Movilizarse a las competencias de Maximilien siempre era algo complicado, si alguna vez le hubiesen dicho que iba a tener un nene, Rebecca ni en sus más remotos sueños o pesadillas se habría pensado yendo como nómada de pista en pista a esos eventos, afortunadamente en el caso del niño sólo era uno anual, pero conocía de madres que los llevaban a todos, a ella no le gustaba quitarle las alas al niño, pero tampoco se veía en ese estilo de vida.
Si era honesta ella no diferenciaba las pistas, era su hijo y su marido los que sí solían decir que habían unas mejores que otras por el grado de obstáculos, ella odiaba eso, odiaba esa sensación de pánico que la inundaba cada vez que Maximilien estaba subido en una de esas pequeñas motos, era una sensación horrible.
Lo único que la hacía soportar ese tipo de espectáculos era su renuencia a ser una de esas madres sobreprotectoras, aunque sabía que lo era intentaba no ahogar a su bebé. Ahí estaba sentada en medio de una gran multitud, pese a que entre ellos, tal vez camuflado podía estar el sociópata, cuando François le preguntó por eso consideró todo, pero le parecía injusto que el niño dejara de vivir por sus miedos.
Sin embargo si ella se esforzaba por estar calma, él no mucho, había ido supuestamente a verificar el equipo de Maximilien, pero en el fondo ella sentía que iba a verificar si Maximilien estaba a salvo, ese hombre amaba a ese niño, no era en vano que la hubiese dejado por un tema que concernía a él.
Luduvic se le acercó con su novia de turno, era molesto, Rebecca no solía llevarse bien con las novias de Luduvic, siempre la sentían como una amenaza, no entendía por qué, Rebecca no tenía tan mal gusto.
Él empezó a hablar con sus comentarios descontextualizados de siempre, ni siquiera le importaba que esa chica estuviera ahí a su lado, pero si no respetaba a François mucho menos a la julana que se cogía.
-A ver Luduvic- lo reprendió ella- que estoy embarazada joder.
-Pero si desde el primer embarazo te dije que así te ves más buena, -Se puso sus manos en su pecho - incluso ahora tus tetas están más grandes.
-¡Ya! ¡Ya! ¡Suficiente! Voy a buscar a François, tenme mi bolso.-Se lo entregó y evidentemente a la chica que estaba con él no le gustó, pero le valía, sería una más que en un mes no tendría que volver a ver.
-Bueno, te lo sostengo, mi pago: ver ese culo moverse debajo de ese vestidito amarillo.
Ella negó con la cabeza, de verdad era desagradable, François era un santo que tenía que ser canonizado, aunque bueno, ella también aguantaba comentarios de ese talante por parte de Edna, así que también deberían canonizarla, acomodó su cadena mientras bajaba las escaleras de forma cuidadosa, aunque había ido en sandalias no quería volver a pasar por el susto de una caída estando en embarazo.
Con algo de esfuerzo llegó hasta la pista, su movilidad no era la misma así que se agitaba un poco, lo cual era una mierda, pero la que dijera que el embarazo todo era color de rosa mentiría, vio a un grupo de jovencitas que miraban en dirección de donde François se encontraba con Maximilien, lo estaba desnudando con la mirada, lo cual le dio algo de risa, él podía doblarles la edad.
El niño se fue corriendo hacia ella y por un momento se entretuvo mirando las calcomanías que le estaba mostrando, luego alzó su cabeza notando que una de esas chicas había detenido el paso de François hasta ellos y se le estaba insinuando de forma descarada, eso la hizo soltar una sonora carcajada, lo que le había dicho era demasiado grotesco, en serio habían personas que carecían de clase.
Le dio un beso a su hijo quien volvió con su entrenador y finalmente François se deshizo de la chica yendo con ella, al llegar Rebecca lo miró burlesca.
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EL QUINTO MANDAMIENTO [TERMINADO] #Libro4
RandomEste es el cuarto libro de una saga, el primero se llama "El Sexto Mandamiento", el segundo "El octavo Mandamiento y el tercero "El Décimo Mandamiento". Rebecca piensa que todo ha acabado, por fin consiguió su final feliz, pero puede que muy dentro...