¿Cuál es tu sueño?

El día que mi vida se fue a la mierda

- Summer, quiero hablar contigo.

- Pero yo no.

- Escúchame, he pasado un tiempo fuera, con mis abuelos, después de lo que pasó aquella noche en el pub. Yo no quería hacerte daño y me sentí fatal... Solo quiero arreglar las cosas y...

- ¡Aléjate de ella! - la voz de David sonó grave y fuerte conforme se iba acercando con la cara desencajada al muchacho y a mí - Josh, no te lo repito más, aléjate de ella o te faltará barrio para correr.

Así era, el chico que tenía delante era mi ex novio Josh, el que me cogió del brazo con fuerza aquella noche en el pub en la que Daniel se la jugó por mí y como recompensa estuvo una semana con el labio hinchado y una herida en el pómulo. La verdad es que desde esa noche no lo volví a ver pero tampoco lo eché de menos así que no valoré la posibilidad de que hubiera pasado una temporada fuera del barrio hasta esa misma tarde que se plantó delante mío en la plaza.

- ¿Quien te crees que eres? Estoy hablando con ella no contigo - dijo Hulk, más conocido como el chico que me puso lo cuernos.

- Soy su hermano mayor - David tenía la costumbre de autodenominarse así cuando el verdadero Shane no estaba para protegerme de los malhechores chicos que se me acercaban (porque para él todos eran malhechores obviamente) - Y su cuñado también.

¿David Miller acababa de de decir que era mi cuñado? Eso era nuevo. Aunque Daniel y yo habíamos decidido pasar los meses que nos quedaban antes de que yo me fuera a la universidad juntos, nunca habíamos definido nuestra relación en ese sentido.

Miré a Josh que intentaba entender como David podía ser mi hermano y a la vez mi cuñado. Mi exnovio conocía perfectamente a Shane, mi verdadero hermano, y sabía que David no lo era pero aunque tuviera unos músculos enormes, el tamaño de su cerebro se asemejaba más al de un garbanzo, hecho que probablemente le dificultaba el comprender aquella conversación.

- ¿No te ha quedado claro? Puedo pedirle a mis puños que te lo expliquen - David estaba convencido de hacérselo entender por las buenas o por las malas.

- Llámame Summer, por favor - contestó Josh antes de lanzarle una mirada llena de ira a mi vecino y marcharse.

- ¿Estás bien Summy? - preguntó David después de asegurarse de que Hulk estaba lo suficientemente lejos como para poder bajar los puños.

- Estoy bien David - sonreí - solo quería pedirme perdón por lo que pasó aquella noche.

- Bueno... Sabes que nunca dejaría que te pasara nada, ¿verdad? - asentí y él siguió sentándose en la banco e invitándome con un gesto a acompañarlo - ¿Sabes? Cuando eras pequeña y te caías o te hacías daño nunca llorabas. En parte porque eras demasiado orgullosa, y por otro lado porque sabías que Shane te reñiría por no haberle hecho caso a ninguna de las veces que te gritaba que te estuvieras quieta. La gente se queja de Dylan pero eso es porque ya no se acuerdan de como erais Daniel y tú.

Interrumpió su discurso para sonreír con nostalgia. Al igual que Shane, David siempre me miraba con ese sentimiento en sus ojos. Yo sabía que ambos pensaban que habíamos crecido demasiado rápido.

- Pero cuando Shane no miraba, venías corriendo a mis brazos para permitirte soltar aunque fueran un par de lágrimas. En esos momentos, supe que pasara lo que pasara, nunca serías lo suficiente mayor para mí, que por muchos años que pasaran, yo siempre estaría preparado para que pudieras encontrar mis brazos abiertos cuando necesitaras venirte abajo - su sonrisa se borró dejando paso al arrepentimiento - Sé que no he estado para ti con todo el tema de Daniel, mi hermano también me necesitaba y sabía que Shane no te dejaría sola. Pero quiero que sepas, que te quiero mucho Sum y que puedes contar conmigo para todo. Aunque sea para poner verde a Daniel y contarme lo capullo y cretino que es.