CAPÍTULO LXIV

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Sintió un cambio en la luz de luna que se colaba por la cortina y se asustó mucho hasta que reconoció la silueta de François.

-Déjame a Abby a mí y ve con Max.-Le dijo Rebecca creyendo que estaba ahí porque también necesitaba conectar con sus hijos.

François las observó unos instantes se acercó y se agachó al lado de ellas y puso su mano encima de la manta.

-Iré con Maximilien, pero amor por favor no dejemos las cosas así, no quiero perderte. -Le dijo en un susurro.

-Si fuera por ti, yo ya estaría encadenada en la mazmorra del castillo de Bashar.

-Sí, casi ocasionó una tragedia para nosotros, pero amor me moriría de saberte en semejante lugar, pensé ingenuamente que podría ayudarla y protegernos, pero me doy cuenta que simplemente fui un tonto que no analizó la situación.

Ahora le hablaba bien, hace un rato la catalogaba de injusta y daba a entender que como siempre el error era suyo por exagerar, la llamaba "Rebecca" como cuando lo hacía seco y no, esa vez ella no se lo merecía, estaba cansada que él siempre volteara las cosas, hace días había intentado hacer eso con Bashar, fingir molestia por el malestar de él, ella no sabía cómo hacer eso y la prueba estaba que no le había salido bien, pero François era un experto, él siempre conseguía que ella fuera la que sonara así, como la equivocada.

Y la verdad inicialmente ni sentía enojo, sino tristeza, el enojo le había llegado era cuando él había intentado voltear todo y hacerla ver de nuevo como la equivocada, como la que estaba decidiendo acabar con todo, cuando era él quien los había dejado de lado a ellos tres poniéndoles una diana sólo por una amiga, ni siquiera lo había hecho por su hermana, pero si por una mísera amiga.

Entendía que la quisiera, lo entendía, aunque esa mujer fuera una de sus personas menos favoritas, pero lo entendía porque eran amigos desde los 9 años, pero no podía entender que la pusiera primero que a los niños y que a ella, no contento con eso además se atreviera a decir que era ella la que acababa con todo, eso sí la había enojado, antes sólo sentía demasiada tristeza.

Ella dejó de mirar a Abby y volvió su vista a él por completo.

-Yo sí, en segundos analice la situación, en segundos supe lo que tenía que decir y me fui y dejé a Pauline con ese hombre y lo haría mil veces François y seguramente le dio una golpiza horrible, porque por increíble que parezca un asesino pensó más en mí que tú.

-Como te dije creí que generar una situación ajena a nosotros quizás podría salvarla de la muerte, pero si tú me hiciste saber que cualquier cosa los pondría en peligro.

-Cuando Bashar empezó a jugar conmigo solía ponerme a elegir entre X o Z y yo siempre tuve claras mis prioridades.

-A mí me hizo lo mismo, arruine vidas según nuestra conveniencia. -François la miró -Sólo que como dices a veces subestimo a ese sujeto, me lo has dicho miIes de veces y la mayor parte del tiempo no actuó si tú no estás de acuerdo, por ahora lucho por mantenerlo lejos de la empresa como me dijiste.

-Tengo mucha rabia François, antes era sólo tristeza, ahora tengo rabia contigo y al mirarla a ella- volvió su vista a la niña dormida- más ira siento, porque si duerme ahí plácida no es porque su papá la haya cuidado y eso me duele más de lo que me puede doler cualquier cosa que me hagas a mí, porque tu trabajo es cuidarlos.

-Sé que fui descuidado y suficiente, que me detuviste a tiempo, ni siquiera puedo justificarme, pero también sé que no haría nada sin que tú no estuvieras de acuerdo.

-Yo también creía eso François, creía que estábamos juntos en esto y por eso te conté lo que pasó con esa mujer sin omitirte detalles, pero me defraudaste, ni siquiera con tu hermana hiciste algo análogo y es tu hermana.

EL QUINTO MANDAMIENTO [TERMINADO] #Libro4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora