Yo no soy obvia

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Alex mira hacia un lado y hacia el otro, moviendo la cabeza cada vez que alguno habla, Ian me mira a mí, Shane a la chica, y yo no entiendo nada.

Espera, ¿que posibilidad hay de que esta chica que ha recorrido no sé cuantos kilómetros para ver a su amigo/amor conozca a más personas en este barrio a parte de las que está saludando? Genial, Daniel es el chico misterioso, y yo shippeando como una idiota mientras ella me contaba que había venido por amor. Mi vida es maravillosa. Para los que viváis en otra era o no seáis unos románticos ocultos como yo, shippear es cuando quieres que dos personas acaben juntas. 

Carraspeo un poco para que se den cuenta de mi existencia. "Muy sutil Sum, no se te nota nada que quieres tu minuto de atención", dice mi conciencia.

- Summer... - murmura Daniel al darse cuenta de que existo - Tú... Ella... ¿de qué os conocéis?

- La encontré abandonada y confundida en la calle y la adopté - digo divertida aunque la situación no me lo parezca.

- Tal cual - ríe Hannah mientras pasa un brazo por mis hombros - Incluso me ha alimentado. ¿Se conocen?

- Hannah, Summer es mi mejor amiga, ya sabes, de la que te hablé... - contesta lentamente Elena como si quisiera hacerle entender algo a la recién llegada.

- Oh.. Tú eres... esa amiga... - dice llevándose una mano a la boca.

- ¿Sssí? Supongo... - hablo confundida. ¿Qué está pasando?

- Dios, que vergüenza - se lleva las manos a la cara mientras Daniel rasca su nuca incómodo.

Puedo parecer idiota, pero no lo soy. Hannah sabe perfectamente quien soy y no sé si es Daniel o Elena quien se lo contó.

Alex, al igual que yo, parece no enterarse nunca de nada, pero tampoco es imbécil y sabe detectar un momento de tensión, así que hace lo que todo buen amigo haría.

- ¡Que corra la espuma! ¡Cervezas para todos!

Me pongo detrás de la barra, no estoy en horario de trabajo pero por alguna estúpida razón creo que la madera me protegerá de toda esta situación de locos.

- Tu turno acabó hace horas - dice mi compañero riendo, parece que a él le divierte todo esto, igual que a mi hermano que me mira intentando no reír.

- Cállate.

- ¿Celosa hermanita? - susurra Shane.

- Cállate, tu también. No estoy celosa, entre Daniel y yo no hay nada, y Hannah me cae muy bien.

- ¿Cuando la creaste?

- ¿Qué? - creo que mi hermano delira.

- La máquina del tiempo - contesta - Como has vuelto a los tiempos de autoengañarte...

Ambos chicos ríen, y Alex, que al parecer a oído todo, se une a ellos mientras choca los puños con Shane por su original y ocurrente broma que a mí no me hace ninguna gracia. Miro a Daniel que sigue sonriendo hablando contento con Hannah y Elena, cuando veo que esta última se dirige hacia nosotros. "¿¡Qué haces amiga!? No los dejes solos" grita mi mente. No, no estoy celosa.

- Chicos, Hannah y yo nos vamos a casa, tenemos que ponernos al día - dice Daniel mientras se despide de todos.

¿Ponerse al día, de qué? ¿Van a comprobar si a ella le ha salido algún nuevo lunar en el cuerpo o si a él le han crecido los bíceps? Dios, estoy paranoica. Espera... Acabo de recordar que Daniel no tiene habitación de invitados. No es que me importe, solo me preocupo por la comodidad de la chica, siempre fui muy hospitalaria.

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