Que el estado natural sea el desorden, no es excusa para el desconcierto. Que el estado natural sea el desorden va a explicar por qué una habitación tiende a desordenarse progresivamente y jamás sucede a la inversa; y no amanecemos contentos. Es así que la condición natural del hombre fue es y será la angustia (no orden, desconcierto, descontento). Y así como una habitación se va desordenando a causa de su misma existencia el hombre entristecerá simplemente.
Le será necesario un constante reordenamiento, una progresiva y eficaz insistencia.
Para al fin y al cabo, terminar por notar una mañana de invierno, que ordenar una habitación no es más que tapar un poco la mugre; y que con la vida, nos pasa lo mismo.
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Para Sofía
Poesía¿Quién era Sofía? Esta pregunta costaba responderla, resumir a Sofía a unas pocas líneas sería limitarla tanto; y si tuviese que plasmarla por completo no podría terminar por algunos años, y sería una pérdida de tiempo, Sofía en los años en los que...