Paz y tormenta

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Capítulo 57.

Las semanas pasaban y las cosas estaban yendo un poco mejor en la vida de los chicos, la seguridad en la propiedad de Harry realmente estaba dando resultados, en cambio él entrenamiento de Louis estaba progresando cada día mas.

Nadine se había mantenido escondida de las autoridades, aun no habían podido detenerla, todos creían su quizás ya se había aburrido de dañarles la vida, o quizás se mantenía planeando algo en contra de ellos.

La celebración de Halloween se había llevado a cabo con mucho éxito, todos la pasaron bien, olvidando por momentos las preocupaciones y tristezas.

Las cosas estaban cambiando poco a poco, con esto la llegada de alguien muy importante en la vida de uno de los chicos en aquella cabaña, una sorpresa inesperada pero muy bien recibida.







~*~

(Veinte de diciembre.)
Ironwoods prision.
Desierto de California.



Deberías de ir, tu ya no tienes nada que hacer en este horrible lugar.– musitó la señora de enfermería.


—Lo se, pero necesitaba trabajar y ganar dinero para eso, en unos días regresaré por ellos.– musitó la Doctora del sistema penitenciario.


—Tines tanta suerte que te hayan reducido la condena y a demás de eso, haberte ofrecido trabajar con un buen salario.

—Tuve suerte, a demás que pudieron aclarar que todo fue en defensa propia.– habló mientras chequiaba un formulario.


—Si, eso es lo bueno, aunque voy a extrañarte, la mejor compañera de trabajo que he tenido en mis cincuenta años, se va.


Sonrió ampliamente y abrazo a  la de cabellos oscuros.


—He estado agilizando los documentos, Richard ha estado ayudándome igual, salgo un día antes de navidad.


—Espero y todo salga bien, nunca te olvides de nosotros.– sonrió nuevamente, pero esta vez su sonrisa fue pequeña y nostálgica.






~*~

Louis se encontraba con Griksha en un salón donde habían estado practicando incansablemente, día, tras días, hora tras hora, solo se detenían para desayunar, almorzar o tomar algún snak de entre horas.


—¡Calla!.– susurró Griksha mientras arrastraba de la mano a Louis hacia el sótano del gimnasio personal.


—La que hace ruido eres tu.– reclamó él cobrizo.


—Ven, apresurate por favor.


—¡Estoy asustado! ¡siento mi cuerpo como gelatina.– se quejó mientras seguía bajando las escaleras en aquel pasillo angosto y oscuro. 

¡NO LO HAGAS! (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora