CAPÍTULO LXXII - PARTE I

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Como el titulo indica este capítulo tiene dos partes, es un capítulo un poco bizarro, de ahí que resultara tan extenso y tuviera que dividirlo en dos partes.

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Estaba un poco estresada, mucho más estresada que cuando llegó, lo único bueno de esa visita es que Bashar le había prometido que se encargaría de su padre, dado que había visto que la había estado importunando, eso quitaba un poco de presión, pero no la suficiente, nuevamente aprovechó para insinuarle lo de su madre, le gustaba sembrarle dudas, indisponerlo con ese hombre.

En primera porque si los dividía ella tendría más poder sobre Bashar, el que su padre quería quitarle, en segundo lugar porque ese hombre no le gustaba, para ella era el responsable de que Bashar fuera de la manera que era, quizás esa bestia habría podido ser un gran hombre si ese sujeto no lo hubiera guiado mal.

Por demás se seguía sintiendo en guerra contra el reloj.

Tic.

Tac.

Tic.

Tac.

Bashar deseaba irse, siempre había sentido que su interés por ella era temporal y sentía que se acercaba ese momento en el cual ella debía apostar todo o nada, ese día había comprado tiempo, al decirle que ella resolvería ese problema con el empollón mal cogido, pero no sabía cuánto le había comprado de tiempo decirle eso.

Otro tema que le inquietaba era el que iba a tocar con François, no sería una conversación para nada sencilla, él ya tenía una posición clara y ella se estaba replanteando la suya, Rebecca había llegado a un punto en su vida donde por conseguir lo que quería no le importaba mucho lo que tuviera que sacrificar, cosas que fueron un límite indiscutible por muchos años dejaron se ser así, pero...

Lo único que ella no arriesgaría por nada del mundo era a François, no cuando Matt era una cereza, pero no el pastel entero, la motivación de Rebecca en todo eso era lo que había podido devolverle a su amor, el hecho de que tuviera a su sobrino sano y salvo y que aunque su hermana seguía en manos de un asesino, al menos estaba en las mejores condiciones que de momento podía permitirse, ella se encargaba de que le brindaran salud y alimentos, ella se hacía cargo de manipular a Bashar lo suficiente como para cumplirle los caprichos.

Sin embargo eso no era gratis y precisamente de eso se trataba todo.

Cuando llegó a su casa era más tarde de lo que esperaba, pasaban de las 10 pm, los niños llevaba horas durmiendo, su suegra también estaba descansando y el piso de abajo sólo estaba iluminado con la escasa luz de luna que provenía de los enormes ventanales, el sonido de sus tacones ante ese silencio espectral retumbaban por todo el aposento por mucho que ella intentó no hacer ruido.

Iba a subir las escaleras cuando François la llamó a su espalda, se volvió y notó que él venía del estudio, de alguna forma sabía que estaría despierto y que no podría postergar esa conversación con él e inevitablemente experimentó un vacío en su estómago porque no tenía ni idea de cómo comenzar a hablarle.

Ese hombre bellísimo que la miraba con alegría era su esposo, el padre de sus hijos y sin dudarlo aseguraría que era el amor de su vida y como se lo había dicho el día de su matrimonio también sabía que si existiera otra vida él seguiría siendo el amor también de esa otra vida.

Su relación había comenzado por sus cinismos, él había sido el hombre que por primera vez le había visto ese lado oscuro que ella podía albergar y aunque ese lado oscuro lo único que había hecho era crecer, habían cosas que de verdad le costaba reconocerle, hasta alguien como ella podía sentir vergüenza.

EL QUINTO MANDAMIENTO [TERMINADO] #Libro4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora