Estoy contigo

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Los días habían seguido pasando como si nada, Ian y yo seguíamos conociéndonos poco a poco, mi relación con Elena había mejorado, Shane pasaba más tiempo en casa últimamente e incluso se quedaba a dormir los fines de semana y Alex... bueno Alex, siempre fue Alex.

- Que noooo... Alex si sigues confundiendo las fechas no aprobarás en la vida - oh, oh, Elena se está empezando a desesperar.

- Pero es que son un montón, Elena... - dice nuestro amigo con voz de niño pequeño - Además, ¿de qué sirve la historia?

Ups, eres hombre muerto Alex. A Elena le ha fascinado la historia desde que era pequeña, ella siempre ha visto algo en esa asignatura que mi amigo y yo nunca hemos entendido. Lo mío siempre han sido las matemáticas y el chico que tengo enfrente mirando su libro sin entender nada, siempre había sido bueno en lengua y literatura.

- ¿Que de qué sirve? - está oficialmente cabreada - ¿Me lo dices enserio? La historia es lo que somos Alex, todo lo que pasó nos ha llevado al hoy, igual que todo lo que hacemos ahora nos llevará al mañana. No es solo historia, es la historia de la humanidad, de las vidas que hubieron antes que nosotros, es... ¡¿me estás escuchando?!

No. Nuestro amigo se encuentra dibujando trazos sin sentido en el libro y puedo ver desde la barra como Elena empieza a ponerse roja de la ira.

- Que no te mire no significa que no te escuche - intenta justificarse Alex aunque, por la cara de su "profesora particular", su respuesta no engaña a nadie.

Cuando me dispongo a huir del lugar y cerrar los ojos para no ver a nuestra amiga descargar toda su furia con las personas y objetos que se encuentran alrededor, algo parece cambiarla de repente. Miro hacia la puerta del bar y ahí está Daniel.

- Dan... ¿estás bien? - mis dos amigos se levantan de la silla a la vez con cara de preocupación.

Vuelvo a mirar a mi vecino, ya que nada más notar su presencia, he apartado mis ojos de él para evitar su mirada, y entonces me doy cuenta. Tiene los ojos rojos e hinchados, la respiración agitada y se sostiene una mano con la otra.

- Déjame ver - digo acercándome a él.

No sé porque lo hago, y él mismo se sorprende. Pongo una mano en la suya e intento apartarla lentamente pero él no me deja.

- Summer...

- Déjame ver Daniel - lo digo seria y con firmeza.

El chico me mira durante unos segundos, los dos lo hacemos. Sé que llevo días, incluso semanas, evitándole pero en este momento no me importa. No estoy dispuesta a apartarme de él sin que me cuente lo que ha pasado. No voy a mentir, me gustaría ser más fuerte, me encantaría que no me importara en absoluto, pero no puedo mientras ese chico se encuentre delante mío con el alma y las manos destrozadas.

Daniel parece entender que no me voy a dar por vencida y aparta su mano déjandome ver los nudillos ensangrentados de la otra. Entonces una imagen se me cruza por la cabeza. El día del funeral de su hermano, en el mirador, le pregunté quién había ganado, si él o la pared al ver esas mismas heridas. En ese momento no le di importancia pensando que era algo normal debido a que acababan de despedirse de David. Pero ahora algo me dice que no es la primera vez, ni la segunda, que vuelve a hacerlo.

Miro a mis amigos unos instantes. Alex parece aterrado y Elena nos mira con cara de comprensión y ternura. Esa es la confirmación que buscaba, probablemente ella ha visto a Daniel así más veces.

- Ven conmigo - le ordeno mientras le cojo del brazo y lo arrastro detrás de la barra. - Chicos echarle un vistazo al bar, por favor. Enseguida vuelvo, cualquier cosa estoy detrás.

¿Cuál es tu sueño?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora