Nunca pensé que echaría de menos el instituto. No es que lo odiara, ni mucho menos. Pero tenía ganas de seguir adelante, de sumergirme en la vida universitaria. Una vida nueva, vamos: nueva ciudad, nuevas clases, nuevos compañeros...y, por primera vez, la auténtica libertad. Me imaginaba en mi dormitorio de la facultad componiendo, estudiando o pasando el tiempo con alguno de esos dos locos. Todo parecía tremendamente sencillo, como un camino trazado desde siempre que no me molestaba seguir. El instituto me gusta, pero aquello también me gustaría. Parecía sencillo, muy sencillo.
Hasta ahora. Sigo a Ben con la mirada, que se separa de Lisa, Evan y Matt y toma carrerilla hasta su aula. Matt y Evan se marchan por otro lado, y yo no puedo evitar fruncir el ceño al ver juntos de nuevo a esos dos. Desde luego, Evan es un trozo de pan por ser capaz de perdonar lo que le hizo Matt. ¡Ojalá Ben fuera así de comprensivo...! No, Sam, calla. Céntrate en el AHORA. La tienes a ella.
Ella. Desvío la mirada del pasillo y me centro en su rostro. La he tomado de la mano cuando nos hemos bajado del coche y no he vuelto a soltarla. Sonrío, seguramente con la misma cara de tonto que tengo desde que me dijo que ella también me quería. Sí, la tengo a ella.
- Ben tiene razón en una cosa.- le susurro al oído. Últimamente mencionar a Ben suele venir acompañado de situaciones incómodas, pero estoy intentando que eso cambie. Melanie levanta la cabeza en mi dirección y yo la miro con ojos brillantes.- Tengo que dejar de colarme por la ventana y empezar a llamar a la puerta.
- No entiendo.- me responde frunciendo el ceño. Yo sonrío y la beso en la frente, intentando ocultar mi nerviosismo.
- Que es hora de que nos presentemos ante nuestras respectivas familias de manera oficial. ¿Quieres venir a cenar a casa este viernes? Le diré a mamá que prepare tu plato favorito.
Antes de responderme, Melanie se queda observándome con una mezcla de nerviosismo e incredulidad. Puedo leer las preguntas que pasan por su mente. ¿Con tus padres? ¿Ya? ¿No es demasiado pronto?¿Cómo voy a mirar a tu madre a los ojos después de que nos pillara besándonos delante del portal? Mientras Melanie me somete a ese interrogatorio silencioso yo me limito a retorcer uno de los mechones de su pelo, intentando encontrar una respuesta a todas esas preguntas que rondan por su mente. Pero entonces Melanie cambia la expresión de su rostro por completo. Luego levanta mi mano y la besa con dulzura.
- Si tú saltas yo también salto, ¿recuerdas?
Cuando dice esto me quedo sin palabras, y al cabo de un instante empezamos a reír los dos al mismo tiempo. De alguna manera, esa frase tan peliculera hace que toda la tensión de la situación se desvanezca, y sin dar tiempo a mi cerebro a procesar nada de lo ocurrido tomo su rostro entre mis manos y la beso con suavidad. Las gemelas nos sueltan un silbido, mientras que Sally nos grita entre risas "¡Marchaos a un motel!". Justo en ese momento suena la campana que marca el inicio de clase y los dos nos separamos. Cuando abro los ojos veo que Mel pega un manotazo a Sally mientras esta se retuerce de risa. Las gemelas, que hasta ahora estaban hablando con Peter, se despiden con un saludo y se marchan a sus respectivas clases. Peter, sin embargo, se acerca a nosotros y nos saluda con una sonrisa.
- ¿Lista para el examen?- le pregunta a Melanie con gesto divertido. Por toda respuesta ella se echa las manos al cuello y saca la lengua fuera, como si alguien estuviera ahogándola. Peter suelta una carcajada y le pega un golpecito en la frente.- Venga, un último empujón. Después de esto, lo demás es pan comido.
Mi chica asiente, y Peter le pone una mano sobre el hombro con gesto protector. No quiero ser un novio celoso, así que decido centrar toda mi atención en las juntas de las baldosas del suelo.
- Y tú, ¿por qué estás tan animado?- le pregunta Mel a Peter.
- Por los exámenes finales.- responde él con ironía.- No hay nada para empezar la semana como una buena dosis de terror.
El ruido de un manotazo en el hombro de Peter hace que se me escape una sonrisa. Supongo que, por mucho que estén cambiando las cosas, hay otras que nunca lo hacen.
- Habla o muere.- le amenaza Mel. No sé si son o no imaginaciones mías, pero me da la impresión de que cuando su mano se posa sobre el hombro de Peter, este suspira aliviado. Pero el momento es tan leve que en seguida lo paso por alto cuando él responde al fin.
- Anoche conocí a una chica.
Mientras emprendemos el camino al aula, Peter nos cuenta su encuentro con la muchacha del cabello azul. Cuando le oigo hablar cualquier tipo de duda que podría sentir sobre lo que siente por Melanie desaparece. Ella no es una chica celosa, así que yo tampoco voy a serlo. Llevo demasiado tiempo enamorado de ella como para dejar que eso me afecte. Cuando llegamos al aula me despido de ambos y me dirijo a la mía. Los de último año ya hemos terminado los exámenes, por lo que solo nos quedan algunos trabajos y las sesiones de orientación para las pruebas de acceso a la universidad. En cierto modo es como si ya no formara parte de este lugar, pero al mismo tiempo nunca me había sentido tan unido a él. El destino es caprichoso...cuando por fin tienes lo que quieres, resulta que tienes que renunciar a ello. Quería ir a la Universidad y emprender un nuevo camino. Quería estar con Melanie. Y ahora resulta que una va a alejarme de la otra...
No hablamos de ello, pero sé que ronda su cabeza a menudo. Por eso en parte quiero presentarle a mi familia. Tal vez sea muy pronto, pero al mismo tiempo creo que es el momento. Nunca he estado tan seguro de lo que siento por alguien como en este mismo instante. Y quiero hacerlo oficial, volverlo permanente...e impermeable a la distancia.
- Sam, no te quedes ahí.- dice Evan, de pronto. Yo pego un sobresalto y empiezo caminar tras él. Ambos nos sentamos en el mismo lugar de siempre, y una voz dentro de mí me recuerda que pronto dejará de serlo. Sacudo la cabeza, intentando centrarme.
- Estaba empanado.- le contesto con una sonrisa.
- A ver si adivino...- responde mi amigo poniéndose la mano bajo la barbilla en una falsa actitud pensativa.- Hay algo que te está distrayendo... pero dudo entre varias opciones.
- ¿Ah, sí?- me río.- ¿Cuántas son varias?
- Al menos cinco.- dice él, siguiéndome el juego.
- Una es Melanie, seguro.- continúo.
- Yap. La segunda también es Melanie.
- Y la tercera, amigo mío.
- Y las dos siguientes.
Ambos soltamos una risa por lo bajo, pero los dos nos callamos cuando entra la profesora. Sin mediar palabra, reparte entre los alumnos un interminable cuestionario que empezamos a resolver sin esperar ninguna explicación. Al final de la clase nos reparte las correcciones, y cada uno comprueba sus respuestas. Al principio este sistema me ponía un poco nervioso, pero al igual que los test de conducir se convirtió en una tarea monótona y automática. Si los exámenes de acceso son así, seguro que nos aceptarán donde queramos.
Una vez más, caigo en la cuenta. Después miro nervioso donde está sentado Ben, y luego a Evan.
Seguro que nos aceptarán a los tres.
Wola! Intento seguir el calendario que propuse, aunque he llegado media hora tarde jajaja (aquí son las 00.30h ya). Espero que os haya gustado...¡el próximo capítulo estará listo para el lunes! Un abrazo!
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Cómo enamorar a un idiota [Saga Idiota #2]
Roman pour AdolescentsAl fin ha terminado el curso, y Melanie ya no tiene que mantener su relación en secreto. Ben ha prometido quedarse al margen, pero le está costando más de lo esperado hacerse a la idea de que su hermana está saliendo con alguien. *** Mientras Melan...