Corazón hambriento

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- ¿Qué hacemos aquí? - pregunto confundida cuando bajo del coche.

- No venía desde el funeral de David.

Daniel tiene la vista clavada en toda esa ciudad que se eleva ante nosotros. El mirador, ese lugar donde confesamos tantos miedos, donde nos dijimos "te quiero" por primera vez y donde Daniel me rompió el corazón antes de irse.

- Esto es un golpe bajo, Daniel. Sabes lo importante que es este lugar para mí y si me has traído para pedirme perdón por lo de anoche, déjame decirte...

- No te he traído para eso - me interrumpe girándose para mirarme - No te voy a pedir más perdón.

¿Disculpa? Este chico es un completo cretino, encima se cree que no debe disculparse por comportarse como un cavernícola. Sé que yo misma le he dicho que no lo haga, pero él debería insistir. Mierda, ahora soy bipolar.

- He roto todas las promesas que te hice, Summer, te he pedido perdón tantas veces que yo mismo me avergüenzo. No te voy a pedir perdón porque no me lo merezco, no te voy a volver a prometer nada porque no te mereces que vuelva a fallarte.

- ¿Entonces qué hacemos aquí? - él me da la espalda y se dirige hacia el coche nuevamente - Daniel, te estoy hablando, ¿vas a dejarme aquí?

Se limita a reír y a seguir su camino hasta que se detiene en la parte de atrás del vehículo para seguidamente abrir el maletero y sacar dos guitarras de él.

- Puede que no sea el chico más bueno del mundo, pero ¿de verdad crees que te dejaría aquí tirada?

- Lo hiciste una vez.

- Tenías una preciosa moto que le robaste a tu hermano para volver, Summer.

Lo recuerdo perfectamente, Shane nunca más volvió a dejarme acercarme a su querida moto. Digo "nunca más" como si alguna vez me la hubiera prestado antes de eso, y lo cierto es que no, nunca lo hizo, por eso tuve que cogerla sin su permiso.

- Toma - me tiende mi guitarra, que supongo que le ha dado Shane, mientras sigue sosteniendo la otra - ¿No vas a cogerla?

Dudo un poco y acto seguido la agarro sin nisiquiera sacarla de la funda. No pienso tocarla.

- ¿Desde cuando tienes una guitarra? - frunzo el ceño confundida - Espera... ¿desde cuando sabes tocar la guitarra?

- Aprendí en estos años. Me recordaba a ti y a aquel día en el bar, cuando me cantaste solo a mí. Aquel día solo fuimos tú y yo entre cuatro paredes, hoy vamos a cantarle al mundo.

- No pienso tocar la guitarra.

- Sé que no has vuelto a tocarla desde que mi hermano murió. Lo sé desde el otro día, cuando te dije que la sacaras a la calle porque estábamos todos y te negaste en rotundo, lo deduje. ¿Porqué?

Noto como mis ojos se llenan de lágrimas pero no dejo que estas caigan por mi rostro. Daniel tiene razón, no he vuelto a tocar desde aquel día.

- Cuando Elena me llamó, antes de ir a aquel callejón, Shane, David y yo estábamos en la plaza tocando la guitarra y cantando. Ese es el último recuerdo feliz que tengo de él.

- Que vuelvas a tocar y cantar no hace que eso se borre, Summer. No traicionas su recuerdo.

- Escucha, sé que es estúpido ¿vale? - me pongo a la defensiva - Pero no puedo hacerlo.

- No es estúpido, es normal, por eso estamos aquí. Este es el lugar donde solíamos dejar los miedos. Tú pintaste una pared por mí, ahora es mi turno de hacer algo por ti.

¿Cuál es tu sueño?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora