hasta su dormitorio, una pequeña habitación de color rosa pálido con una cama individual en el centro. A los lados tiene un armario ropero, una estantería y un escritorio abarrotado de cosas. La cama está deshecha y revuelta. Nunca me hubiera imaginado que Sally fuera tan desordenada como yo, pero en cierto modo la idea no me desagrada. De algún modo me siento un poco más cerca de ella.

- Puedes sentarte.- dice Sally señalándome la silla de su escritorio. Ella estira un poco la cama y se sienta sobre ella.- ¿De qué quieres hablar?

- Bueno...-balbuceo, cada vez más convencido de que esto no es una buena idea.- No sé si recuerdas que tú...que nosotros...tenemos una conversación pendiente que me gustaría continuar.

Una vez dicho esto, una terrible sensación de inevitabilidad me golpea con fuerza. Llevo tanto tiempo esperando y temiendo este momento...y ahora estoy aquí, ante ella, y lo único que se interpone entre nosotros es una decisión. Y está a punto de tomarla.

- De acuerdo.- dice al fin, después de dudar unos instantes.- Dime lo que me tengas que decir.

- Yo no suelo actuar así.- empiezo, consciente de que no tenía preparado lo que iba a decirle.- Siempre he preferido pedir perdón que permiso, pero contigo es diferente...de algún modo siento que he perdido antes de empezar a jugar.

Cómo enamorar a un idiota [Saga Idiota #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora