Cómo enamorar a un idiota [Saga Idiota #2]

Capítulo 30 - Lisa

Lisa: Sácame de aquí.

Leo y releo el mensaje, esperando una respuesta que vaya a salvarme. Porque, aunque jamás pensé que diría algo así, anoche Harry me salvó. Antes de que él apareciera, era otra Lisa. No esta Lisa, ni tampoco la que a veces intento ser. Otra. Una un poco más pequeña, y un poco más rota.

De hecho, cuando me he levantado esta mañana me sentía mucho mejor. A pesar del chasco pude divertirme y estar con mis amigos. Luego incluso regresé a casa con el resto e hice todo lo que pude para ayudarles...cuando me he despertado y he visto a Melanie a mi lado con un pijama de mi hermano puesto de cualquier manera, solo he podido pensar una cosa: "Tal vez pueda volver a ser todo como antes".

Pero no es cierto, ahora lo sé. En cuanto he salido del dormitorio y he abandonado la seguridad de mi pequeña isla de negación, todo se ha ido a la mierda. Y solo se me ha ocurrido una cosa: huir.

- Harry, contesta...- le suplico a mi teléfono mientras camino sin rumbo fijo por las calles de mi vecindario.- Por favor...

Miro a los lados una vez más, temerosa de que me hayan seguido. Matt y Ben estaban juntos, y a juzgar por la cara de mi hermano seguro que sabe lo que ha pasado. Así que puedo esperarme cualquier cosa...de lo único que estoy segura es de que si hay alguien buscándome, sea quien sea, no quiero que me encuentre.

Harry: ¿Dónde estás?

Miro a mi alrededor, prestando por primera vez atención a dónde me han llevado mis pasos. En cuanto me ubico, respondo con celeridad.

Lisa: Cerca de tu casa. Pero no quiero ir allí

Harry: Mándame tu ubicación y voy a por ti

Hago lo que me dice y me siento a esperar en el borde de la acera. No puedo parar de mirar en todas direcciones, atemorizada por tener que enfrentarme a Ben y a la deprimente realidad que lo envuelve. Por suerte, Harry tarda pocos minutos en llegar.

- ¿Y esa moto?- le pregunto cuando él se detiene a mi lado.- No sabía que tenías una.

- Se la he tomado prestada a mi padre.- dice él, mientras me tiende un casco y me invita a subir.

- Pero ¿era necesario?- le pregunto anonadada.- Es decir...vives cerca, ¿no?

- Sí.- mientras habla me pongo el casco y me subo en la parte trasera de la moto con cuidado. menos mal que antes de salir del dormitorio le robé un pantalón de tela a Matty.- Así podemos hacer un par de paradas.

Harry no añade nada más, así que decido no hacer preguntas por ahora. Por un momento dudo si agarrarme de sus hombros o de su cintura, pero al final me decanto por la segunda opción. No parece molestarle, al contrario: antes de arrancar coloca una mano sobre la mía y la aprieta levemente, como si quisiera animarme pero no supiera cómo hacerlo. Para mí es suficiente.

Harry arranca la moto y yo cierro los ojos como si temiera salir volando. En cierto modo, es así: avanzamos varias calles en pocos minutos, cortando el viento como si fuéramos dos aves surcando el cielo. Cierro los ojos y me inclino sobre Harry, como si no hubiera nada más. No sé cuánto tiempo dura el recorrido, pero cuando Harry para el motor y me pide que baje de la moto, siento que es demasiado pronto.

- ¿Dónde estamos?- le pregunto, intentando adivinar adónde nos ha llevado.

- ¿No has estado nunca en este sitio?- por su sonrisa socarrona, sé que en realidad esperaba que no lo conociera.- Es uno de mis favoritos.

Niego con la cabeza, y Harry sonríe divertido mientras me abre la puerta para que entre en el local. Nos encontramos en una cafetería de estilo vintage, con asientos de cuero y luces de neón de colores rosa y azul. La camarera, vestida con un delantal y un gorro de color rosa pálido nos recibe con una sonrisa.