De un lado de la calle: Ves y entendés a la sucesión de los imposibles como el más puro enamoramiento, que propondrá, por encima de todas las cosas conservar el preciado recuerdo inmutable e intacto de las personas (imposibilitados), que exponerlas innecesariamente a dolores y olvidos. Pero qué poética (patética) forma de adornarse la vida, pensó; una vida que no sería así más que mierdas y miedos intermitentes a la vez que amaría con locura muy por detrás de vidrios blindados. Y por supuesto éstos pararían las balas, pero también tactos, vida y colores, Sofía.
En la otra vereda: Y ahora vos, en puesto de inolvidable que ahora imposible. No es sólo triste su vida, te digo, porque tu consciencia de imprescindible es binaria, y te endiosa tanto como te ajea del mundo, amor. Coexiste, entonces, una imposibilidad atada a dos extremos. Uno que imposibilita endiosando, y una imposible que gradualmente irá reconociendo que sólo diosa para los únicos ojos que ella misma no dejó jamás alcanzarla. Y qué poética forma de ocultar la misma vida de mierda, Sofía.
ESTÁS LEYENDO
Para Sofía
Poesía¿Quién era Sofía? Esta pregunta costaba responderla, resumir a Sofía a unas pocas líneas sería limitarla tanto; y si tuviese que plasmarla por completo no podría terminar por algunos años, y sería una pérdida de tiempo, Sofía en los años en los que...