Cómo enamorar a un idiota [Saga Idiota #2]

Capítulo 43 - Sam

- Muchas gracias por todo, chicos.- Sebastian, que ha hecho todo lo posible porque no decayera la fiesta, se despide de los últimos que quedamos con un afectuoso abrazo.- Espero que lo hayáis pasado bien.

- Podemos ayudarte a recoger, si quieres.- le respondo cuando nos separamos.- Entre todos será más fácil.

- No te preocupes, Harry ya se ha ofrecido a ayudarme.- después de decir esto, baja un poco la voz y se inclina sobre mí.- Tiene pinta de tener ganas de hablar, ya me entiendes.

- Creo que sí.- asiento, con un gesto de entendimiento. Mientras Melanie se despide de él con un largo y triste abrazo, yo les observo con una sonrisa también triste. Harry, Sebas...los dos han sido importantes para Melanie. Sebas fue ese chico bueno que ayudó a Melanie a salir del hoyo después de que Rob le rompiera el corazón, y Harry fue el chico que la hubiera hecho feliz si ella no me hubiera elegido a mí. Ahora, sin embargo, yo me marcho, y ellos se quedan a su lado. No siento celos, pero sí una infinita tristeza. Me gustaría ser ese chico que siempre está ahí, que la consuele cuando esté triste, que la acompañe en lo bueno y en lo malo...pero nuestros caminos están a punto de separarse, y los días pasan cada vez más deprisa. ¿Por qué he tenido que esperar tanto tiempo para acercarme a Melanie? Ahora lo tengo todo para ser feliz...todo menos tiempo.

- Sam, ¿nos vamos?- Melanie me coge de la mano y me observa con preocupación. Sus ojos, la calidez de su mano, hacen que vuelva a la realidad. Y las cosas, por un segundo, son un poquito mejor. Sé que podremos con esto.

- Claro.- sonrío, tirando de ella hacia la salida. Cuando estamos fuera y nos alejamos de ojos indiscretos, acerco a Melanie hacia mí y le lleno la cara de besos. Ella se ríe, divertida. Por primera vez desde que se ha enterado de que Sally se marcha, la oigo reír y todo parece un poco mejor.

- ¿Qué haces? ¡Pueden oírnos!- entre risas, Mel me golpea el pecho como si intentara apartarme. Yo hago una mueca de fastidio y finjo que me alejo de ella, pero vuelve a tirar de mí y me abraza con fuerza. Yo le correspondo al abrazo, y los dos nos quedamos en silencio durante más de un minuto. Cuando habla, lo hace contra mi pecho, triste.- No, no te marches. No te marches nunca.

- Melanie...- por toda respuesta, se acurruca aún más contra mi pecho. No debe ser fácil para ella perder a tanta gente de una vez...porque no solo me voy yo, sino que también se van Sally, su hermano y Evan.- Sabes que te quiero, ¿verdad?

- Sí.- responde, levantando la mirada en mi dirección. Tiene los ojos llorosos.- Y yo a ti, pero eso no cambia que vayas a marcharte...

De regreso a casa le doy algunas instrucciones para que le sea más fácil aprobar el examen de conducir. Bueno, para eso y para que se distraiga un poco. Cuando llegamos a la parte trasera de su casa, parece un poco más animada.

- ¿Por qué no has aparcado delante? ¡Ya no es un secreto que estamos juntos!

- Lo sé, es la costumbre.- le respondo, con una sonrisa culpable. Acto seguido me inclino sobre ella con malicia.- Además, aquí tenemos más privacidad.

- Idiota.- contesta ella, y acto seguido se inclina sobre mí y me da un beso en los labios.- No cambies nunca.

- Jamás.- Melanie se acerca más a mí y se sienta en mi regazo.- Tú tampoco, ¿Eh?

Ella niega con la cabeza, pero ya no sonríe. Está dándole vueltas a la cabeza de nuevo.

- Tengo que cambiar algunas cosas. Por ejemplo, tengo que aprender a caminar sola.

- ¿Qué dices?- por un segundo, me pongo en estado de alarma.- Quieres decir...¿Sin mí? ¿Quieres dejarme?

- No.- responde ella, negando con la cabeza al mismo tiempo que me acaricia el rostro con una mano.- Claro que no. Me refiero a poder seguir adelante cuando tú no estés. No quiero pasar los días llorando en una esquina porque te echo de menos. Quiero sacar buenas notas, entrar en el equipo de atletismo. ¡Ya sabes...! - suspira.- Vivir.