En la vida de Rebecca Bracho nada nunca estaba del todo bien y esa no era la excepción, cuando ella pensaba que finalmente las cosas estaban saliendo de forma adecuada a sus planes, Moiras se encargó de enseñarle que las perras como ella no tenían tanta suerte y los pecados siempre la seguirían, aunque ella jugara con los pecadores.
Por eso cuando un oficial de la unidad central de delincuencia especializada y violenta se presentó en su oficina no le sorprendió tanto, el hombre era más bajo que ella, mediría 1.70, ni siquiera tenía una apariencia intimidante, pero cuando tenías cola que te pisaran cualquier cosa daba miedo y sí, ella era una vez más cómplice de un homicidio, además que en este caso sí era testigo ocular del mismo.
No obstante como era usual en ella no dio a entender ni un ápice de lo que pensaba, ni los sentimientos de nerviosismo que pudiera albergar, recibió al hombre estrechándole la mano con firmeza y con una sonrisa, al tiempo que se sentaba en su silla y cruzaba sus piernas.
-¿En qué puedo ayudarlo Oficial Rodríguez?
-Inspector.-La corrigió el hombre amable mirándola de más, lo cual era usual que le pasara, pese a los 42 años que tenía, ella seguía teniendo un cuerpo espectacular y una carita de ángel que evidentemente no era, pero hombres como Rodríguez no sabían.
Ella le sonrió cándida y tal y como pensó eso hizo que el hombre la mirara más idiotizado, Rebecca no era la misma de años atrás, con todo lo que le había pasado ya no le importaba usar sus encantos para salirse con la suya, evidentemente no planeaba pasar de esos coqueteos inocentes con ese hombre poniendo una sonrisa de casting o moviendo descuidadamente sus pestañas, pero sí requería obnubilarlo para despistarlo lo haría.
Ya que ese hombre no había tenido que decirle la razón de su visita para ella conocerla, se trataba de Fernández sin duda, habían pasado ya unos 15 días desde que Bashar lo había matado y evidentemente eso no se iba a quedar así cuando por dos semanas ese hombre la había seguido a todas partes.
-Cuénteme en qué puedo ayudarlo inspector- dijo esa última palabra con un énfasis aterciopelado, no lo suficiente para llamarlo con tinte seductor, pero sí un poco para que al hombre le quedara la duda, lo vio moverse titubeante en su asiento y con disimulo le miró la entrepierna y tenía un leve atisbo de erección y eso que ella en realidad no había hecho mayor cosa, quiso reírse de lo primarios y estúpidos que eran algunos hombres, sobre todo uno como ese, que definitivamente estaba muy por debajo de sus estándares convencionales.
El hombre carraspeó como si intentara salir del encanto en el que ya estaba preso e intentó concentrarse en su cara, aunque a menudo terminaba mirándole los labios carnosos a Rebecca y nuevamente debía buscar las palabras porque se desconcentraba y se olvidaba que estaba diciendo, era realmente toda una ternura el chiquilín.
-Señora Rebecca tengo algunas preguntas para usted.
Ella le asintió mirándolo a los ojos para seguir en ese juego de intimidación y lo vio volverse a acomodar en el asiento, asumía que debía estar intentando ocultar su erección que seguía en aumento, más cuando ella fingiendo candidez se lamió el labio como si sencillamente los tuviera resecos y necesitara hacerlo.
El sujeto no podía dejar de mirar cada uno de sus sutiles, pero incitantes movimientos, que estaban pensados para ser inocentes, pero desarmantes, lo vio bajar con disimulo a sus pechos que naturalmente no se asomaban mucho en su camisa, estaba trabajando por ende tenía una blusa de seda de botones ligeramente holgada, que sólo marcaba sus pequeñas protuberancias levemente, pero al tipo parecía encenderle porque estaba totalmente azorado y sus torpezas lo demostraban.
» ¿Sabe por qué el comisario Fernández tendría intención de pasar sus vacaciones siguiéndola?- Rebecca siguió con esa expresión tranquila que traía porque ya se esperaba que la visita de ese hombre guardara relación con Fernández, lo que no sabía es que ese último anduviera de vacaciones mientras la estuvo siguiendo.
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EL QUINTO MANDAMIENTO [TERMINADO] #Libro4
RandomEste es el cuarto libro de una saga, el primero se llama "El Sexto Mandamiento", el segundo "El octavo Mandamiento y el tercero "El Décimo Mandamiento". Rebecca piensa que todo ha acabado, por fin consiguió su final feliz, pero puede que muy dentro...