CAPÍTULO II

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  NOVIEMBRE  

Masajeo su cien y Maximilien le preguntó si le pasaba algo, ella le sonrió con ternura y lo rodeo con sus brazos negando con su cabeza tranquilizando a su pequeño que siempre estaba interesado en verla feliz, era imposible estarlo todo el tiempo, pero un niño de su edad no comprendía mucho las cavilaciones de los adultos, su expresión no tenía que ver con la tristeza, no había engañado al niño al respecto, simplemente estaba tratando de decidir qué hacer.

Le habían ofrecido un nuevo proyecto y no estaba muy segura de aceptar, no podía negar que le llamaba mucho la atención, pero ahora consideraba los riesgos y también el tiempo, si aceptaba tendría que viajar mucho y no le gustaba dejar a Maximilien y al llevarlo, él perdía clases, algo que tampoco le gustaba.

Además se trataba de una investigación con carteles y los carteles no eran algo que entrara en la lista de investigaciones a tomar, o sea eso le encantaba, le encantaba todo lo que se movía en esos ambientes y de alguna manera le parecía que aunque contaba con la experiencia en periodismo de guerra los carteles eran otro tipo de periodismo, otro tipo de guerras, guerras urbanas, pandillas y delincuencia, más que asuntos políticos, aunque no dudaba que en eso la política también tuviera mucho que ver.

Pero cuando se lo había mencionado a François él no había puesto buena cara, ni siquiera porque le había explicado que ella no entraría a investigar, eso lo harían otras personas, ella sólo iba a asesorar.

Ese día tenía que dar una respuesta y aún no tenía ninguna, movió su anillo de manera descuidada y Mon petit volvió a alzar su cabeza mirándola con inquietud, ella le sonrió, pero eso no quitó la expresión preocupada de su carita.

-Mami tuviste un suello malo.

-SueÑo- recalcó ella corrigiendo la mala pronunciación y ella negó con la cabeza.

-¿Mis hadas están funcionando?- Rebecca le asintió, Mon petit solía hacer hechizos de hadas, era un juego para él, pero ella solía seguirle todas sus ocurrencias, en su mundo mágico todo funcionaba mejor. -¿Entonces por qué estás triste?

-No estoy triste Mon petit, ya te lo había dicho.

-Pero pareces.

-¿Querrías viajar con mamá?- El niño sonrió.

-¿A dónde?

-A Dallas.

-¿Y allá hay disneyland?- Rebecca frunció el ceño tratando de recordar, pero no, los parques temáticos de Disney en Estados Unidos estaban en Florida y California.

-Me temo que no.

-Pero es que cuando vamos a América me llevas.

-¿Es un chantaje?- Él sonrió con picardía y ella le besó en la frente. -No puedo llevarte a Disney, debo ir a trabajar.

-Pero ¿me vas a dejar solo?

-Nunca te dejo solo.

-Pero si no voy si me vas a dejar.

-Si no vas no voy- Sentenció ella tranquilizándolo.

-¿Y me compras algo?

-¿Qué quieres que te compre?- Maximilien puso una expresión pensativa.

-La colección de los avengers- Rebecca lo miró parca, él sabía que odiaba esos muñecos, le parecía que fomentaban la violencia, pero ya la había convencido de hacerle la fiesta de Batman, ahora le daba con los otros y poco a poco ella terminaba cediendo como siempre le pasaba con él, suspiró.

EL QUINTO MANDAMIENTO [TERMINADO] #Libro4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora