Resaca

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Me desperté con un dolor de cabeza increíble y con una mano ajena en mi cara. Abrí los ojos lentamente porque la luz me cegaba intensificando mi mal estado. Miré hacia mi lado y ahí estaba, con las piernas separadas ocupando casi toda la cama, con los brazos abiertos, lo que explica que me despertara con una mano en la cara, Elena.

- Mierda, me duele todo - dije con voz ronca empujando a mi amiga.

Ella se quejó y siguió durmiendo, así que la volví a empujar y la zarandeé varias veces hasta que, sin darme cuenta y sin querer, la tiré de la cama.

- ¡Ouch! - gritó ella mientras yo me giraba para hacerme la dormida.

Os aseguro que a nadie le gustaría aguantar a una Elena de resaca a la que han despertado tirándola de la cama.

- Summer, despierta, Summeeeer... - esta vez ella me zarandeaba a mí.

Me quejé un poco y abrí los ojos. Mi amiga estaba guapa hasta con resaca y yo debía parecer un mapache con el rímel corrido, despeinada y con un aspecto que asustaría a cualquiera.

- Dios, estás horrible - me confirmó mi demasiado sincera amiga.

- ¿Que pasó ayer? - mi voz seguía siendo una mezcla entre la del viejo Rufus (el quiosquero) y la de Gollum - solo recuerdo estar en el bar y... nada más.

- Pues esperaba que tú lo supieras porque yo me perdí entre la sexta cerveza y el primer chupito. Ni siquiera sé como llegué aquí... Supongo que Alex nos trajo...

Al decir ese nombre recordé algo.

- ¡Alex! Él vino al bar, sí, lo recuero y luego... ¡Mierda Elena! Nos convenció de venir a hablar con Daniel y Shane y...

- ¡Le besaste!

- ¡Le besé!

Ambas lo dijimos a la vez, ella sonriendo, yo con cara de espanto. Me levanté de la cama y por unos segundos tuve que apoyarme en el escritorio del mareo que me entró, supongo que aún no había expulsado el alcohol de mi organismo y tendría que haberlo tenido en cuenta antes de incorporarme con tanta efusividad.

- Mierda, joder... - empecé a andar por toda la habitación soltando palabras que harían que mi madre me gritara si las oyera, y dándome repetidas veces con la palma de la mano en la frente - ¿Porqué me dejaste?

- ¿Yo? Bastante tenía con mantenerme en pie y respirar al mismo tiempo. Espera... ¿qué hice yo? ¿hablé con Shane? ¿le besé? Joder Summer, quedamos en que no volveríamos a probar ni una gota de Jägermeister, hicimos el juramento inquebrantable.

Meses atrás, después de que yo viera a mi antiguo novio, Josh, besando a otra, Elena y yo ahogamos las penas con chupitos de esa bebida en concreto y no recordábamos nada de esa noche, aunque la resaca del día siguiente nunca la olvidaremos. Así que hicimos un "juramento inquebrantable" que consistía en poner una mano encima de la carta de bebidas del bar y levantar la otra con la palma hacia fuera, como cuando juras sobre la biblia en el estrado de un juzgado, repitiendo las palabras "Yo, Summer Davis/Elena Salgado/Alex Golberg juro solemnemente que de este agua no beberé" y de esa forma vetábamos esa bebida. Me gustaría decir que solo fue una vez, pero la verdad es que los tres teníamos varias sustancias líquidas prohibidas. Hace un año obligamos a Alex a realizar el juramento por el vodka negro, Elena tenía el whisky prohibido desde hacía un par de años y, en mi caso, después de acabar subida al tejado de mi casa y de que mi padre tuviera que bajarme hacía año y medio, tenía vetado el ron.

- Vamos a hablar con Shane - dije poniéndome las zapatillas.

- ¿Queee? Ni hablar - contestó mi amiga cruzándose de brazos y sentándose a modo de indio en la cama.

- Elena si quieres respuestas...

- ¿Porqué no hablamos con Daniel?

- Ni hablar.

- Aaah amiga... - inquirió con una mirada burlona - Está bien, yo hablo con Daniel y tú con Shane, y luego quedamos en el bar y nos contamos.

- ¿Podemos quedar en otro sitio en el que no vayamos a acabar alcoholizadas?

Elena me miró unos segundos, asintió y se encogió de hombros confirmando que, dadas las circunstancias, quizás fuera lo mejor.

- De eso nada - se oyó una voz detrás mío y Elena se tapó la cara con el cojín. Shane acababa de entrar en la habitación - Hermanita, tú vas a hablar con Daniel al que le debes una explicación.

- Yo no le debo nada a ese...

- Le gritaste cretino a la cara y luego le besaste Summer, creo que sí le debes algo - contestó haciendo énfasis en el "sí" - Y en cuanto a usted, señorita - prosiguió dirigiéndose a Elena que asomó la mitad de su cara por encima del cojín - vamos a hablar, ahora.

- No me dejes sola... - me susurró mi amiga.

- Summer, ¡ahora! - ordenó mi hermano - Si no sabéis beber, no lo hagáis. Pero ya sois mayorcitas para beber como descosidas, actuar sin pensar y luego huir de la situación.

Cuando mi hermano se ponía en plan "padre" era mejor no llevarle la contraria porque era capaz de llevarte a rastras (no sería la primera vez) así que obedecí sin pensarlo. Iba a salir de la habitación cuando Shane volvió a hablar:

- Arréglate antes por dios, estás horrible.

Cogí mi ropa de un cajón para dirigirme al baño a ducharme mientras mi hermano esperaba con los brazos cruzados y una mirada castigadora y Elena me suplicaba con la mirada que no la dejara a solas con él. Si yo era de las que intentaban no enfrentar los problemas, Elena no era más valiente que yo.

- Solo una cosa antes - dije antes de salir por la puerta - ¿qué hizo Daniel cuando le besé?

Mi hermano suspiró y rodó los ojos. Estaba claro que él pensaba que era mi vecino quien debía explicármelo pero accedió ante mi cara de terror.

- Se alejó.

Mierda. Tenía que ir a hablar con una persona que la noche anterior me rechazó cuando intenté besarle. Genial, Summer.


- Hola pequeño aprendiz - le susurré, con cierta desgana en mi voz, a Dylan cuando este abrió la puerta.

Empezaba a pensar que ese niño vivía detrás de la puerta principal de su casa, ya que siempre abría él y lo hacía al primer toque de timbre.

- ¿Está Daniel? - pregunté cuando ya había entrado hasta el salón.

- Sí, está arriba con alguien - contestó el menor de los hermanos sin darle importancia.

Pero la tenía. Intenté besarle después de una semana ingnorándolo y evitándolo, él se apartó y ahora estaba con alguna chica en su habitación. Quise salir corriendo pero era demasiado tarde.

- ¿Summer? - oí su voz bajando las escaleras.

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