¿Egoísmo o sinceridad?

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- Un café con leche, con la leche natural, por favor - le pido al camarero.

Tengo prisa por tomarme el café y tengo una gran sensibilidad hacia las bebidas y comidas calientes, así que si no lo pido con leche natural puedo pasarme literalmente una hora con el café en la mesa. Pero ese no es el caso, estamos en una cafetería, pues me ha parecido mejor idea que ir al bar donde todos nos mirarían confundidos.

- Summer... - Hannah empieza a hablar insegura - Ayer te portaste muy bien conmigo y quiero que sepas que yo... bueno, siento lo que pasó después. Elena y Daniel me hablaron de ti y, aunque ahora que lo pienso sí que dijeron tu nombre en alguna ocasión, ayer no caí en eso cuando te conocí.

- Hannah, está todo bien, no pasa nada. No tienes que disculparte conmigo.

- Ya pero es que tú me dijiste que no sabes lo que sientes exactamente por Daniel ahora, y yo te conté que había venido por amor, no quiero que esto sea incómodo para nadie.

Ni siquiera sé porque le conté eso, supongo que a veces es más fácil desahogarte con una persona desconocida que con alguien cercano o contigo misma. Claro que nunca te esperas que esa extraña sea la ex novia de la persona de la que le hablas y haya venido a recuperar su amor. Cuanto más lo pienso, menos sentido tiene. ¿Todo me tiene que pasar a mí?

- Oye Hannah, me caes bien, así que te daré un consejo. Has venido hasta aquí para hacer algo importante, hazlo.

- Pero tú...

- Yo nada. Te dije que no sabía lo que sentía, porque es cierto. Yo ni siquiera quiero estar con Daniel, eso terminó hace muchos años. Es solo que... - dudo si decirlo o no pero no me queda otra - estuve muy enamorada de él y que haya vuelto de repente, inevitablemente me hace dudar sobre ciertas cosas, nada más.

La chica me mira durante unos segundos incrédula, mientras reflexiona. Sé que se debate entre seguir insistiendo o aceptar lo que he dicho sin más. Lo sé porque en el fondo, siento que se parece un poco a mí.

- Está bien.

Las dos sonreímos y acabamos de tomarnos el café en silencio. Ambas tenemos mucho qué pensar.

Lo que le he dicho ha sido totalmente sincero, pero aún así no puedo evitar que de cierto modo me duela. No es agradable ver a la persona de la que te enamoraste con tanta intensidad, rehaciendo su vida con otra. Yo lo hice con Ian, así que no culpo a Daniel, pero simplemente no es fácil.

Cuando finalizo el desayuno con Hannah, voy a la cárcel a ver a mi padre como todos los domingos.

- Debes decírselo.

- Papá, te he dicho que no sé exactamente lo que siento, ¿como le voy a decir eso? Me estás pidiendo que sea egoísta.

- Te estoy pidiendo que seas sincera.

- ¿Aunque eso signifique ser egoísta? - me empiezo a desesperar.

Mi padre es de los que siempre anteponen la felicidad de los demás a la suya propia, de hecho por eso está donde está, así que no entiendo lo que pretende ahora.

- Es todo lo contrario, hija. Lo egoísta es dejar que él siga adelante o tome una decisión sin tener toda la información. Eso no es justo para nadie, Summy.

- ¿De qué estás hablando? - de verdad que no logro entenderlo.

- Él la dejó por ti una vez. Y sé que en el fondo tenía esperanzas de que lo vuestro pudiera funcionar. Ahora cree que tú lo has olvidado. Las personas, a veces, tomamos decisiones a la desesperada. No digo que no sea buena chica, o que vaya a estar con ella sin sentir nada, porque quizás sí que la quiera de alguna forma. Solo digo que merece saber la verdad antes de tomar una decisión, eso es lo justo. También para ella. Todo esto suponiendo que tengas razón y esté pensando en tener algo con esa chica.

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