Los días pasan y me doy cuenta de que las cosas pueden volver a ir bien. He recuperado a mis mejores amigos y a mi hermano, Daniel vuelve a estar aquí, y a eso le hemos sumado a Ian, Hannah y Nick.
Alex y yo seguimos siendo los mismos de siempre, solo que ahora no fingimos, ahora sonreímos de verdad. Shane se hace cargo de su hija y las cosas con Elena parece que marchan bien. Mi mejor amiga y yo no hemos hablado desde que discutimos en mi casa, sé que necesitamos tiempo, porque somos como dos trenes a máxima velocidad que que si deciden encontrarse chocarán causando una catástrofe. Pero no me preocupa, sé que lo arreglaremos, solo debemos dejarnos cierto espacio. Hannah nos hace compañía a las dos, lo cierto es que se ha convertido en una persona agradable con la que hablar para mí, y Elena ya la conocía, así que ahora tiene que partirse por la mitad para no dejar a ninguna de lado. Aunque la pobre es tan buena disimulando como Alex, así que sé que está tanteando el terreno y planea algo junto a este último. Nada bueno puedo salir de esos dos.
En cuanto a Ian, él sigue como siempre, sonriéndole a la vida, y últimamente se ha acercado más a los chicos, incluido Daniel. Nick viene cada día, desde que les embargaron la casa, viven con sus abuelos en el centro de la ciudad, no en una mansión, sino en una casa de dos plantas como la mía, solo que no se encuentra en un barrio como este. Decidió contarle toda la historia a mis amigos y, aunque Shane a veces aún le mira extraño, sé que todos le han aceptado.
- Vamos - Hannah lleva media hora intentando sacarme de la cama - ¿Cómo puedes ser tan sumamente perezosa?
- Es mi día libre, Hannah, tengo derecho a serlo - contesto mientras hundo mi cabeza bajo la almohada otra vez - ¿No tienes nada mejor que hacer?
- ¿Qué?
Soy consciente de que no me ha oído puesto que hablo con la boca pegada al colchón.
- ¿No tienes nada mejor que hacer? - repito levantando la cabeza.
- ¿Mejor que molestarte a ti? Déjame que piense... - pone una mano en su barbilla como si estuviera reflexionando - No.
Ella ríe y yo le lanzo la almohada.
- Elena y Daniel siguen buscando trabajo en la ciudad. Así que me tienes para ti sola, ¿no es genial? - sonríe de oreja a oreja y yo la miro como si quisiera matarla.
- Quiero dormir.
- De eso nada. Alex nos espera. - zanja el asunto tirando de mi pie bruscamente, razón por la que caigo de la cama.
- ¡Ouch! Joder, Hannah, sé más delicada - me quejo con la mano en mi rodilla, eso ha dolido.
- No me obligues a ducharte. Andando.
Ella sale de la habitación y yo me dirijo al baño aún refunfuñando. Mientras me ducho me doy cuenta de que ha dicho que Alex nos espera. Estos dos siguen tramando algo, y cuanto más conozco a Hannah, más cuenta me doy de que es igual que mi amigo. Conclusión: tengo miedo. Los planes de Alex nunca salen bien, siempre ha sido una persona de extremos, de las que llaman "venganza" a pegarte un papel en la espalda donde pone "soy tonta" y llaman "bromita sin importancia" a quemarte la casa. Vale, he exagerado, nunca ha quemado ninguna casa, que yo sepa, pero solo era un ejemplo. El caso es que ninguno de los dos son personas que suelen tener buenas ideas.
- ¡Hola amiwi! - exclama Alex cuando entro en la cocina.
¿Amiwi? Definitivamente está tramando algo, se delata él solo.
- Hola amigo - digo desganada, aún tengo sueño.
- Vamos, llegaremos tarde a... - Hannah le da un golpe con el codo en el estómago y mi amigo se calla.
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¿Cuál es tu sueño?
Teen Fiction¡TERMINADA! Mi sueño era salir de aquí. De este barrio que me ahogaba. Él, en cambio, dijo que no tenía sueños. Nunca pensé que a lo que se refería, en realidad, era a que los suyos no eran de ese tipo, los suyos eran especiales. Nunca pensé que Da...