Perdón por la demora, vivan mucho y espero estén bien.
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Decir que tenía mucha apatía por estar dirigiéndose a la casita de los horrores de Bashar era realmente quedarse corta, cualquiera podría decir que Rebecca era extraña, había estado la noche anterior inundándose de gusto con ese hombre , pero lo cierto es que algunas veces le generaba pereza, aunque fuera un tío interesante en otros tantos.
Ese día pensaba que podría reunirse con Thomas, plantearle lo que había averiguado y volver a su casa con los niños a relajarse y desconectarse de su doble vida y la infatuación en la que tenía sumergido a ese sujeto.
Pero no, sus planes habían cambiado, tenía que ir a ser las veces de niñera, porque si en algo le daba la razón a Thomas es que cuando Bashar estaba afectado era errático e impulsivo y era mejor brindarle calma a esa tormenta, antes que arremetiera contra los suyos.
Sabía que él aún no había llegado, porque tanto Thomas como el mismo Bashar le dijeron que no estaba en el país y eso tomaba tiempo, de todas formas se acercó a ese lugar y aprovecharía ese tiempo para mirar cómo se encontraban Isabelle y Marie, ya que llevaba un poco más de dos meses sin verlas, lo bueno es que al no haber estado mal con Bashar dudaba que las condiciones del par de mujeres hubieran cambiado.
Lidio con Matilde en el silencio que ambas acostumbraban -en el fondo sabía que ninguna se toleraba- y fue directamente a la torre, desactivando desde la aplicación en su móvil las trampillas, las mujeres yacían sentadas en la cama y se veían más delgadas que la última vez, lo que la hizo suspirar, con Bashar no se podía jamás fiar, aunque no habían peleado igual les había cobrado a ellas su ausencia, la misma que empleó llegando a un "acuerdo mutuo" con él para ocuparse de las fiestas de los niños, pero ni siquiera así dejaba de castigarlas cuando ella se descuidaba un poco.
-Buenas tardes - Marie saludó, mientras Isabelle alzó su rostro que se veía rojo.
-Hola Rebecca.-Repuso a su vez Isabelle.
Rebecca se tocó los labios de manera descuidada, en tanto seguía pensando en Bashar y sus formas de proceder, de todas maneras corroboró con el par de mujeres en torno a sus condiciones en ese tiempo a lo que le respondieron solamente había bajado sus raciones de comida, no les había hecho nada más y las había llevado una vez al comedor en donde solamente lo habían observado comer.
Era tan cruel, no entendía por qué si ellos no habían estado mal, pero hasta a ella la había tratado extraño el día de ayer, parpadeó sin llegar a decirles nada, de hecho no tenía nada que decirles, usualmente preparaba en su cabeza un número para Bashar, uno que siguiera esa simulación, pero ese día no les había llevado ni siquiera alguna cosa porque no planeaba ir a ese castillo.
Un silencio incómodo reinaba en esa habitación, Rebecca simplemente caminó hacía la ventana, pero lo único que se oía era el tintinear que ocasionaban sus Manolo Blahnik contra la madera del piso, debía ser triste la vida de esas mujeres, la suya lo era, aunque no al nivel de ellas, desde luego, ella luchaba con uñas y dientes para evitarse un destino similar, no le había importado volverse a sí misma un arma, no le había importado nada con tal de no vivir la misma suerte, aunque también aceptaba que quizás ninguna de ellas dos habían tenido ayuda de dos hombres como Rebecca que tenía a François y a Thomas.
Ella dejó de mirar la ventana y se volvió a ellas, ambas estaban en silencio sentadas en las camas que estaban atadas, Rebecca supo que no podía estar ahí sin hacerles daño o Bashar desconfiaría aún más de ella, así que se dispuso a poner un tema cizañoso.
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EL QUINTO MANDAMIENTO [TERMINADO] #Libro4
RandomEste es el cuarto libro de una saga, el primero se llama "El Sexto Mandamiento", el segundo "El octavo Mandamiento y el tercero "El Décimo Mandamiento". Rebecca piensa que todo ha acabado, por fin consiguió su final feliz, pero puede que muy dentro...