-¿Por qué no la llamas? Está claro que quieres hablar con ella.
Desde que Sam entró por la puerta no ha apartado los ojos de su teléfono móvil. Casi diría que está más pendiente de él que cuando pasó toda aquella historia del idiota. Sam niega con la cabeza y lanza el teléfono encima de mi cama. El aparato da varias vueltas sobre el colchón hasta que aterriza bocarriba sobre la almohada.
-No puedo. Hemos dicho que nos daríamos espacio.
Echo la cabeza hacia atrás y chasqueo la lengua con exasperación.
-¿Pero quién quiere espacio?¡Te marchas en una semana!
-Por eso no puedo soltar el móvil, Evan.
Sam mira el teléfono de reojo, pero lo deja donde está. Sospecho que Melanie debe encontrarse en una situación parecida, pegando un salto cada vez que le llega un mensaje nuevo. Seguro que si hablaran se sentirían mucho mejor, pero el problema no desaparecería. Estoy convencido de que los dos son conscientes de ello, pero aún así no se sienten mejor...
-Ella no lo entiende -dice Sam con la mirada perdida-. No puedo enfrentarme a mi padre solo porque ella me lo pida.
-Eres tú el que no entiende nada. -Le digo, negando con la cabeza-. No tienes que hacerlo porque ella te lo pida, sino por ti. Crees que si cedes a esto después serás libre, pero no es cierto. Siempre habrá algo más, y si no dejas las cosas claras ahora, tu padre seguirá decidiendo tu vida por ti incluso después de la universidad. Por mucho que huyas, tarde o temprano tendrás que volver...y cada vez que lo hagas te darás cuenta de que todo sigue en el mismo punto en el que lo dejaste.
-No seas tan duro, Evan. -Me reprende con el ceño fruncido-. Solo es un campamento.
Tengo que contenerme para no decir ninguna impertinencia Sam es una de las mejores personas que conozco y me pone enfermo que se esté comportando de esta manera. Entiendo que tenga miedo de decepcionar a su familia...pero al final solo es eso, miedo.
-No estoy siendo duro...-Le digo, intentando no perder la paciencia-. Los amigos están para eso, ¿no? Siento que estás cometiendo un error y te digo lo que pienso aunque no te guste oírlo. Es lo que hay.
Sam me mira con el ceño fruncido, pero yo me coloco erguido y le sostengo la mirada. Al final, Sam se derrumba y se tapa el rostro con las manos.
-Sé que tienes razón...pero aún así no quiero seguir hablando de ello por ahora. Tengo mucho en qué pensar.
Asiento en silencio, aunque no pueda verme. Sé por el tono de su voz que a pesar de sus palabras está pensando en lo que le he dicho. En realidad no somos tan diferentes...
-Yo también temía a mi padre, ya sabes. A mi padre y a todos vosotros.- Sam levanta la cabeza y me mira con expresión interrogante, pero yo intento rehuir su mirada.- Incluso dejé que te pelearas con Matt solo para no tener que enfrentarme a la realidad. Pero al final el único que salía perdiendo era yo...hasta ahora.
-¿Qué?- Por un momento, Sam se olvida de su pequeño tormento y se centra solo en mí.- ¿Has hablado con tus padres?
Asiento con lentitud, casi con timidez. De pronto me siento terriblemente expuesto.
-Primero se lo dije a mi madre. Con mi padre fue algo más difícil...pero por suerte mi madre estuvo a mi lado.
-¿Cómo te sientes ahora?
Vuelvo la cabeza hacia él y esbozo una media sonrisa.
-Un poco incómodo...es como si pudieran ver a través de mí, como si antes fuera una persona totalmente distinta y ahora tuvieran que conocerme de nuevo. Pero estoy contento...me he quitado un enorme peso de encima. Me he dado cuenta de que en realidad no era para tanto...Y de que ha valido la pena arriesgarse.
"Y a ti te pasará lo mismo". Estoy a punto de decírselo, pero no quiero sonar demasiado insistente. Sam inclina la cabeza y entrecierra los ojos.
-Creo que entiendo lo que quieres decir. Eres el mismo de siempre, pero al mismo tiempo eres distinto. No. -Se corrige-. Es como si antes no hubiera sabido mirarte y ahora me hubieran quitado una gasa de los ojos. Como si fueras más claro, más nítido.
Tardo unos segundos en entender lo que quiere decir. Aunque tenemos mucha confianza, hoy siento que estamos hablando de temas que antes no nos hubiéramos atrevido a tocar.
-Ahora falta decírselo a Ben -dice Sam de pronto.
-Lo sé.- Le respondo, y suelto un sonoro suspiro-. Cada vez que reúno el valor que necesito para contárselo aparece Matt y nos interrumpe. Si no fuera porque lo conozco diría que lo hace adrede.
-Tranquilo.- Sam se levanta y coloca una mano sobre mi hombro-. Tampoco estás obligado a contárselo, cuando llegue el momento estaremos aquí para apoyarte.- Sam me sonríe y yo le devuelvo el gesto.- Y ahora -dice estirando la mano hacia su teléfono.- Voy a volver a mirar la pantalla fijamente como un loco.
A pesar de que lo dice totalmente en serio, no puedo evitar soltar una sonora carcajada.
-Mándale un mensaje, al menos. Dile que la echas de menos.
-¿Si escribo a Melanie tú escribirás a Matt?
-¡Eso ha sido un golpe bajo!- Le digo tirándole un cojín.
-Lo sé. -Responde Sam, esquivando el proyectil entre risas-. ¡Pero no me arrepiento!
Después de eso la tarde transcurre tranquila. Encendemos la consola y nos dejamos las grandes conversaciones para la despedida, cuando la madre de Sam lo llama para avisarle de que pronto va a servir la cena.
-Prométeme que vas a pensar en lo que te he dicho.-Le digo, a riesgo de volverme otra vez ese amigo incómodo que te dice lo que no quieres oír.
-Lo haré.
Un poco más desanimado que hace unos minutos, Sam me abraza. Sé que se está resistiendo con todas sus fuerzas, pero que no podrá evitar hacer lo correcto. Todos estamos condenados a seguir hacia adelante, aunque nos empeñemos en lo contrario.
Pero Sam tiene razón, tengo que aplicarme el cuento. Ahora que le he contado a mis padres que me gustan los chicos, ya no tengo más excusas para negar lo que siento...ya he saltado al vacío y no puedo detenerme. Corrijo: no quiero detenerme. Y no voy a hacerlo.
El ulular digitalizado de un búho me indica que tengo un mensaje de texto. Cuando lo abro me siento inquieto, como si fuera yo el que está esperando un mensaje importante. Es de Sam.
Sam: Siempre estás ahí para nosotros...me has ayudado tantas veces que he perdido la cuenta. Y estoy seguro de que Ben piensa lo mismo.
Sam: Así que no te preocupes ni un poco. Ahora es tu momento, aprovéchalo. Te lo mereces más que nadie.
Sonrío, agradecido. Podría acostumbrarme a esto.
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Perdón por la tardanza! No estaba muy inspirada para escribir, hasta hoy. Estoy haciendo grandes esfuerzos por mantener un buen ritmo de publicaciones, lo prometo!
Un abrazo. Os leo en comentarios.
PD: Si pudierais seguirme a la cuenta Foreverblue1995 me haríais un gran favor. Como me han copiado esta cuenta todo lo que publico se reproduce en otra página, así que tengo intención escribir mi próxima novela en la otra cuenta.
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Cómo enamorar a un idiota [Saga Idiota #2]
Ficção AdolescenteAl fin ha terminado el curso, y Melanie ya no tiene que mantener su relación en secreto. Ben ha prometido quedarse al margen, pero le está costando más de lo esperado hacerse a la idea de que su hermana está saliendo con alguien. *** Mientras Melan...