CAPÍTULO XXXVIII

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Rebecca se encontraba con su laptop sobre sus piernas, sus hijos, su esposo, su madre y su mejor amiga estaban a su alrededor, aun así ella estaba editando el vídeo que se había hecho bailando burlesque, aunque también estaba su sesión de sexo, esa parte ya la había cortado, no planeaba usarla para su plan.

Se sentía orgullosa al ver el vídeo, había conseguido lo que buscaba, sólo debía acomodar las imágenes de las 3 cámaras en una secuencia adecuada, ella rara vez editaba, lo suyo era más el periodismo escrito, la crónica, había presentado noticias desde Irak, pero la televisión nunca fue lo que la jalase, aunque muchas cadenas lo quisieron, ella contaba con la buena apariencia, pero lo suyo era precisamente impactar al espectador por sus pensamientos más que por su apariencia.

No era muy buena editando, pero se estaba esforzando, evidentemente no podía pedirle al ejército de ratones que lo hicieran por ella, era su baile privado, de una ella muy sexy, de alguna manera al verse pensaba en una chica pin up, se enorgullecía de ser una bomba sexy, aunque eso de halagarse a sí misma no era algo que solía hacer, pero si cuando tenía fines tan específicos.

Con ese opulento trajecito de puta cara lucía de infarto, se mordió los labios a sabiendas que nadie se le acercaba como para percatarse de lo que hacía, todos asumían que estaba trabajando y lo hacía, trabajaba en dejar de ser cazada.

En ese personaje de puta cara y refinada ella encarnaba la seducción, la belleza, la que provoca y promete el edén, pero no te da nada, evidentemente su esposo si había tomado todo, esa era la idea, de él era todo eso, esa también era la idea que buscaba transmitir con ese vídeo.

Mientras había hecho ese espectáculo, no fue muy consciente de lo genial que se iba a ver todo, ese andar erótico que no sabía de dónde rayos le había surgido, pero toda ella exhumaba sexo y más que sexo sensualidad. Definitivamente su felino no se veía en ese vídeo como un lince, no, para nada, él no era el dominante allí, sólo un hombre enceguecido por el esplendor del que era testigo.

Ella en cambio sí parecía una pantera que sigilosamente había escapado de su cautiverio y ahora sacaba su verdadera naturaleza, donde convincentemente había asumido ese papel poniendo esas posturas excitantes y contundentes, llegabas a creerte que de verdad era una perra con clase, su parte favorita era cuando se restregaba en la pared, también un poco el momento que tomaba a François por la corbata o cuando sin reparo alguno le puso el tacón en la cara.

Oh su dulce felino parecía un gatito hambriento y la erección en sus pantalones lo dejaba más que claro, mientras le había hecho ese despliegue no se había fijado en eso, estaba demasiado concentrada en parecer de infarto y lo había logrado.

Se trasnochó editando ese vídeo, François no le había dicho nada cuando todavía en la cama continuaba con el laptop, quería tenerlo listo porque le había dado largas y eso ya había pasado hacía como 10 días y la verdad aunque la venganza se disfrutaba más fría que caliente, habían unas que no debían esperar mucho.

Así que esa mañana en el parabrisas de su auto dejó un sobre, había usado uno de los que el mal nacido solía usar, negro con rebordes dorados, en el interior la USB en la cual le envió el vídeo de Jacob, Thomas y ella, ya no estaba, cuando la "premió" por arruinar un poco a Will de verdad lo había borrado, suponía tenía acceso a esa memoria para poderlo borrar, no le interesaba, jamás había metido nada en ella hasta ese día en donde iba su vídeo especial con su baile burlesque y un enorme dedo en el medio que le decía que se jodiera y dejara su puñetero matrimonio en paz.

Puso una nota con su caligrafía en cursiva donde le ponía:

Estimado Simón, este es un presente para que no te olvides con quien estás tratando.

EL QUINTO MANDAMIENTO [TERMINADO] #Libro4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora