Capítulo 1 - Melanie

1.9K 164 52
                                    

Tic, tac. Tic, tac. Odio las matemáticas. Tic, tac. Tic, tac. En serio...¿Por qué tengo que aprenderme de memoria tantas fórmulas? Tic, tac...¡Basta! Necesito un descanso.

- Saaaaam.- le pido a mi amigo-novio-tutor, haciendo una mueca como una niña pequeña.- Vamos a dar una vuelta, a merendar...no sé, lo que sea. Necesito aire.

- No seas exagerada.- me responde, riéndose de mi intento de camelarle.- No llevamos ni media hora, no podemos descansar todavía. ¡Es el examen final, Mel! ¿Quieres que tu hermano me mate?

Cuando Sam menciona por enésima vez a Ben suelto un amargo suspiro. Mi hermano siempre ha sido muy sobreprotector conmigo, y el hecho de que mi novio sea uno de sus mejores amigos no ayuda demasiado. Al principio Sam ni siquiera se atrevía a acercarse a mí, por lo que empezó a hablarme por mensajes telefónicos como un admirador secreto. Al final lo descubrí gracias a mi amiga Sally, y decidimos salir juntos en secreto. Pero, como todos los secretos, fuimos descubiertos en seguida. Mi hermano se enfadó muchísimo, e incluso pegó a Sam, pero al cabo de unos días entró en razón y nos prometió que haría todo lo posible por aprender a vivir con ello. Pero eso, por desgracia, no es suficiente para que podamos estar tranquilos.

- Deja de decir eso.- le respondo mientras le aparto un mechón de pelo de la frente.- Ya oíste lo que dijo, ¿no? Lo está intentando.

- Sí, pero ya ha pasado un mes...y sigue sin prácticamente dirigirme la palabra.- cuando dice esto, Sam baja la mirada, triste.

- Dale tiempo.- Le tomo de la mano y me acerco más a él en un intento de consolarle. Al ver que no lo consigo, me acerco un poco más y le susurro al oído: - De momento tendrás que conformarte conmigo.

Aunque digo eso con la intención de hacerle reír, noto cómo se estremece bajo mi piel. Durante un segundo dudo si separarme de él o no, pero esa duda desaparece en cuanto Sam se gira levemente y roza sus labios con los míos.

- Al final te has salido con la tuya.- me dice, sonriendo contra mis labios.- Se acabaron las clases por hoy.

Antes de que me dé tiempo a responder, Sam me agarra la cintura con ambas manos y me levanta de la silla, haciendo que suelte un gritito de sorpresa.

- ¿Qué haces?- le contesto entre risas.- ¡Me haces cosquillas!

- ¿Ah, sí?- me responde él, con voz juguetona.- ¿Quieres que deje de hacerlo?

Yo asiento con energía, pero Sam me tumba sobre la cama y empieza a hacerme cosquillas con más fuerza. Yo empiezo a reír como una loca, a la vez que intento sacármelo de encima sin éxito.

- ¡Sam, para!- le grito, intentando en vano que me suelte agarrándole por las muñecas.- En serio.

Por supuesto no me hace ningún caso, y durante unos segundos los dos nos peleamos entre risas. Al principio me costó un poco reconocer que me gustaba, pero en cuanto lo acepté todo empezó a ser fácil. Porque con él todo es fácil, aunque el mundo allá afuera esté del revés. Aún recuerdo ese día que entró por la ventana de mi dormitorio y me dijo que me quería...que todo saldría bien y que podríamos estar juntos al fin. Ese fue el primero de muchos días, hasta hoy.

Sam deja de hacerme cosquillas y se inclina sobre mí con precaución, buscando mis labios. Yo aflojo el agarre de sus muñecas y cierro los ojos, buscando los suyos. Nos besamos con lentitud y sin prisas, disfrutando el hecho de no tener que escondernos más. Por un momento todo lo que hemos pasado.- todos los secretos, todas las mentiras y sus consecuencias.- pasan a un segundo plano, y solo estamos él, yo y sus manos acariciando mi cuerpo. Como nuestra relación no empezó de una manera convencional, estamos intentando ir despacio: de hecho, pronto hará dos meses que estamos juntos y aún no nos hemos atrevido a presentarnos oficialmente ante nuestras respectivas familias. Aunque supongo que debe ser bastante obvio que estamos juntos, sobre todo después de que su madre nos encontrara besándonos en el porche de su casa casi dos meses atrás.

Y eso sin tener en cuenta el cambio de papeles que ha habido en casa: antes Ben se pasaba el día con Sam y Evan, otro de sus mejores amigos, pero cuando descubrió que este también le ocultó mi relación con Sam también tomó cierta distancia. Así que ahora todo está del revés: yo me paso todo el día con Sam, veo a Evan a menudo y Ben...bueno, Ben lo intenta.

- ¿Pasa algo?- me pregunta mi novio, separándose de mí.- Te noto distraída.

- No pasa nada.- le respondo, con una amplia sonrisa.- Sigo intentando creerme que estamos juntos al fin.

Como toda respuesta, Sam se inclina sobre mí y empieza a depositar suaves besos en mi hombro, ascendiendo por el cuello hasta llegar a mi oreja. Yo cierro los ojos, estremeciéndome con cada movimiento de su piel sobre la mía.

- Tendrás que acostumbrarte, porque no pienso marcharme de tu lado.- me susurra él al oído, haciéndome cosquillas con la nariz.- Te quiero.

- Te quiero.- repito yo, agarrándolo por el cabello para atraerlo hacia mí y besarlo de nuevo. Ambos rodamos por el colchón, con tal desgracia que no nos damos cuenta de que alguien está llamando a la puerta. Ni mucho menos de que alguien ABRE la puerta.

- Melanie, mamá ha llamado para preguntar si...Mierda.- en cuanto reconocemos la voz de Ben nos separamos de inmediato, pero es demasiado tarde. Sam se levanta de la cama como impulsado por un resorte, y yo me incorporo y me coloco el pelo lo mejor que puedo. Mi hermano se queda ahí plantado sin decir nada, con la mano todavía en el pomo de la puerta y la mirada fija en el punto donde nos ha encontrado besándonos. Otra vez.

Sam se lleva las manos al rostro, incapaz de mirar a Ben a la cara, y yo le observo temerosa de su reacción. Esta, sin embargo, jamás llega. Después de mirarnos durante uno o dos segundos pide perdón por haber entrado sin avisar y se va por donde ha venido. Tardamos unos minutos en procesar lo que ha ocurrido, pero cuando vemos que no se ha enfadado los dos soltamos un suspiro de alivio.

- Estamos malditos.- dice Sam, mirándome con incredulidad. Desde que Ben nos prometió que intentaría acostumbrarse a nuestra relación, no es la primera vez que nos lo encontramos en una situación embarazosa. Nosotros intentamos ser discretos (tampoco es plan restregárselo por la cara), pero ya es la tercera vez que nos pilla en una situación embarazosa.

- Se lo ha tomado bastante bien.- le respondo, intentando tomármelo con calma. Sam me sonríe con ironía, y poco a poco vamos liberando la tensión que ha producido el momento. Me acero a él y me siento en su regazo, buscando un momento de paz.- Sé que estos momentos son difíciles, y que esta situación es la más incómoda del mundo...¡pero mira su reacción! Estoy segura de que está empezando a aceptarlo y...

Me callo de golpe cuando un sonido ensordecedor inunda toda la habitación. Aparto la mirada de Sam y miro por la ventana, comprobando con horror que mi hermano está encaramado en la rama del árbol que llega hasta la caseta del árbol con una motosierra.

- ¡Estás loco!- grito, al tiempo que abro la ventana y me asomo por ella. Sam tarda un momento en procesar lo que está ocurriendo, pero cuando se da cuenta también se abalanza sobre la ventana. Sin embargo, a Ben parecen importarle muy poco nuestros gritos porque sigue cortando la rama, y en menos de un minuto esta cae con pesadez contra el césped del jardín. Es difícil ver la expresión de Ben con las gafas de protección, pero hay algo en la rudeza de su rostro que no me gusta nada.

Algo que me dice que no lo lleva tan bien como yo pensaba.

Holaaaa! Siento el retraso, de verdad que estos días no tengo tiempo de vivir. También tengo que actualizar las otras historias pero no tengo tiempo *llora*. Cuando vuelva a la rutina y me organice mejor todo irá más rápido, ya veréis :D.

¿Qué opináis de este primer capítulo? ¡Os espero en los comentarios ;)!

Quiero dar las gracias a @thelittledebiita por aguantarme mientras planificaba esto y darme ánimos para hacer a Ben un leñador experto jajajaa. 

Gracias a todos por haber llegado hasta aquí :). Os veo en el próximo capítulo ^^. 

Cómo enamorar a un idiota [Saga Idiota #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora