- Vamos Daniel, déjalo ya... - le digo por quinta o décima vez arrastrando las palabras, lo cierto es que perdí la cuenta hace rato.
- Que no, Summer, vamos a hacer esto bien. - contesta él entre murmuros de resignación.
- Pero si ya te he dicho que ss...
- ¡Shht! Summer, lo vas a estropear todo - me interrumpe mientras eleva la mirada hacia arriba.
¿Yo lo voy a estropear todo? Definitivamente Daniel Miller es idiota. Le quiero, hace cinco años que volvió al barrio después de su huida, cinco años juntos, y le quiero, pero eso no quita que sea imbécil.
- Daniel, de verdad, no es necesario.
- No me vale. Esto tiene que ser perfecto. - por un momento deja de andar, se gira hacia mí y me da un beso en la frente - Puta paloma...
Lo sé, esto último no tiene sentido aparente, pero lo cierto es que no está siendo un buen día para Daniel Miller.
2 horas antes:
Estamos en el mirador, porque por muchos años que pasen, este lugar nunca dejará de gustarnos. Supongo que todos los que tengan un "lugar especial" lo entenderán. No puedo contar con los dedos de ambas manos cuantas veces he estado aquí y, sin embargo, las vistas nunca me parecen las mismas. Es como si aquel mundo cambiara a la par que nosotros lo hacemos, el cielo y las luces de la ciudad se pusieran de acuerdo con el estado de ánimo que tengamos en ese momento, y el aire se volviera más ligero o denso dependiendo de la situación. Y hoy el paisaje está más precioso que nunca.
- Summer...- el susurro de Daniel me hace apartar la vista de la ciudad, para encontrarme con sus ojos verdes.
¿Sabéis todo lo que he dicho de las vistas? Pues sus ojos son iguales. Cambian constantemente, gritando verdades, escondiendo miedos, depende de la ocasión, y hoy también brillan más que nunca.
- Aquí te confesé muchos miedos, aquí te dije "te quiero" por primera vez, aquí el mundo ha sido testigo de muchos besos, incluso aquí te perdí una vez.
Sonrío aunque no estoy muy segura de a que viene eso ahora.
Es decir, hemos hablado de nosotros y de nuestro pasado varias veces. No somos de las parejas que lo dejan todo atrás, somos de las que intentan vivir con su pasado, porque forma parte de lo que somos. A veces está bien, porque después de tantos años seguimos confesando cosas de aquellos tiempos, otras inevitablemente nos lo echamos en cara en medio de discusiones absurdas. Pero seguimos aprendiendo, porque siempre he pensado que las relaciones consisten en eso, crecer y aprender, no fingir que todo va bien. Él se aclara la voz con un carraspeo y prosigue.
- Y puede que esta vez sea la que más miedo estoy pasando, y al mismo tiempo la que más claro tengo todo, o más feliz me siento. No me imagino salir a ese mundo sin ti, hace tiempo que no. No me imagino enfrentando todo esto solo, nunca lo dijimos en voz alta pero ambos sabemos que nuestras miradas y silencios en este lugar muchas veces gritaron "estoy contigo, tú y yo contra el mundo" - asiento con una sonrisa - Tú cambiaste mi mundo.
De repente él pasa una pierna al otro lado del muro y se baja de él tendiéndome la mano para que yo haga lo mismo. Cuando estamos frente a frente, mete una de sus manos en el bolsillo de su pantalón.
- No voy a arrodillarme porque lo encuentro absurdo, no quiero pedirte esto sin poder contemplar tus ojos de cerca.
Mi corazón se acelera y me llevo una mano a mi pecho. No porque piense que la situación es demasiado tierna o me emocione, que obviamente lo pienso, sinó porque siento que debo sujetarlo para que no se salga de mi cuerpo en algún momento.
ESTÁS LEYENDO
¿Cuál es tu sueño?
Teen Fiction¡TERMINADA! Mi sueño era salir de aquí. De este barrio que me ahogaba. Él, en cambio, dijo que no tenía sueños. Nunca pensé que a lo que se refería, en realidad, era a que los suyos no eran de ese tipo, los suyos eran especiales. Nunca pensé que Da...